La crisis reduce a la mitad los parados extremeños con prestaciones contributivas a costa de más subsidios
La crisis no remonta para quienes peor lo pasan. Los últimos datos que maneja el sindicato CCOO Extremadura muestran cómo desde julio de 2009, hasta julio de este año, las personas desempleadas con derecho a prestaciones contributivas se han reducido a la mitad. Así literalmente.
El año elegido para hacer los cálculos no es casual, porque por aquellos entonces, en 2009, la crisis azotaba a los hogares de la región con más fuerza. Si hace siete años había 32.065 extremeños y extremeñas desempleados que disfrutaban de una prestación contributiva, en julio de este año la cifra es de 17.355 personas.
Al mismo tiempo se ha incrementado el paro en este periodo en un 10,8%, al pasar de 104.804 desempleados registrados en el SEXPE a 116.177, según detalla Miguel Coque, de CCOO Extremadura. Una cifra en la que no se incluye el subsidio agrario, porque no se contabiliza como personas paradas.
Mientras la dinámica apunta a una espiral de no retorno crecen los subsidios (entre otros la Renta Activa de Inserción o el programa de activación de empleo), que han pasado en siete años del 31,2% al 54,5%. La tabla muestra un aumento en 13.299 personas para las prestaciones no contributivas.
¿Es lo mismo una prestación que otra?
La respuesta es que no. Es necesario lanzar una reflexión y analizar cómo vive una persona en la sociedad de consumo actual que tras perder el derecho a paro se ve abocada a cobrar una media de 475 euros, el 75 por ciento del Salario Mínimo Interprofesional.
Sometidas a situaciones límite, y sin capacidad de consumo. Este último, el consumo, un elemento básico para que el sistema y el modelo de economía actual vuelva a funcionar.
¿Cuándo se considera paro crónico?
Tras 12 meses en las listas de desempleo se habla de ‘cronificación’. El problema se agrava con el paso del tiempo. Y a ello hay que sumar que el número de personas paradas de larga duración es superior como demuestran los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
No es un teorema difícil de comprender. Lo que ocurre es que las personas en paro inscritas en las oficinas de empleo (Sexpe) dejan de hacerlo cuando pierden todas las prestaciones y subsidios, explica Miguel Coque.
Es un momento especialmente delicado, porque con este gesto renuncian al mercado laboral, y lo hacen en buena parte por la ausencia de oportunidades.
