A juicio cuatro de los jóvenes que participaron en una concentración contra la marcha fascista de Badajoz

Acudieron a una protesta en contra de una manifestación fascista en Badajoz. Aseguran que fueron recibidos por las organizaciones de ultraderecha con petardos y material pirotécnico, que la policía inició una carga en la que recibieron golpes, y ahora además han sido denunciados. Cuatro de los manifestantes de la contra-manifestación, que no estaba autorizada, han sido llamados a juicio acusados de desórdenes públicos tras la diligencias que abrió la policía contra ellos.

Fue una marcha en honor a Ramiro Ledesma, uno de los ideólogos del fascismo español y fundador de las JONS, que impulsaron las organizaciones MSR y la Liga Joven en Badajoz, y que fue autorizada por la Delegación del Gobierno en Extremadura.

Formaciones como IU pidieron sin éxito al delegado del Gobierno, Germán López Iglesias, que prohibiera una concentración fascista por considerar que vulneraba la Ley de Memoria Histórica. Además una treintena de organizaciones juveniles, sindicales y políticas habían mostrado su repulsa a la marcha días antes y, ante el silencio oficial, se sumaron a una contramanifestación, apoyada por IU, el PSOE de Badajoz y CNT, así como la Asamblea Universitaria, Alcampus y las juventudes de CCOO y UGT, entre otros.

Este martes han sido llamados a declarar ante un juez dos personas en calidad de imputadas, aunque hay otras dos que serán llamadas próximamente. Finalmente no se ha celebrado la vista, consistente en un juicio de faltas, porque una de las denunciadas no ha sido localizada vía correo postal para entregarle la denuncia.

Según han explicado fuentes de la Delegación del Gobierno, la policía abrió esa noche diligencias y ahora ha sido el juez el que los ha llamado a declarar.

“Aquí hay dos raseros de medir, sin duda”

Para los jóvenes que han apoyado este martes a los imputados existe una “doble vara de medir”, tanto por parte de la policía, como desde la Delegación del Gobierno.

Según explica el portavoz de IU Badajoz, Manuel Sosa, las cuatro imputaciones de antifascistas ponen en evidencia “hacia dónde se decanta la sensibilidad” del delegado del Gobierno. De hecho Sosa se sorprende con el hecho de que, según dice, “caiga todo el peso de la ley, pero solo, curiosamente, para una de las partes”. Se pregunta así qué ha pasado con los grupos que protagonizaron un homenaje a un personaje fascista en un país democrático, con una normativa que regula ese tipo de actos, en concreto la Ley de Memoria histórica.

Recuerda que el escrito que remitió su coalición al delegado del Gobierno en Extremadura, rogando que suspendiera la concentración, ponía en evidencia que Ramiro Ledesma era un fascista convencido, precursor de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista, que en 1934 se unieron a la Falange Española de Primo de Rivera para formar la FE de las JONS.

Lamenta que estos argumentos no fueran suficientes para que Germán López Iglesias prohibiera la concentración, y pone de manifiesto que la Ley de Memoria Histórica recoge explícitamente que las administraciones públicas deben tomar medidas para evitar aquellos actos de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar o Guerra Civil.

De hecho el grupo de Izquierda Plural en el Congreso, a petición de IU Badajoz, remitió una carta a la Mesa de la Cámara en la exigía al Gobierno que dirige Mariano Rajoy que explicara los motivos que llevaron al delegado del Gobierno en Extremadura a autorizar la celebración fascista. También preguntan al Ejecutivo si tiene previsto cesar al delegado Germán López Iglesias.

Los hechos

Fue el primero de noviembre cuando se produjo la concentración fascista, en el interior del recinto de la Alcazaba árabe, junto a una Cruz de los Caídos. Algunos de los antifascistas entraron en el recinto de la Alcazaba, donde se encontraban los otros, y fueron respondidos con por los colectivos de ultraderecha con material pirotécnico y petardos, según explicaron a eldiarioex algunos de los jóvenes que han participado en la protesta.

En esos momentos la policía comenzó a cargar, y realizar disparos de fogueo, y los antifascistas se repartieron por las calles del Casco Antiguo. Varios de ellos denuncian haber sido víctimas de agresiones por parte de los colectivos de ultraderecha convocantes, pero también de la policía, que habría utilizado sus porras y pelotas de goma. En medio de la confusión generada los se disolvieron.