El año pasado nacía en la Fabra i Coats el Cara-B, un festival de una tarde de duración, que buscaba “ser un reflejo del estado actual de la escena musical independiente y underground catalana y española”. Sacaron buena nota con grupos como Mujeres, Jupiter Lion, Hinds o Joe Crepúsculo. No han perdido la ambición, pues este año han decidido alargar el festival a dos días, en el mismo recinto y por un precio muy razonable, 20 euros. Los próximos 19 y 20 de febrero, podréis ver a grupos nacionales como de la ciudad condal y de diferentes estilos: The Saurs, Beach Beach, El coleta, Extraperlo, The Parrots, Betunizer, Los Punsetes, Guadalupe Plata, Le Parody, Yung Beef, Sen Senra, Baywaves o BeGun dj set. De esta manera, a través de los directos de las propuestas musicales que actualmente incendian la escena independiente, un certamen retrospectiva de los mejores videoclips producidos en 2015 y una exposición que muestra el imaginario visual de la música underground, Cara-B da visibilidad, celebra y difunde el talento que se esconde detrás del circuito más convencional. Entrevistamos a Adrián D. Bóveda, uno de sus directores.
¿Cómo os convertís en escaparate de la independencia musical?
El festival Cara-B tiene una visión de 360 grados alrededor de la cultura musical independiente. Lo hacemos a través de diferentes disciplinas artísticas que conforman la escena independiente tal como la entendemos. Música en vivo, artes visuales, del diseño a la ilustración, con la exposición BSUAL, y una aproximación al audiovisual con el Cara-B CLIPS y la participación de más de 140 videoclips a concurso con un jurado profesional. Todo ello en la Fabra i Coats. Conviene salir del circuito cultural del centro de Barcelona, los barrios también tienen oferta.
¿La cultura musical independiente no sería nada sin su imaginario gráfico?
Con la exposición BSUAL queremos poner en valor la creación de artistas visuales que elaboran los carteles de los conciertos que vamos habitualmente. Estos carteles los vemos pero no les damos la importancia que se merecen. Teníamos ganas de poner nombre y apellidos a estos artistas. BSUAL es una exposición coproducida entre el Cara-B y el festival Nrmal de México DF. La exposición cuenta con 50 obras catalanas, españolas y mexicanas producidas durante el último año.
¿Cuáles son los géneros que sostienen la actual escena musical independiente?
El año pasado en el Cara-B apostamos claramente por el rock y el pop. Este será el año de sus derivados. Abrimos el abanico de géneros con un poco de rap y electrónica. Una visión mucho más global de los diferentes géneros que encontramos en Cataluña y en España en este momento.
¿Cómo se ha confeccionado el cartel de esta segunda edición?
Nos hemos fijado con aquellos artistas y bandas que han funcionado muy bien el último año. En esta edición ofrecemos propuestas de todo tipo. El rock'n'roll más crudo con The Saura y The Parrots, el blues-rock de Guadalupe Plata, o el hardcore-punk de Betunizer, pasando por los sonidos tropicales de ciudad de Extraperlo, la propuesta ecléctica de Le Parody, el pop luminoso de Sen Senra, Beach Beach y BayWaves, el noise-pop de Los Punsetes y el trap que tanto está de moda con Yung Beef (PXXR GVNG), y el hip hop “cañí” de El Coleta.
¿En lugar de una escena deberíamos hablar de escenas?
Este es también el objetivo del Cara-B, convertirse en espejo de las escenas independientes que existen en Cataluña y el resto del Estado. El Cara-B CLIPS es un buen ejemplo. La primera edición, el año pasado, se convirtió en el festival con más concursantes de todo el Estado. Estos realizadores forman parte de una escena muy concreta que vincula el audiovisual con la música. A menudo vemos los videoclips y no reconocemos al autor de las piezas.
¿Casos como el del Heliogàbal ponen en peligro la salud de la música independiente?
Es del todo necesario que haya espacios para poder tocar música en vivo. Sobre todo porque muchos grupos puedan empezar a tocar. Artistas que no llegan al gran público y no tienen recursos para alquilar espacios. Es necesario un circuito de locales de pequeño formato para poder tocar. El caso Heliogàbal es sangrante. No puede ser que un local, Premio Ciudad de Barcelona, esté amenazado. No podemos perder locales como el Heliogàbal, una referencia para los conciertos de pequeño formato en Barcelona. La música en vivo es una demanda ciudadana.
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