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Sobre ruedas contra el gasto y la industria militar

Presentación de la séptima edición de la marcha ciclista contra la industria y el gasto militar celebrada en Ekoetxea en Bilbao.

Laura Murillo Rubio

Bilbao —

El próximo sábado 26 de abril se cumplen 77 años del Bombardeo de Gernika en 1937 y varios colectivos ecologistas, antimilitaristas y personas pertenecientes al movimiento de la solidaridad han convocado para esta fecha la ‘7ª Marcha ciclista contra el gasto y la industria militar’, en denuncia de un sector que sitúa a Euskadi en la actualidad como productor de entre un 15 y 20% del conjunto de la industria militar del país, en la que participan un centenar de empresas vascas, que venden material armamentístico por valor de 600 millones de euros anuales.

La marcha, que partirá desde la Diputación de Bizkaia en Bilbao, recorrerá también Barakaldo y Getxo, municipios en los que se encuentran Precicast y Sener, dos de las principales empresas vascas vinculadas con la fabricación de armas, a las que se exigirá “la conversión de la industria militar en civil”. Según han comunicado las diversas asociaciones, ambas empresas surten piezas para el A400, el avión de transporte militar, así como para el helicóptero europeo de combate, ubicados dentro de los principales programas europeos militares “en los que están casi todos los países de la Unión, incluido el Gobierno español”, han especificado.

“Podemos decir que Sener es la matriz de la industria militar vasca. Está muy bien situada políticamente tanto con el Ejecutivo autonómico como con el Gobierno español y tiene una relación muy estrecha con el Ministerio de Defensa, tal y como indican en su propia página web”, ha indicado Oscar Aranda, integrante de Kakitzat, sobre la influencia de la empresa getxotarra, que además patrocina uno de los premios emitidos por el Ejército de Aire.

Además, han denunciado “acuerdos de colaboración” de Sener con la UPV, “puesto que todos los años acuden a la Facultad de Ingeniería para dotarse de nuevos trabajadores y trabajadoras, intentando limpiar así su imagen pública para decir que fabrican cosas que se supone que son beneficiosas para el ser humano, pero que, como vemos, están muy metidos en una industria militar que destina sus productos a países de conflicto”, han explicado. De esta forma, Aranda ha recriminado la labor de estas empresas que “solo producen sufrimiento, miles de refugiados y muertes en los países donde se utilizan los productos militares que aquí se elaboran”.

Más armas, menos interés social

Las empresas de armamento vascas obtienen por sus ventas al Ministerio de Defensa y Fuerzas Armadas, así como a Estados Unidos, Inglaterra, Marruecos, Israel, Egipto, Brasil, México y Argentina unos beneficios de 125 millones de euros anuales. Por su parte, los diversos colectivos denuncian que las subvenciones a las industrias armamentísticas son “enormemente generosas, frente al abandono y los recortes en otros sectores productivos y de mayor interés social”.

Según comunican en nota de prensa, en los dos últimos años Sener ha recibido 2 millones de euros por parte del Gobierno Vasco y Precicast percibió casi 200.000 euros a través del programa Gaitek. Asimismo, el Ministerio de Industria subvencionó con 4 millones y medio de euros al grupo ITP, “dentro del plan de, lo que ellos llaman, fomento de la competitividad de sectores estratégicos que, en realidad, se traduce en más armas”, han asegurado. En este sentido, las partidas presupuestarias nacionales destinadas al gasto militar arrojan una cifra inicial para este año de 14.503 millones de euros. A ella se suma la deuda española contraída con el negocio armamentístico que asciende a 32.000 millones de euros.

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