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Agustí Villaronga: “Los naufragios no tienen que ser dentro del agua”

Agustí Villaronga: "Los naufragios no tienen que ser dentro del agua"
Málaga —

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Málaga, 10 jun (EFE).- Es la primera vez que el cineasta balear Agustí Villaronga presenta una película a competición en la Sección Oficial del Festival de Málaga en casi 45 años de carrera; se trata de “El vientre del mar”, un poema que cuenta “la herida del hombre ante los sucesos trágicos”.

“Los naufragios no tienen que ser dentro del agua”, comenta el director mallorquín en una entrevista con Efe, minutos antes de presentar al público malagueño su filme en blanco y negro, rodado con “un presupuesto muy bajo” y por ello, afirma, “mucho más libre”.

La película es una versión cinematográfica de un texto literario de Alessandro Baricco que Villaronga había adaptado como monólogo entre dos personas para teatro; pero llegó la pandemia y los proyectos se vinieron abajo.

“Decidimos hacer una película con eso, así que la película es heredera de la literatura y del teatro, juega con los tres sistemas de narración. Fue una película un poco de guerrilla, cuando todos se subían a las azoteas a cantar”, señala.

El director de “Pa negre” (2010), película ganadora de 9 Goyas, explica que la cinta “trata de naufragios, de supervivencia, de cómo salir adelante, y es fácil -concede- identificar este suceso de hace doscientos años con las muertes que pasan hoy en el Mediterráneo”.

“Pero habla más de la herida del hombre ante los sucesos trágicos, cómo el destino va cambiando; puede ser una patera, un cambio de fronteras entre México y EEUU, o una pandemia. Todo esto hace que al hombre le aflore su herida. Y se puede ampliar”, dice.

Por eso, la película intercala imágenes reales de inmigrantes muertos en el mar, pero también del genocidio armenio, de Ruanda, de los terremotos de Haití... “Los naufragios no tienen que ser dentro del agua”, afirma.

“Es curioso -agrega el cineasta, Premio Nacional de Cinematografía-, que en uno de los últimos naufragios de una patera en España, que tuvo un par de supervivientes, lo que contaban ellos, es increíble -se emociona- el paralelismo con lo que contaban los marineros de los diarios de Savigny”.

El también director de “Aro Tolbukhin: en la mente del asesino” (2002), asegura que cada año que pasa le cuesta más identificar los referentes que nutren su cine, pero esta película está atravesada por una historia real, inmortalizada por Théodore Géricault en el famoso lienzo La balsa de la Medusa.

Tras el naufragio de un buque, 147 hombres intentan salvarse, confinados en una balsa a la deriva en medio del mar, pero solo dos lo consiguen. El suceso sirvió al italiano Baricco para escribir “Oceano Mare”, que Villaronga ha concentrado en “El vientre del mar”.

PREGUNTA.- ¿Naufragan los que mueren o nosotros que los dejamos morir?

RESPUESTA.- Pues esa es la cuestión, desde luego ellos naufragan y mueren; pero lo que sí sé es que la posición humanitaria del primer mundo, por decirlo de algún modo, no es la que tiene que ser. Por mucho que nos quejemos, y denunciemos, todo tiene que pasar por un nivel político y es muy difícil pronunciarse.

Yo he reflexionado mucho y he hablado con muchas personas a raíz de esta película y realmente no sabes muy bien si abres o cierras fronteras, pero sea como sea hay un problema humanitario grande.

P.- ¿Espera que su película sirva para algo, quizá para que los políticos reflexionen?

R.- De la política ya no espero mucho en nada, no solo en eso, sino en nada. Funciona, lo que tiene que funcionar -tampoco es que quiera hablar mal-, pero no entra en mi modo de pensar las cosas. No sé qué se puede hacer desde la posición nuestra, y no, no creo que la película vaya a ser útil para algo. Puede ser que a alguien le toque, pero para el problema en sí del Mediterráneo, para nada.

P.- Es la primera vez que compite en Málaga; la cinta viene de ganar el premio de la critica del Festival de Moscú.

R.- Había venido de invitado pero nunca en competición. La verdad es que me ha hecho mucha ilusión. Me gustaría que nos fuera bien la película y que Málaga abriera un poco más, creo que puede coger más solidez, empezó y ha vivido más de películas para televisión, pero pienso que sería bueno que un festival que habla hispano cogiese más envergadura.

P.- Aparte de una evidente decisión estética, ¿por qué utiliza el blanco y negro?

R.- Me ayudaba a darle ese aire un poquito documental que a veces le va bien, pero lo trasciende enseguida. Si yo tuviese que decir algo de mi cinta es que es muy poética, no es naturalista para nada, y el blanco y negro ayuda a darle un intento de credibilidad“.

Protagonizada por Roger Casamajor y un catalán de padre congoleño y madre barcelonesa, Òscar Kapoya, está rodada en catalán y espera llegar a las salas el próximo otoño.

Por Alicia G. Arribas

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