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El fracking no da votos (o sí)

Eduardo Azumendi

El debate del fracking se ha convertido en el cuento que nunca acaba. Los partidos que en su momento se oponían a está técnica de fracturación hidráulica, como el PNV, ahora tratan de escabullir el bulto. Y los que estaban por la labor de explorar sus posibilidades, como el PSE, ahora se oponen. Y el PP lo defiende en Madrid, pero los dirigentes del partido en Álava se oponen. En medio, la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que pide la prohibición y que tramita el Parlamento. La ILP, que llega arropada por más de 100.000 firmas, iba a ser tramitada inicialmente en la Comisión de Medio Ambiente, presidida por EH Bildu. Pero, el PNV ha maniobrado para que pase a la Comisión de Desarrollo y Competitividad que él dirige. ¿El objetivo? Manejar los tiempos del debate, algo que importa mucho a los partidos cuando se acercan las elecciones municipales y el tema resulta controvertido socialmente.

El primer asalto de esta pugna se ha saldado con empate. La petición de los nacionalistas ha sido respaldada por el grupo popular y rechazada por EH Bildu y PSE en la Mesa del Parlamento, por lo que será la Junta de Portavoces la que el jueves se pronuncie sobre este asunto.

Para PSE y EH Bildu, la única pretensión del PNV es “retrasar” hasta después de las elecciones de mayo la tramitación de la ILP “para no tener que dar la cara ante la sociedad vasca antes de las elecciones municipales y forales de mayo”. El parlamentario de EH Bildu, Dani Maeztu, ha asegurado que el PNV “apuesta por el fracking, pero sabe que eso está mal visto” y por ello “quiere evitar el debate hasta después de las elecciones”.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, prometió hace dos años durante la campaña que le aupó al cargo que no habría “ni explotación ni exploración” con el fracking. Pero los pasos que ha ido dando el Gobierno vasco desde entonces no van en esa línea. La parlamentaria socialista Natalia Rojo ha acusado al PNV de “utilizar subterfugios parlamentarios para retrasar la ley sólo para evitar pronunciarse antes de las próximas elecciones”.

La intención del PNV es plantear “varias comparecencias previas” a la presentación de enmiendas a la ley, en una demostración de que lo importante es “controlar la ponencia más allá del resultado”. “Solo busca controlar los tiempos y paralizar la ley”, ha censurado Rojo.

Desde la plataforma Fracking Ez, impulsora de la ILP, ha considerado que este cambio “lejos de responder a cuestiones técnicas o procedimentales, está relacionada con el control de los tiempos electorales” y ha advertido de que esta maniobra y la petición de comparecencias previas a las alegaciones “dejan la puerta abierta a que la tramitación de la ley se prolongue indebida e indefinidamente”.

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