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Un alcalde del PP en Granada dimite tras pedir expulsar a personas migrantes que vienen “a delinquir”

Álvaro López

15 de octubre de 2025 12:08 h

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“Necesitamos más mano dura y actuaciones fuertes contra esta chusma. Si hay inmigrantes implicados, deben ser expulsados de forma inmediata porque no son bienvenidos. Ahora habrá quien me llame racista, pero creo que es razonable. El que viene a molestar y delinquir no es bienvenido”. Esas frases son del senador y hasta este miércoles alcalde de Loja (Granada), Joaquín Camacho. El edil del Partido Popular, que ha presentado su dimisión alegando que el municipio debe empezar “una nueva etapa”, llevaba semanas en el foco de la polémica por estar compartiendo mensajes que estigmatizan a los migrantes de su localidad mientras, paralelamente, elimina un programa de integración. Sus publicaciones en redes sociales están dando alas a un discurso ultra que es compartido por algunos vecinos del municipio, al tiempo que las personas migrantes se sienten estigmatizadas.

Camacho, que era alcalde de Loja desde 2011 y permanece como senador desde 2023, justificaba sus comentarios alegando que los migrantes están alterando la paz de esta localidad del poniente granadino. En concreto, el hasta ahora regidor había colgado diversos mensajes en los últimos meses en los que hace suya la retórica trumpista de deportar a aquellos migrantes que puedan verse involucrados en altercados que, según él, se producen porque “vienen a molestar y no a respetar”. Una postura que contrasta con la que adoptaba el propio alcalde hace ocho años al poner en marcha un programa de integración para personas migrantes que ha logrado resultados positivos. Sin embargo, el Consistorio ha decidido suspenderlo.

Dicho programa, que no seguirá en 2026, ha permitido que 80 personas procedentes de otros países hayan logrado un empleo y una vida estable en Loja. A pesar de ello, según el ya exalcalde, el programa en cuestión no está dando los resultados de integración que debería y entiende que ese tipo de proyectos han de estar abiertos a “toda la población”. Niega que su suspensión se deba a un problema de financiación, sobre todo porque el 95% del programa lo sufraga la Junta de Andalucía. Se suspende “por una cuestión de responsabilidad social”, dice el primer edil porque entiende que partes del proyecto, como una escuela de verano solo para migrantes y no para el resto no favorecen la integración.

No obstante, la decisión de anular dicho programa, que dejará de operar a partir de diciembre, se suma al resto de publicaciones que el exregidor había hecho en sus redes sociales: “Ahora algunos de izquierdas me llamáis racista, si queréis. Pero nuevamente un altercado en pleno centro de Loja y nuevamente de inmigrantes que vienen a molestar y no respetar. Si hubiera una ley contundente, que cuando una persona que viene a delinquir fuera expulsada de forma inmediata, otro gallo cantaría”.

Clima tenso en Loja

Las palabras del senador y exalcalde no se han quedado solo en las redes sociales. En Loja, donde viven alrededor de 20.000 habitantes, el ambiente lleva tiempo enrarecido por una creciente visión excluyente sobre las personas migrantes. Lo denuncian docentes, vecinas y técnicos que trabajan a diario con esta población. Hablan de un clima tenso, de un aumento de los insultos y de un sentimiento creciente de desconfianza hacia quienes no han nacido en España.

“Desde que vivo aquí estoy en shock por las situaciones que he vivido. Desconocía que la gente era tan racista”, confiesa Alicia -nombre ficticio para preservar su identidad-, profesora y educadora de español en Loja. Lleva años trabajando con niños y adolescentes migrantes, en su mayoría de origen marroquí. “Las publicaciones del alcalde son el detonante de comentarios racistas uno detrás de otro. No importa la edad ni el nivel cultural, todo el mundo lo reproduce”.

Alicia cuenta que su labor educativa ha pasado de centrarse en el aprendizaje del idioma y la integración cultural a convertirse, muchas veces, en una tarea de contención emocional. “Necesitan acompañamiento psicológico para afrontar todos los cambios que experimentan al mudarse de país. Pero no hay recursos. Los programas que había están infradotados, y ahora directamente se eliminan”, explica.

Su testimonio coincide con el de Juanfran Cañadas, uno de los técnicos que hasta ahora formaba parte del programa municipal de inmigrantes, un proyecto con ocho años de trayectoria. “Se retira por motivos ideológicos, es que no hay otra más”, resume. “El Ayuntamiento aporta solo el 5% de fondos propios y el 95% lo pone la Junta de Andalucía. Si el Ayuntamiento no lo pide, el proyecto no se lleva adelante aunque la financiación esté garantizada”.

El programa -junto al de desarrollo gitano, con más de treinta años de historia- ofrecía clases de español, talleres de integración, apoyo escolar, asesoramiento administrativo y acompañamiento comunitario. Su retirada, que el gobierno municipal justifica apelando a la “falta de integración real”, dejará a decenas de familias sin asistencia y sin una red de apoyo mínimo. “Las mujeres migrantes son el 95% de las beneficiarias. Sin este programa, muchas quedan sin recursos y sin voz”, advierte Juanfran.

“Desconocimiento” municipal

Las consecuencias ya se perciben. Algunos usuarios están siendo derivados a Cruz Roja o a los centros de adultos, pero la mayoría se quedará fuera del sistema. “El equipo de gobierno no sabe ni cuántos profesionales estamos trabajando ni entiende lo básico del programa”, lamenta el técnico. “Si no hay programa, los servicios sociales se saturarán y nadie atenderá el absentismo escolar ni los problemas de convivencia”.

Mientras tanto, los mensajes del senador y exalcalde encuentran eco entre algunos vecinos, que replican sus palabras en redes sociales y en las calles. Alicia lo vive cada día: “La gente repite lo que ve en Facebook. Dicen que los migrantes no se integran, pero ¿cómo van a hacerlo si se les niega el espacio para aprender y participar?”. La profesora insiste en que los programas de integración funcionan cuando se hacen desde lo público, “no desde la caridad”, y cuando se respeta la cultura de origen. “Es importante que mantengan su cultura y que aprendan español bien para poder integrarse y mejorar su rendimiento académico”.

El Ayuntamiento de Loja ha declinado responder a las preguntas de este medio sobre la suspensión del programa y las declaraciones del ya exalcalde. Tampoco ha aclarado qué alternativa plantea para sustituir un proyecto que durante años ha sido reconocido por la Diputación de Granada y por entidades sociales por sus buenos resultados.

Desde la oposición, el PSOE asegura que está al tanto de la decisión y que trabaja “para evitar la desaparición de un recurso tan necesario”, aunque desde el propio equipo técnico consideran que su respuesta pública ha sido tibia. “El caso se conoce, pero no se defiende con la contundencia que merece”, resume Juanfran.

La paradoja es que la eliminación del programa de inmigrantes y del de desarrollo gitano se produce tan solo un año después de que la Diputación de Granada, también gobernada por el PP, premiase la labor del Ayuntamiento de Loja en ambos proyectos. Un galardón que contrasta con la realidad que pretende imponer el Consistorio a golpe de mensajes en redes sociales y de políticas que eliminan recursos para ciudadanos vulnerables.

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