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Ortuzar y Mendia cerraron 'in extremis' las normas que deberán cumplir ambos partidos en el Parlamento

Ortuzar pide un estatus esta legislatura y no renuncia a una consulta habilitante

Aitor Guenaga

Los máximos representantes del PNV y del PSE-EE han mantenido hasta el final el control de la negociación. Tal es así que el mismo lunes, horas antes de que los medios empezaran a desmenuzar las 70 páginas del documento del acuerdo firmado y presentado este martes de manera sencilla y sin boato en el Parlamento vasco, Andoni Ortuzar e Idoia Mendia cerraron una parte que puede parecer un fleco, pero que tiene su importancia para que el pacto llegue a buen puerto: la relación de ambos grupos parlamentarios en la Cámara. Parlamento que vivirá este jueves la primera sesión de investidura de la nueva legislatura.

Y también un clásico de todos los Ejecutivos de coalición, la comisión de seguimiento del pacto, la que velará por el “cumplimiento” del acuerdo y resolverá “las posibles discrepancias que pudieran suscitarse”. Son los cuatro folios de un acuerdo que sigue dando que hablar también más abajo de Pancorbo y que motivó primero mucha frialdad en la gestora del PSOE. Unas suspicacias que han terminado por encauzarse tras el apoyo expreso al pacto de la líder andaluza, Susana Díaz, quien lo ha calificado de “razonable” y ha valorado positivamente que el PNV abrace la legalidad vigente.

Las delegaciones de ambos partidos se han empleado a fondo: Idoia Mendia ha revelado en la comparecencia conjunta con Andoni Ortuzar que se han llegado a intercambiar hasta 24 documentos en este mes largo de negociaciones. Pero en la recta final, ambos líderes ataron los mecanismos concretos que deberán garantizar una coordinación que, a la postre, será fundamental para engrasar el día a día del acuerdo en la Cámara vasca. No en vano, ambas tradiciones llevaban de espaldas los últimos 15 años. Y la “mutua lealtad” de la que hablan ambos partidos en el documento como desideratum deberá testarse a diario. 

Se cierra el paso a la presentación de enmiendas de forma unilateral a los proyectos normativo y las que se apoyen de los grupos de la oposición precisará el acuerdos de ambos partidos. Al igual que las Iniciativas Legislativas Populares (ILP) -que tanto juego dieron en la pasada legislatura, como en el caso del 'frackink' u otras- o las de las Juntas Generales de los territorios históricos. ¿Qué queda fuera de estas 'tablas de la ley' forjadas en aparente titanio entre ambos partidos? el gran desacuerdo pactado entre PNV y PSE-EE: todo lo relacionado con el autogobierno y el nuevo estatus, lo que de hecho dejas las manos libres a los peneuvistas para trenzar acuerdos, si quisiera con EH Bildu o Elkarrekin Podemos en relación al denominado derecho a decidir. 

Las iniciativas de control al Gobierno desde la Cámara se harán también de común acuerdo y cualquier iniciativa de comisiones especiales -de investigación, por ejemplo- y ponencias deberán tener el apoyo conjunto de ambas fuerzas.

Hay otra parte del acuerdo de suma importancia en el día a día del trabajo parlamentario: el papel de la Mesa del Legislativo vasco. PNV y PSE-EE deberán tener una “posición unitaria” en todo lo relacionado con la admisión a trámite de los asuntos que lleguen a ese órgano -que rige el devenir de las propuestas parlamentarias- y su calificación. Los socialistas han cedido aquí papel al PNV porque han aceptado que si han discrepancias entre ambas formaciones, se atenderá el “criterio fijado por la Presidencia”, en manos de la peneuvista, Bakartxo Tejeria.

Peinando el organigrama del Ejecutivo

Mientras, en Lehendakaritza se trabaja a contrarreloj para cerrar la letra pequeña del organigrama del Gobierno -que se hará pública el viernes tras superar la sesión de investidura- y los nombres de los futuros consejeros, que se harán públicos el próximo sábado, tras la jura en Gernika del futuro lehendakari.

Fuentes oficiales de Presidencia no cerraban a última hora de este martes el número de carteras definitivo (se duda entre diez u once departamentos) y cómo se distribuirán las diferentes áreas que han quedado desgajadas de los Departamentos que ahora gestionarán los socialistas. Además, se perfila una gran consejería de defensa del autogobierno, en manos previsiblemente del portavoz, Josu Erkoreka -que ya no gestionará Justicia- y en la que estará incluido el equipo de letrados de la dirección de lo Contencioso-Administrativo que antes estaban adscritos a Justicia. El texto del acuerdo menciona en varias ocasiones ese “Departamento competente en materia de defensa del Autogobierno” y ambos partidos han acordado una defensa férrea de las competencias transferidas y hacer frente a la política de “recentralización” del Gobierno español.

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