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La ANC profundiza el giro social en la recta final de la renovación de su directiva

Oriol Junqueras, Muriel Casals, Carme Forcadell, Joan Coscubiela y Alfred Bosch, en la manifestación del 1 de mayo

Arturo Puente

Barcelona —

“Catalunya será libre si la vida de los catalanes es digna”. La frase, pronunciada por el escritor Antonio Baños en el último gran acto de la ANC, resume como pocas la posición que la principal asociación independentista quiere adoptar en su nueva etapa. Desde la consulta del 9-N la Assemblea se ha centrado en poner el acento sobre el discurso social con el objetivo de hacer atractiva la causa independentista para el grupo de los indecisos, indispensables para alcanzar una mayoría. Esta estrategia se ha acelerado en la recta final de sus elecciones internas, que el próximo sábado elegirán las 75 personas que integrarán el nuevo secretariado nacional.

La asociación ha entregado este lunes 15.000 firmas a favor de la ILP de vivienda que impulsa la PAH y otros colectivos. La Assemblea comenzó a recogerlas el pasado 16 de febrero, aduciendo que su objetivo es hacer una república Catalana “libre y socialmente justa”. Con esta acción la ANC se acerca a uno de los principales movimientos sociales, con la intención de dotar a su discurso del cariz reivindicativo que el independentismo ha tenido históricamente pero que a partir de 2012 algunos sectores han echado a faltar.

La aparición de Carme Forcadell y Muriel Casals, presidentas de la Assemblea y de Òmnium Cultural respectivamente, en la manifestación del 1 de mayo y en el acto de CCOO es un gesto encaminado en la misma dirección. “La ANC quiere comprometerse con un nuevo país que asegure los derechos laborales”, aseguró la organización independentista. Tanto CCOO como UGT y otros sindicatos han dado apoyo al proceso soberanista desde la mesa del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, pero los acercamientos entre ambos sectores, movimiento social independentista y sindicatos, nunca ha sido explícito.

La culminación del giro social de la Assemblea podría llegar el próximo sábado si los socios apoyan la candidatura encabezada por Jordi Sànchez, una persona vinculada a la izquierda. Cercano colaborador de Rafael Ribó, actual Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo) y expresidente de ICV, Sànchez fue dirigente de la Crida a la Solidaritat, un movimiento en defensa de la lengua catalana durante los años 80. Según avanzó el diario Ara, el adjunto de Ribó en la sindicatura cuenta con el apoyo del aparato, cuya persona más reconocible es Pere Pugès, y de la propia Forcadell.

Carme Forcadell ha sido de hecho la principal impulsora del nuevo carácter social de la asociación independentista que ha impulsado las mayores manifestaciones de la historia de Catalunya. Para Forcadell y su entorno la participación de 2,3 millones de personas en el 9-N constató la necesidad del independentismo de ampliar su base social para alcanzar una mayoría holgada. Entre 300 y 500.000 votos más que solo podían asegurarse si las asociaciones soberanistas se ponían manos a la obra para conseguir el voto de catalanes castellanohablantes y comprometidas con las luchas sociales. Experiencias como Súmate, la asociación de independentistas de cultura y lengua española, son ejemplo del perfil en el que quiere apoyarse la ANC.

Llenar la Meridiana, la acción que la Assemblea ha diseñado para el próximo 11 de septiembre, que será además el inicio de la campaña electoral para el 27-S si Artur Mas convoca las elecciones cuando prometió, es también en un guiño a este sector. La Meridiana es una avenida que conecta el Parlament de Catalunya con Nou Barris, uno de los distritos más castigados por la crisis, símbolo de las luchas vecinales y receptor de muchos de los migrantes que llegaron a Barcelona desde diversos puntos de España en la década de los 60 y 70.

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