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Más trabajo a largo plazo y menos 'telemedidas' en caliente

Paco Cepeda

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Tras la muerte, el asesinato, de un ultra del Deportivo de la Coruña estamos asistiendo a un nuevo episodio del sobreanálisis generalizado que en los últimos tiempos tan de moda está en la crispadísima sociedad española. Tertulias de mañana, de mediodía, de tarde y de noche que necesitan temas si pueden ser morbosos para exprimir hasta el ridículo, porque hace falta mucho carbón para seguir alimentando la caldera de esta forma barata de hacer televisión. Tipos malos con pinta de malos, con capuchas, que se pelean, hieren, matan... y con una cierta organización medio militar y medio mafiosa son elementos muy pero que muy televisivos. Y la cosa funciona.

Pones en la tele a un tipo con el rostro tapado, con la voz distorsionada y describiendo una vida muy de película, y las audiencias suben. Y como suben, pues más tralla, y como se convierte en tema de Estado, pues los responsables se apresuran a participar en la orgía de popularidad, para reclamar su cuota. Y hablan de medidas ejemplarizantes, un concepto especialmente usado estos días y por otro lado tan peligroso por su tendencia a la injusticia. Y se busca a prisa y corriendo una batería de medidas, de regulación, absolutamente improvisadas. Todo sobredimensionado e innecesario.

Porque el código penal ya castiga y duramente a los asesinos. Ya trabaja sobre los delitos de odio. Ya hay mecanismos que persiguen y tratan de prevenir este tipo de enfrentamientos entre descerebrados. ¿Que a veces falla? Pues claro. Ya sabemos todos que los malos engañan a veces a los buenos. Y lógicamente habrá que ajustar mejor todo, para fallar lo mínimo, pero seguro que también se trabaja para evitar los robos de bancos, y se roban.

Y al final, o al principio, sale a escena la responsabilidad de los clubes. Personalmente, me repugna la convivencia de dirigentes y ultras. Sé que es más fácil de decir que de evitar, pero no entiendo que a cambio de unas horas de animación se les dé un sitio tan relevante y unas prebendas absolutamente inmerecidas. Sé que es frecuente que se les regalen entradas, que luego usan y venden, y sé igual que todos que algunas veces, muchas, de forma directa o indirecta, les subvencionan los viajes, y eso está muy mal, tremendo, injustificable, pero por ese trato de favor no muere un tipo en el Manzanares.

No quiero con eso ni por asomo exculpar a los dirigentes ni al mundo del fútbol, pero sí poner el acento en que estos violentos lo son de fábrica, y que lo que buscan es la pelea, en el fútbol o en la cola del baño de una discoteca. Cierto es que hay espacios en los que es más sencillo sacar ese demonio que llevan dentro, pero una ley, otra, no va a erradicar nada. Eso sólo se hace con educación en valores. Suena muy filosófico, muy a largo plazo, muy poco concreto, muy poco televisivo, pero lo cierto es que es lo único que medio funciona.

*Paco Cepeda es uno de los fundadores de www.muchodeporte.com

Tras la muerte, el asesinato, de un ultra del Deportivo de la Coruña estamos asistiendo a un nuevo episodio del sobreanálisis generalizado que en los últimos tiempos tan de moda está en la crispadísima sociedad española. Tertulias de mañana, de mediodía, de tarde y de noche que necesitan temas si pueden ser morbosos para exprimir hasta el ridículo, porque hace falta mucho carbón para seguir alimentando la caldera de esta forma barata de hacer televisión. Tipos malos con pinta de malos, con capuchas, que se pelean, hieren, matan... y con una cierta organización medio militar y medio mafiosa son elementos muy pero que muy televisivos. Y la cosa funciona.

Pones en la tele a un tipo con el rostro tapado, con la voz distorsionada y describiendo una vida muy de película, y las audiencias suben. Y como suben, pues más tralla, y como se convierte en tema de Estado, pues los responsables se apresuran a participar en la orgía de popularidad, para reclamar su cuota. Y hablan de medidas ejemplarizantes, un concepto especialmente usado estos días y por otro lado tan peligroso por su tendencia a la injusticia. Y se busca a prisa y corriendo una batería de medidas, de regulación, absolutamente improvisadas. Todo sobredimensionado e innecesario.