Cegasa, asfixiada por la deuda, presenta concurso de acreedores
La dirección del grupo Cegasa presentará a lo largo de esta mañana en el Juzgado de lo Mercantil de Vitoria un concurso de acreedores ante los serios “problemas de financiación” que arrastra, según han informado fuentes de la empresa. La decisión fue comunicada en la tarde de ayer al comité de empresa, tras haber fracasado el intento de “reactivar la actividad” con la entrada de algún nuevo socio. La medida afecta a 500 trabajadores de las dos factorías que Cegasa tiene en el País Vasco, una en Vitoria y otra en la localidad guipuzcoana de Oñati. La noticia, adelantada hoy por El Correo, fue transmitida ayer a los representantes de los trabajadores.
La empresa no ha emitido aun ninguna comunicación oficial, pero fuentes cercanas aseguran que Cegasa mantiene la búsqueda de nuevos socios para las tres líneas de negocio: el almacenamiento energético, la línea de pequeños electrodomésticos y la de logísta y distribución. La empresa no ha querido revelar el montante total de la deuda acumulada. Ahora, una vez que se presente el concurso de acreedores, será un administrador concursal el que determine el funcionamiento y futuro de la compañía.
El Grupo Cegasa se declaró el pasado 30 de enero en preconcurso de acreedores ante la difícil situación económica a la que le ha llevado el “duro golpe” que la crisis ha causado a su actividad. La empresa aseguró entonces que mantenía negociaciones “avanzadas” para lograr nuevos socios y que esperaba con ese futuro acuerdo equilibrar la dificil situación, con una deuda muy importante que ha terminado por forzar la presentación hoy del concurso de acreedores.
Esta empresa -en la que trabajan cerca de 900 personas, más de 500 de ellas en Euskadi- presentó el preconcurso de acreedores “como marco jurídico para lograr reordenar su actividad”, según aseguró la compañía entonces en un comunicado.
Varios EREs previos
Cegasa, que facturó 124 millones de euros en 2013, considera que el futuro del grupo “pasa por soluciones independientes” para cada una de sus líneas de negocios -almacenamiento energético, logística y pequeño electrodoméstico- y “de la mano de nuevos socios”.
La empresa confiaba en que la incorporación de nuevos socios podría permitir “el mantenimiento de la actividad, pagar a todos los proveedores y atender a los compromisos con las entidades financieras”.
El grupo ha reconocido que se ha visto “duramente golpeado” por la crisis económica, de la que ha asegurado que ha afectado “directamente” a sus líneas de negocio. Pero la crisis viene de lejos. De hecho, en 2008 la empresa presentó un expediente de regulación de empleo, que afectó a 240 trabajadores. Y en 2011, visto que era incapaz de remontar la crisis, tuvo que presentar un nuevo ERE para casi 200 empleados.
