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Solidaridad vecinal cuando los comedores cierran por vacaciones

Los comedores escolares son una salvación para muchas familias

Paola Fernández

San Sebastián —

Varios vecinos del barrio de Altza en San Sebastián se han puesto manos a la obra para ayudar a varias familias que están pasando por una situación complicada. El pasado verano comenzaron a repartir comida preparada a un total de ocho familias tras detectar que varios niños del colegio “no comían en condiciones”, sobre todo durante las vacaciones, cuando no pueden acceder al comedor del colegio. El responsable de la Asociación de Vecinos del barrio, Juan Luis Apalategui, apunta que “evidentemente hasta que no hemos llegado nosotros, por suerte, nadie se ha muerto de hambre” y está seguro de que si no estuvieran tampoco, pero lo que sí tienen claro es que “estos niños no se están alimentando bien”.

Según los datos del último barómetro de San Sebastián, elaborado por el Ayuntamiento, Altza se encuentra en una tasa de paro superior a la media de la ciudad con un 15,9%, siendo el barrio con más paro. Entre los vecinos Apalategui apunta que hay familias que no reciben ningún tipo de recursos y otras que los reciben, pero “aun recibiendo recursos como la RGI hay que tener en cuenta que es gente que está subsistiendo”, porque “una vez pagado el alquiler les pueden quedar unos 120 euros al mes y con esto nadie se puede alimentar bien”. El representante de los vecinos explica que lo que hacen ellos es “simplemente es un reparto de alimentos”, pero a su juicio “al final lo que tenemos que hacer como ciudadanía es colaborar para que esta gente desde su desgracia lo pase lo menos mal posible”.

Esta iniciativa comenzó el pasado verano cuando varios niños empezaron a comentar a sus padres que algunos amigos del colegio les pedían algo en el almuerzo porque tenían hambre. Así, desde la asociación de vecinos hablaron con la APA y la dirección del colegio, quienes confirmaron que sí que había casos de familias que tenían necesidades en este sentido. Ante la llegada del verano, en el que muchos niños se quedarían sin acudir al comedor, plantearon la posibilidad de realizar un reparto de comida. Desde el colegio se envió una carta a todos los alumnos para informar sobre la iniciativa y se apuntaron un total de ocho familias. Ahora en Navidades han vuelto a mandar la carta y se ha apuntado una familia más. En un primer momento se planteó la posibilidad de abrir el comedor del colegio en el periodo vacacional, pero finalmente no se realizó, así que plantearon otra manera de “garantizar que los niños se alimenten adecuadamente en estas fechas”.

Respuesta vecinal

Apalategui recuerda que tras este nuevo planteamiento lanzaron en verano, a través de Facebook y Twitter, “un mensaje de auxilio”. Así, plantearon la “necesidad de colaboración”, pero no pensaban “ni por lo más remoto” que tendrían esa respuesta por parte de la ciudadanía donostiarra, ya que “superó con creces lo que se necesitaba”. Se consiguió más del doble de lo que tenían calculado para estas familias. De hecho, se pusieron en contacto con el Banco de Alimentos de Gipuzkoa para darles el excedente.

Uno de los centros a quien más agradecidos están, es a la Residencia de Ancianos de Berra, ya que son ellos quienes desinteresadamente elaboran y envasan la comida que se reparte a estas familias alzatarras. Además, una vez por semana la asociación de vecinos reparte galletas, leche y Cola-Cao para el desayuno. La comida preparada se reparte los martes y los viernes porque no se puede mantener tantos días.

Desde la Asociación de vecinos plantearon al Ayuntamiento de San Sebastián si les podía ayudar de alguna manera, sin embargo, en este ámbito el consistorio no tiene competencias. Aun así Apalategi apunta que les ha molestado la “falta de respuesta” de esta institución. A su juicio, “el Ayuntamiento tiene que colaborar en este programa”.

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