“El Banco de Alimentos no puede suplir al Gobierno”
Cada mes que pasa, los bancos de alimentos de Euskadi suman mil personas a su lista de beneficiarios. En la actualidad, en torno a 70.000 vascos se mantienen gracias a su labor. La crisis ha otorgado un protagonismo indeseado a esta Organización No Gubernamental (ONG), que el año pasado repartió en Euskadi 5.700 toneladas de comida. Los presidentes de los bancos de alimentos de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa han comparecido ante el Parlamento vasco para exponer su situación, sus necesidades y, sobre todo, demandar más colaboración de las instituciones y una regulación que evite el despilfarro de productos defectuosos por parte de los supermercados. “El Banco de Alimentos puede paliar puntualmente los efectos del hambre, pero no no puede suplir la labor del Gobierno”, ha advertido Daniel Fernández, presidente del Banco de Alimentos de Álava.
Entre las preocupaciones de los tres presidentes figuran las de cómo lograr un mayor aprovechamiento de los excedentes alimentarios; la posibilidad de que las grandes cadenas produzcan algo más que sus previsiones de venta y donen este complemento a los bancos de alimentos, y una mayor coordinación con los servicios sociales de ayuntamientos y diputaciones para garantizar el control del destino final de los productos que distribuyen. “El 95% de los alimentos se entregan a quienes lo necesitan, pero el resto puede que no se así”, ha apuntado el responsable del Banco de Alimentos de Gipuzkoa.
Cambio de perfil
Los bancos de alimentos (que nacieron en Estados Unidos en 1965) reciben comida mediante donaciones, que pueden proceder de empresas alimentarias, cooperativas agrícolas, particulares o instituciones. Por otra parte, realiza colectas en grandes superficies y en colegios. Todos esos alimentos se almacenan en sus lonjas y posteriormente los distribuyen entre diferentes entidades que trabajan con los ciudadanos con menos recursos: comedores sociales, ONGs, casas de acogida... Más de 750 entidades son surtidas por los bancos de alimentos en el País Vasco.
Durante su comparecencia, el presidente del Banco de Alimentos de Álava ha resaltado que la dureza y profundidad de la crisis ha llevado a un cambio en el perfil de los ciudadanos que reciben la ayuda de los bancos. Los autóctonos han tomado el relevo a los inmigrantes. “Se trata de vecinos nuestros que hasta hace poco pertenecían a las clases medias. Antes nos fijábamos que eran inmigrantes, pero hoy ya no es así. Antes les daba vergüenza y ahora han descubierto que no les queda otro remedio” .
Por su parte, el presidente del Banco de Alimentos de Bizkaia, Nicolás Palacios, ha incidido en la importancia económica que tiene la labor de estos organismos. “Por cada euro que gastamos, 34 revierten a la sociedad. Difícilmente existe una organización con un efecto multiplicador como éste”. Desde Gipuzkoa, se ha valorado el apoyo de la Diputación para ayudar a la financiación del banco de alimentos en el territorio y su presidente, Javier Saenz Ereño, ha destacado el programa “último minuto” con el que recogen productos perecederos en supermercados y que este año ha permitido rescatar 800.000 kilos de alimentos que se iban a los vertederos.
