Las Odio, “riot grrrls” a la española: “El odio puede ser constructivo”

El cuarteto femenino Las Odio irrumpe con fuerza en la escena nacional con su primer álbum, “Futuras esposas”, inspirándose en el sonido garajero de los años 90 y en las bandas femeninas de “riot grrrl” que, como ellas, apostaron por “acabar con el predominancia masculina” en la música con un discurso propio.

Se hace patente desde su nombre mismo, que suena a alegato punk, pero en realidad es fruto de una tormenta de ideas y de un juego de palabras en el que “las” puede funcionar como artículo determinante o como pronombre personal.

¿Y por qué ese sustantivo? “Yo odio mucho”, afirma Alicia Holgado sin perder la sonrisa pícara. “Es un defecto que tenemos, pero es un odio constructivo, porque nos ayuda a crear”, reponen sus compañeras Paula JJ, Ágata Ahora y Sonsoles Rodríguez en una charla con Efe ante la publicación mañana de su debut discográfico.

Fue en agosto de 2015 cuando “Ali” y Paula, que tenían un grupo llamado Dúo Divergente, quisieron convertirlo en una banda de “riot grrrl” al estilo de Sleater Kinney, LeTigre o Bikini Kill y se pusieron en contacto con Ágata, con la que compartían el colectivo Sisterhood, y después con Sonsoles, exmiembro de Las Cruces.

Aunque destacan que, por lo “exótico” de su composición, íntegramente femenina, visibilizarse no ha sido un problema, lamentan que esa etiqueta “limita mucho hasta dónde puedes llegar, porque entonces se te considera un grupo de chicas, no un grupo de música” a secas. De ahí, una vez más, su nombre.

“Queremos llamar la atención en que somos chicas para acabar con la predominancia masculina y mostrar que hay tías haciendo música sin reproducir los mismos estereotipos, pero al mismo tiempo no queremos estar limitadas por la identidad 'ser chicas'”, subraya Ágata.

Esa filosofía queda especialmente patente en “Indiespañol”, uno de los sencillos del álbum. “Nosotras os bailamos, las chicas se divierten, los chicos guitarristas, desbordan los carteles, ellos son artistas, ¡tienen lo que quieren!”, cantan de manera visceral, en contra de un sistema que tiende a catalogar a las mujeres como “groupies” y no como músicos o profesionales del medio.

Para trascender más prejuicios, presentan una colección de diez canciones que, además de por la intensidad, destacan sobre todo por la frescura de sus letras, empezando por “Yo lo vi primero”, en el que critican “esta cultura de lo inmediato en la que estamos sumidos”, en la que lo más importante es ser “el primero en postear una noticia o una recomendación musical”.

Sus versos, que son fruto de un proceso de “composición horizontal” que exige que todas estén de acuerdo, aparecen poblados de elementos de la cultura popular que parten de “un contexto inmediato”, como el programa de radio que escuchan, el bar al que acuden o un libro que les ha influido, pero “que alcanzan la identificación con muchas personas”.

Así, sus canciones las protagonizan desde las lagunas de memoria después de una noche de farra (“Blackout”) o la difícil independencia para la juventud de hoy en día (“Un cuarto propio”).

Llama la atención el título del álbum, “Futuras esposas”, inspirado por la película “Las cuatro bodas de Marisol”. “Nos hace mucha gracia Marisol. Ella es estupenda, desde su carrera de niña actriz, con temazos como adolescente y su decisión de retirarse de los escenarios tras hacerse superroja”, proclaman.

El próximo 24 de marzo tienen previsto actuar en la sala 12 y Medio de Murcia, entre otros conciertos de sala, y además ya tienen confirmada su presencia en tres importantes festivales nacionales: Tomavistas de Madrid (del 17 al 19 de mayo), Low de Benidorm (del 28 al 30 de julio) y el burgalés Sonorama de Aranda de Duero (del 9 al 12 de agosto).

Javier Herrero.