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En la recuperación de la memoria histórica es fundamental la recuperación de los hechos. Y detrás del rigor, están las investigadoras e invesitgadores andaluces a los que queremos dar el protagonismo que merecen en esta ventana repasando sus motivaciones y sus trabajos más destacados.

La Historia y la Memoria como necesidad “en el mundo de las noticias falsas”

La investigadora Concha Langa

Juan Miguel Baquero

  • Concha Langa, profesora de Historia Contemporánea en la Universidad de Sevilla y especializada en Historia de la Comunicación

Las batallas también se libran desde los periódicos. A veces a sangre, otras con envites más sutiles que llegan ahora en forma de fake news alimentadas al extremo. Porque una sociedad necesita conocer su historia. Y tener memoria. De lo contrario, queda amputado el “espíritu crítico”, como analiza Concha Langa, profesora de Historia Contemporánea y especializada en Historia de la Comunicación.

En tiempos de guerra, la información es un arma contra el enemigo. Una herramienta para adoctrinar. Y España no quedó ajena a la edad de oro de la propaganda, los años 30 del siglo pasado. Tras el golpe de Estado fallido del fascismo contra la Segunda República, “el franquismo fue terrible con el periodismo”, señala.

Quedan como rastro el control militar de las redacciones y la violencia estructural contra los periodistas. O recuerdos como las alocuciones genocidas del golpista Queipo desde los micrófonos de Radio Sevilla. “Uno de los casos más significativos”, subraya Langa. Y el pasado está “para entenderlo, asumirlo y contarlo”.

De remover el odio a la momia de Franco

Langa no entiende a quienes dicen que la Historia, mezclada con Memoria, significa abrir heridas. “Esto de remover el odio… es que es absúrdamente ridículo”, afirma Langa. “Hay que conocer tu pasado para entender tu presente y mejorar tu futuro”, recomienda. Porque, avisa, “estamos en el mundo de las noticias falsas”.

“Cuando abro un periódico, cuando veo un noticiero, no se puede entender lo que está pasando en este momento en España si no sabes de dónde venimos”. Y si no existe “espíritu crítico” la gente pierde capacidad “de decir ‘eso no es cierto, no me vendas esa moto’… para que no te engañen”, invita Concha Langa.

Un ejemplo: la momia de Franco. Lo explica: “Hace 40 años que murió ese señor, es alucinante que la gente siga discutiendo por este tema. Ahí se ve que no se ha superado”. Porque “no podemos borrar la historia, hay que asumirla”. Y “este país debería darse cuenta de que las heridas se cierran cuando se curan”. Como en la tumba del dictador. O como en las fosas comunes y las cunetas.

Franco debe estar fuera de Cuelgamuros, entiende. “Tendría que hacerse con normalidad: sacarlo y que desde luego no acabe en La Almudena. Sería empeorar la cosa”. Y el mausoleo fascista, resignificado: “No dinamitar el Valle de los Caídos, es una barbaridad, sino convertirlo en un espacio de pedagogía de la Memoria”.

La “improvisación” del franquismo

¿Y cómo entró Concha Langa en el mundo memorialista? “Sobre prensa y guerra civil empecé a trabajar con mi tesis”, recuerda. Con el título ‘ABC de Sevilla en la guerra civil’, el trabajo analizó cómo el rotativo local asumió el papel de edición nacional cuando todos los periódicos conservadores de Madrid están bajo control republicano.

“ABC apoya el golpe de Estado desde el primer momento. ‘Viva España’ dice el primer número que sale, el 21 de julio”, cuenta Langa. Y en “casi 3.000 editoriales y columnas de opinión” desgrana las “diferentes fases” de un régimen “camaleónico” capaz de “fomentar una imagen fascista” en sus inicios para ir mutando a una careta capitalista “cuando se acerca al amigo americano”.

“El franquismo se va improvisando sobre la marcha”, resume. Franco se adaptó a los tiempos, a conveniencia, para arañar tiempo a los tiempos “y acabar muriendo en la cama”. La profesora se adentra en estas mutaciones con sus estudios. Una muestra está en sus diversas publicaciones, en su inmersión académica, y en cómo aplica estos perfiles en sus clases en las facultades de Historia y Comunicación.

La represión “terrible” a los periodistas

La Memoria Histórica, luego, se fue colando por la rendija de “un encargo” que se fue convirtiendo “en un regalo”. La Asociación de la Prensa de Cádiz quería “información sobre la represión de periodistas”. Concha Langa aceptó el reto. Y tanto que había rastro de esa “historia de los vencidos”. Con epicentro en la Bahía gaditana, iba emergiendo ante la historiadora un “tema fascinante”.

“Yo había trabajado el tema de los periodistas que quedan en el ‘bando nacional’ porque es lo que había encontrado en Sevilla”, rememora. Fue una llegada a la Memoria, dice, “por otro camino”. Tras el golpe de Estado “los periodistas, de una forma u otra, sufren múltiples represiones o simplemente tienen que dejar de escribir”, cuenta.

“El franquismo fue terrible con el periodismo”, resume. Los golpistas activan un “corsé” para ejercer un control militarizado. Con cada afín a la democracia e incluso entre profesionales “que por ideología apoyan el movimiento”. El estudio del escenario represivo en el mundo periodístico gaditano construye “esa historia a veces terrible de qué pasó con las personas que habían hecho prensa y empiezan a ser perseguidas”.

El régimen franquista “quería absoluta docilidad”. En toda la sociedad, también entre los plumillas. La Ley de Prensa de 1938, “de las más duras que han existido en el mundo”, incide en la herida. “La situación fue complicada para toda la prensa”. Excepto para Falange, que acaba acaparando una extensa red de periódicos.

De fake news y “lo inmediato”

“El desconocimiento de la historia reciente de España es… triste”. Y peligroso, porque “permite la manipulación”. Pero hay un problema: “La historia no está de moda”, afea. “A los historiadores nos lee muy poca gente”, lamenta. Esto, dice, “tiene que ver con la era digital”, con el recurso “a lo inmediato” y el desprecio “a las humanidades”.

Y cuando se unen “pereza mental”, fake news y redes sociales… “Hay un paralelismo” entre los años de la guerra civil y el franquismo y los tiempos actuales. Un momento de crisis, los años 30, “con una pérdida de los valores tradicionales” que hoy está “en el auge de los populismos, lo estamos viendo”, dice Langa. De nuevo la importancia de los medios, ahora multiplicada con las redes sociales. Otra vez la propaganda contra la información.

“Tenemos más información que nunca, acceso a más medios que nunca, y no estamos mejor informados que nunca”, explica. Una situación “muy preocupante” que parte “de la falta de ese espíritu crítico para saber discernir la realidad de la falsedad” que está “provocando problemas”: como que la gente “se cree esas noticias falsas”.

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En la recuperación de la memoria histórica es fundamental la recuperación de los hechos. Y detrás del rigor, están las investigadoras e invesitgadores andaluces a los que queremos dar el protagonismo que merecen en esta ventana repasando sus motivaciones y sus trabajos más destacados.

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