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Las bases de Convergència se resisten a que la formación pierda su identidad

Los responsables del proceso de refundación de CDC, Clara Tarrida y Francesc Sánchez

Arturo Puente

La refundación de Convergència rebaja sus expectativas respecto al grado del cambio que se dará en formación a partir del próximo verano. Si bien en un primer momento se habló de cambiar el nombre del partido e incluso de disolver la actual organización para crear una nueva, las bases consultadas en el proceso participativo se muestran reticentes a que la formación abandone su identidad. En el mismo sentido, el responsable del régimen interno, Francesc Sanchez, considera que el debate no debe ser ahora entre cambiar o no el NIF del partido, despejando la disolución con la que se llegó a especular. Sin embargo, las bases sí dibujan un importante cambio de orientación al apostar por una formación bicéfala y con procesos de primarias para elegir a la mayoría de sus cargos.

CDC ha presentado este miércoles las primeras conclusiones del proceso de debate interno abierto el pasado 23 de febrero, en el que han participado cerca de 10.000 personas, militantes, simpatizantes o vinculadas a la formación. Con las primeras 2.000 encuestas gestionadas, la formación está en disposición de mostrar la primera fotografía sobre los deseos de sus bases para el futuro de Convergència. Así, solo el 29,4% participantes apuestan por mantener las tradicionales siglas de Convergència Democràtica de Catalunya, aunque el 35% reclama que se mantenga la palabra “Convergència”, algo a lo que solo se opone el 10%.

Si bien la identidad de la formación, al menos la de Convergència como marca, es bien valorada por la mayoría de los encuestados, la militancia se muestra interesada por la nueva estructura organizativa que propone el partido. Cerca de un 80% considera que debe haber separación entre cargos de partido y de instituciones, y solo un 25% quiere que el máximo responsable de la organización pueda ser a la vez president del Govern. La separación de cargos que desea la militancia llega incluso al mundo local, donde el 69% de los consultados rechazan que el máximo responsable del aparato local sea a la vez alcalde de su municipio.

Otro de los importantes cambios que las bases del partido reclaman es el de las primarias. El 58,6% considera que se ha de votar no solo al líder del partido sino a todo su equipo de dirección, bien nombre por nombre (23,1%) o bien en bloque (33,1%). También considera por amplia mayoría (75%) que la elección de cargos orgánicos debe abrirse al conjunto de la militancia, incluso de los cargos nacionales (72,7%).

Sin embargo, entre los puntos en los que las bases se muestran más satisfechas respecto a la actual formación es en el régimen de incompatibilidades de sus cargos, que solo el 29,9% desaprueba, y un código ético y de cumplimiento controlado por un organismo externo que el 61,8% considera suficiente. Respecto a casos judiciales, el 73,5% rechaza que los imputados vayan en listas electorales y se divide entre quienes consideran que los imputados deben dimitir al menos cuando comienza el juicio, 47,2%, y quienes consideran que solo deben dimitir cuando haya una sentencia firme de culpabilidad (42,8%).

Dación en pago, escuela concertada y sanidad universal

La fotografía sobre las bases del partido comienza a afinar también sobre sus valores ideológicos. El 45,3% apuesta por la definición de “centro” para el futuro del partido, mientras que el 31,5% prefiere la etiqueta “centroizquierda”. El “centroderecha” queda en tercera posición, como opción preferida por el 14,5% de los encuestados. Pese a eso, a la hora de situarse en un eje donde 0 es extrema izquierda y 10 extrema derecha, la media de la militancia se sitúa en el 5,11.

Además, los encuestados se muestran ampliamente favorables a permanecer en la Unión Europea y en el euro (85%) y que se deben combinar políticas que incentiven el crecimiento para generar empleo con otras de austeridad para reducir el desequilibrio financiero (73,1%). La mayoría también considera que las prestaciones sociales deben vincularse a una contraprestación, excepto en casos de emergencia social (85,1%), que quienes no disponen de otros ingresos deben recibir una renta mínima garantizada (53,7%), se muestran favorables a la dación en pago (64,4%), a favor de la coexistencia de escuela pública y concertada (81,6%) y a favor de limitar las prestaciones a personas inmigrantes que no coticen a la seguridad social (63%). Pese a eso, hasta el 72,3% defiende la sanidad universal. Cuando se les pregunta por la prioridad en gasto social, el 43,4% señala la educación, el 24,6% la salud y la asistencia social es elegida por el 12,7%.

“No tenemos constancia de que nadie haya hecho un proceso similar a este, dando voz a tantos militantes”, ha defendido en rueda de prensa Clara Tarrida, directora de la comisión del proceso congresual. Según ha explicado, en esta primera ronda se han realizado 270 sesiones de debate y 7 consejos de federación. De las 10.000 personas que han participado, hasta el 32,6% no son militantes del partido, lo que los organizadores califican de “éxito” pues demuestra “que se está ensanchando el movimiento”. Con estas respuestas, la formación redactará una ponencia con la que acudirá a su congreso de refundación en junio, que Sanchez cree que podría acabar celebrándose en dos fases, la primera para decidir la postura política y la segunda para elegir los cargos orgánicos.

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