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Staatsoper de Barenboim tendrá un “preestreno” en octubre tras años en obras

Staatsoper de Barenboim tendrá un "preestreno" en octubre tras años en obras

EFE

Berlín —

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La Staatsoper Unter den Linden, la ópera que dirige el argentino-israelí Daniel Barenboim, tendrá su preestreno el próximo 3 de octubre, tras siete años en obras, aunque no reanudará sus actividades regulares hasta dos meses después.

La reapertura será una suerte de “preludio”, indicó hoy el director general de la Staatsoper, Jürgem Flimm, sin concretar cuál será el programa para esa reapertura aún provisional o para la inauguración oficial de su nueva temporada, el 7 de diciembre.

El edificio, mostrado hoy a la prensa, reabrirá sus puertas el Día de la Unidad, la fiesta nacional alemana, pero volverá a quedar cerrado hasta dos meses más tarde por razones técnicas.

Flimm relacionó irónicamente esta nueva demora, tras sucesivos retrasos en el calendario de las obras, con las “decisiones del Dios de la Construcción”, a cuyos designios, dijo, está supeditada la larga remodelación del edificio situado en el centro de la capital alemana.

Según especificó la responsable de Obras Públicas del gobierno regional berlinés, Katrin Lompscher, se prevé ahora que las obras queden terminadas a mediados de agosto y que, tras las oportunas revisiones, el edificio reciba a mediados de septiembre la autorización para la reapertura al público, el 3 de octubre.

Sin embargo, deberá cerrar de nuevo unas semanas más para completar determinadas tareas de acondicionamiento y la inauguración solemne tendrá lugar el 7 de diciembre, coincidiendo con el 275 aniversario de esta ópera.

En los siete años de cierre, la programación de la institución que dirige el argentino-israelí Barenboim se ha desarrollado en el Schiller Theater, en el antiguo sector oeste de Berlín y que estuvo a punto de ser clausurado.

Inicialmente se marcó para la reapertura la fecha del 3 de octubre de 2013, pero las obras se fueron retrasando, mientras que los costes se dispararon de los 239 millones de euros inicialmente previstos a 400 millones.

Flimm y la responsable de Obras Públicas de la capital y ciudad-estado presentaron la nueva “hoja de ruta” para la reapertura de la Staatsoper, a la espera de que para junio el propio Barenboim, su director titular desde 1992, especifique su programación.

A continuación se permitió a los medios recorrer el interior del edificio, desde el patio de butacas a los escenarios y otras zonas, donde operarios y restauradores realizan las tareas de remodelación.

La remodelación del teatro, construido entre 1741 y 1743 por el arquitecto Georg Wenzeslau, es uno de los proyectos culturales más ambiciosos de la capital.

Barenboim aspiraba a una remodelación rupturista del edificio, que fue arrasado por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y reconstruido luego por las autoridades de la República Democrática Alemana (RDA) más o menos de acuerdo al original.

El músico defendía que la remodelación no tenía por qué sujetarse al estricto respeto al patrimonio, ya que de todos modos el edificio actual no es el original, sino un falso rococó de los años 50.

Sin embargo, las autoridades berlinesas impusieron su tesis continuista, apuntalada en el concepto del patrimonio artístico, aunque con notables modificaciones en el patio de butacas y tecnología de su escenario para mejorar su acústica.

Los retrasos en su ejecución han sido motivo de polémica persistente en la ciudad, aunque el alcance de esas demoras y sobrecostes parecen tolerables, comparados con los que acumula el nuevo aeropuerto internacional de Berlín.

El nuevo aeródromo empezó a construirse en 2006 y debería haber entrado en funcionamiento en 2011, pero tras sucesivos aplazamientos sigue sin haber un data concreta para su apertura, mientras que los costes se dispararon de los 2.000 millones de euros inicialmente presupuestados a 5.400 millones.

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