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Análisis Fantasía: Music Evolved, déjate llevar por la magia Disney

Fantasía: Music Evolved

Daniel Moreno

Hubo una época en la que casi parecía que finalmente todos acabaríamos jugando a videojuegos haciendo gestos delante del televisor como una evolución lógica del sistema de control tradicional ofrecido por cualquier mando de videoconsola. Fue el boom de Wii con su propuesta para todas las edades y ese Wii Sports que todo buen hijo de vecino tenía aparcado por casa para darle algún uso cuando venían las visitas, y la llegada de sistemas teóricamente más avanzados como Move y Kinect no hizo otra cosa que continuar expandiendo este sentimiento.

Sin embargo el supuesto futuro ofrecido por las consolas de nueva generación ya está aquí, y tras unos años de la pasada en el que el boom del control por movimiento pareció desinflarse, tanto Playstation 4 como Xbox One parecen haber olvidado esta supuesta idea revolucionaria de jugar haciendo gestos y aspavientos de forma más o menos sincronizada, aunque en el caso de la consola de Microsoft esta ‘amnesia voluntaria’ haya sido bastante más dolorosa al tener que sufrir de la extirpación de la nueva versión de Kinect, periférico que desde la compañía nos vendieron en un primer momento como indispensable.

Entonces hoy por hoy, ¿qué pueden hacer con Kinect todos aquellos usuarios de Xbox 360 que lo tengan aparcado por casa o incluso aquellos que se compraron Xbox One durante sus primeros meses de vida? ¿Usarlo de pisapapeles? ¿Diseminarlo para clase de ciencias? Pues no, pueden hacer algo mucho mejor; disfrutar de Fantasía: Music Evolved, el último título de la factoría Disney para este dispositivo.

Mira cómo surge la magia al ritmo de tus movimientos.

Pero, ¿qué es Fantasía: Music Evolved?, se preguntará todo aquel lector que se haya mantenido fiel a su decisión de sumergirse en este análisis. Pues la respuesta es complicada, pudiendo ser clasificado como un título musical experimental. Hablamos de la nueva propuesta de Harmonix, estudio responsable de grandes joyas como Rock Band, tratando de resucitar el espíritu de la película Fantasía con la que Walt Disney asombró a medio mundo en 1940. ¡Y qué mejor manera de homenajear a este film que con un título capaz de sumergirnos de lleno en esta obra haciéndonos partícipes hasta la médula de su desarrollo!

Básicamente encanaremos al aprendiz del mago Yen Sid, el cual tiene la tarea de crear un mundo y dotarle de vida. ¿Y cómo podremos ayudar en tal tarea? Pues animando los diversos entornos realizados por el mago a golpe de música mientras realizamos diversas acciones frente al televisor. Es por ello que nos encontramos ante un título apto para todos los públicos sepan o no manejarse con un mando entre las manos, porque todo el peso de la acción recaerá sobre nuestro cuerpo con Kinect como catalizador.

Una vez superado un tutorial práctico nos las veremos con nuestros primeros objetivos, como ir realizando con éxito determinado número de acciones frente a la pantalla, como ‘barridos musicales’, siempre todo al ritmo de la música. Y no hablamos sólo de los temas clásicos del film, porque en Music Evolved también hay cabida por ejemplo para los grandes éxitos de los ochenta y noventa así como para algún que otro tema más actual. En total hay más de treinta canciones entre las que destacan algunas de Mozart, Bach, Depeche Mode, Gorillaz, David Bowie, Police, Lady Gaga y The White Stripes, por mucho que esta mixtura pueda herir los sentimientos de algún que otro melómano.

Las pautas son bastante sencillas. Deberemos mantener la mano en determinado punto por unos segundos, deslizarla en una dirección cuando se nos ordene, bajarla siguiendo un tempo determinado… Resultando entretenido gracias en parte a lo bien que responde en este caso el Kinect de Xbox One, la versión que hemos analizado. Sin embargo pasado un rato ocurre lo de siempre con estos juegos, que tanto hacer gestos acaba cansando tanto física como mentalmente, dado que el desarrollo sobre todo durante las primeras horas puede ser un tanto lento y falto de desafío, mientras que más adelante se vuelve repetitivo.

Como siempre ocurre con estos juegos, la mejor opción es jugar a dobles, porque es ahí cuando el pique con tu pareja, amigo, padre o madre puede enriquecer la experiencia, sobre todo cuando uno de los dos remezcla la canción introduciendo nuevos instrumentos o realizando composiciones propias que se integran dentro del tema que estamos disfrutando.

A nivel visual Fantasía: Music Evolve destaca por ofrecer una sobria sencillez en ciertos puntos que acaba mutando a ratos en formidable belleza gracias a unos fondos llamativos y sobre todo al gran número de efectos especiales que se dan cita a la vez en pantalla. Por supuesto no hablamos de ninguna revelación desde el punto técnico, pero cuenta con la poderosa virtud de transmitir cierta sensación de que lo que estamos llevando a cabo es pura magia, sobre todo cuando son los más pequeños de la casa los que se plantan delante de la tele.

Desempolvando Kinect.

En conclusión nos encontramos ante uno de los pocos títulos de hoy que son mínimamente capaces de aprovechar el control por movimiento ofrecido por Kinect de forma satisfactoria. En particular la versión de Xbox One se comporta bastante bien, evitando las típicas frustraciones por aquello tan viejo de que el gesto que realizamos no concuerda con lo que capta el dispositivo, aunque todo sea dicho, tampoco ofrece un resultado 100% infalible. Como resultado tenemos una experiencia de juego sencilla y accesible que hará las delicias de los más pequeños así como de ciertos adultos, y en particular de aquellos más abiertos a contemplar la vida desde un punto de vista en el que mezclar magia y música no resulta para nada disparatado.

La gran pega de Fantasía: Music Evolved, como siempre en estos títulos, reside en su escasa profundidad y particularmente en este caso en la casi total ausencia de desafío para todo aquel jugador que busque ir un poquito más allá. Además la ausencia de modos extra de juego limitan seriamente su vida una vez hemos superado un modo historia que se queda corto y nos hemos aprendido de memoria las diferentes canciones desbloqueadas en la biblioteca.

Pero lo dicho, nos encontramos ante un título ideal para todo aquel que disfrute con los juegos musicales así como con el control por movimiento, más aún si se tiene a alguien al lado para compartir la experiencia.

Lo mejor:

  • Para ser un juego de control por movimiento, hay que decir que responde bastante bien a todos nuestros gestos delante de la pantalla.
  • Una vez más sirve para poner de manifiesto el gran talento de Harmonix realizando juegos musicales.
  • Resulta tan accesible de jugar como agradable desde el punto visual, contando de paso ciertos temas más que reconocibles y para todos los gustos y colores.

Lo peor:

  • Tenemos que tragarnos ciertas escenas comentadas y tutoriales sí o sí porque sin el mando no se pueden omitir y este juego no hace caso de mando alguno más allá de nuestro propio cuerpo.
  • Más allá de un modo historia que se queda corto y el poder repetir las canciones de nuestra biblioteca no ofrece ningún otro modo de juego extra. Se queda corto.
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