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Francia ya había sufrido otros ataques con vehículos

La policía analiza el vehículo utilizado para el ataque en Niza.

Nico Cabanes

No es la primera vez que Francia sufre un ataque en el que el método empleado es un atropello indiscriminado. El de Niza, sin embargo, es de lejos el más mortífero. 

El 21 de diciembre de 2014, un individuo arrolló y dejó heridas a 13 personas en Dijon (Francia). Las autoridades descartaron que se tratase de un acto terrorista. El agresor tenía un “largo historial de dolencias mentales”. 

Al día siguiente, una persona resultó muerta y otras nueve heridas en un mercado navideño de Nantes, atropellados por una furgoneta. Las primeras informaciones apuntaron que el hombre había irrumpido al grito de “Alá es el más grande”, pero el Gobierno no tardó en desmentirlo a través de la fiscal de la República de Francesa, Brigitte Lamy.

La táctica del atropello tampoco es nueva en el resto de Europa. Al menos tres personas murieron y 34 resultaron heridas tras la incursión de un todoterreno, el 20 de junio de 2015, en una zona peatonal de la ciudad austríaca de Graz. El jefe de policía de la región, Josef Klamminger, confirmó entonces que el conductor de este vehículo fue un joven austriaco de 26 años con problemas psíquicos, que finalmente se entregó sin ofrecer resistencia.

En las primeras horas tras el atentado, en las que la hipótesis del terrorismo islamista se imponía, varios medios recordaron las declaraciones de Abu Mohamed al Adnani, considerado el “ministro de atentados”, que en septiembre de 2014 recomendaba, en un audio-mensaje despachado por la agrupación terrorista, diferentes formas de llevar adelante atentados. “Debéis atacar a los soldados, patrones y tropas de los tiranos. Atacad a la policía, la seguridad y a los miembros y agentes de la inteligencia. Si eres capaz de matar a un infiel americano o europeo [...], entonces, confía en Dios y y mátalo de cualquier manera que puedas. Golpéale la cabeza con una roca, asesínale con un cuchillo, pásale por encima con el coche, tírale desde un lugar muy alto, estrangúlale o envenénale”.

En todos los casos documentados de ataques con vehículos se descartó que se tratase de un atentado terrorista y se determinó que se trataba de un acto aislado sin motivación política o extremista.

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