La oposición exige avances en la reforma del Senado y el PP insiste en que sólo si no se toca la Constitución

Todos los grupos trabajaron desde el inicio de la legislatura en una ponencia para cambiar las funciones del Senado, con el compromiso de lograr alguna modificación en esta legislatura para reforzar de alguna manera el papel legislativo y político de la Cámara Alta. La idea original era aprobar un documento de reforma en esta legislatura y que las novedades pudieran entrar en vigor en la siguiente.

Con los meses, se llegó a un amplio consenso sobre varios asuntos, pero el trabajo volvió a encallar a mediados de 2013 y no se reanudó. El PP ha achacado al PSOE que sus problemas internos han impedido el avance y los socialistas denuncian que el Gobierno no tiene intención sincera de reformar el Senado.

Los grupos retomaron la cuestión a la vuelta del verano pasado y se dieron un tiempo para plantear una última y definitiva propuesta; sin embargo, la ponencia nunca volvió a convocarse y la reforma cayó de nuevo en el olvido. Hasta este martes, en que los portavoces han decidido reunirse para “dilucidar qué tramitación se da al proceso y que cada uno diga con claridad que piensa hacer”.

ADVERTENCIA ANTE LAS GENERALES

Así lo ha explicado el portavoz adjunto de la Entesa pel Progrés de Catalunya, Jordi Guillot (ICV), tras la reunión de la Junta de Portavoces. Guillot ha advertido de que los partidos políticos no pueden acudir a las próximas elecciones generales sin haber cambiado nada del Senado. “Puede ser un desastre”, ha señalado. “No puede ser, bajo ningún concepto, que no hagamos nada”, ha insistido.

A su juicio, ha llegado el momento de que todos los grupos cierren el pacto o quien se oponga, “diga con claridad que no”. “Hemos reformado la Constitución en un mes y medio, si hay voluntad se puede dejar una propuesta enhebrada para la próxima legislatura”, ha añadido.

SÍ, PERO SIN REFORMA CONSTITUCIONAL

El portavoz del PP, José Manuel Barreiro, se ha mostrado partidario en “desbloquear este tema” y confiado en cerrar un acuerdo. “Lo que defendemos es que no tiene sentido una reforma constitucional exclusivamente para temas que tienen que ver con el Senado. Podemos avanzar en esas otras cuestiones y dejar los puntos que impliquen la reforma constitucional para otro momento”, ha aclarado.

Aunque la Constitución establece que el proceso legislativo se inicia en el Congreso y sigue en el Senado, Barreiro cree que cabría invertir el orden sin reformar la Carta Magna si ambas cámaras se pongan de acuerdo y lo aprueban.

Uno de los planteamientos de la reforma en la que los grupos están de acuerdo implicaría que el Senado iniciara la tramitación de leyes de carácter territorial y que tuviera que ser consultado sobre proyectos de este tipo.