Las propuestas sobre la paz, relegadas en campaña electoral

Hace cuatro años que ETA declaro un alto el fuego y dejó de matar. Prácticamente desde ese momento las prioridades ciudadanas relegaron a un segundo plano todo lo relacionado con la paz y la convivencia para dar paso a preocupaciones más 'mundanas', como llegar a final de mes. Y durante esta campaña a las elecciones generales se está constatando este cambio de prioridades, con la gestión del final de ETA estancado. Tanto partidos (salvo EH Bildu, que mantiene vivo el debate independentista) como ciudadanos se centran en la recuperación económica.

Las elecciones generales de 2011 se celebraron justo después de que ETA anunciara el “cese definitivo de la violencia”. Aquel escenario de optimismo con respecto a un final total de la banda ha dado paso hoy a cierto punto de indiferencia.  La reciente dimisión de la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, tras las críticas del partido a su propuesta de aprobar una moción que cambiaba el término ‘condena’ del terrorismo por ‘rechazo’parece que es algo que pasó hace décadas. En campaña, probablemente ni salga a relucir.

Mientras el PNV centra su programa electoral en la defensa del autogobierno, Podemos aboga por el fin de la política de dispersión de presos de ETA y “un pacto de memoria y reconocimiento”. Para el PP, ETA no debe ser “la prioridad de ningún Gobierno”. Y, por su parte, los socialistas urgen la búsqueda de pactos donde la izquierda abertzale reconozca que matar “siempre estuvo mal” y en los que las víctimas sientan el reconocimiento del daño causado.

EH Bildu considera que es preciso construir una memoria “inclusiva y completa” porque cada uno tiene “una vivencia propia del conflicto” y, en consecuencia, “un relato propio” que no se puede imponer a nadie“.