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Un ‘monstruito maravilloso’ llamado Federico: cómo seguir inspirándose en Lorca sin recorrer caminos trillados

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Alejandro Luque

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La tentación de inspirarse en García Lorca y su universo es fuerte para cualquier creador. El riesgo de caer en los lugares comunes, de volver a pasar por los caminos trillados, es en cambio grande. ¿Cómo decir algo nuevo sobre Federico, después de tantas cosas como se han dicho? Esa es la pregunta que se hacen muchos cuando se acercan a su figura, su vida y su obra, aunque lo seguro es que, cuando se cumplen 87 años de su asesinato en el barranco de Víznar, el poeta sigue dando de beber a cuantos acuden a él como si de una fuente inagotable se tratara.

“Lorca es un monstruito maravilloso. Afortunadamente, no te puedes librar de él, no solo cuando tocas el flamenco, sino cuando simplemente quieres hablar del Sur”. Son palabras de Carlos Saura Medrano, hijo del llorado cineasta Carlos Saura, que ha tomado el relevo de su padre en la dirección del espectáculo Picasso y la danza. Un encuentro con Lorca en Granada, que estará en cartel hasta el 26 de agosto en el marco del ciclo para el ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife, y que tiene al bailaor sevillano Andrés Marín como figura principal.   

En esta propuesta, Lorca es en principio un pretexto, ya que el argumento central gira en torno a Picasso y su colaboración con los ballets rusos. Pero es un pretexto poderoso: en el programa se incluyen dos números dedicados al genio de Fuentevaqueros, una romería sobre El pastor bobo -que ya musicaron Enrique Morente y Lagartija Nick- y otro inspirado en un autorretrato del poeta.

Un estupefaciente positivo

“Lorca ha dejado un universo muy amplio y sugerente, siempre puedes tirar de él e inspirarte para llevártelo a algún motivo que te interese”, comenta Marín. “Sobre él se han hecho cosas tan extraordinarias, que al final de lo que se trata es de que tire de tu creatividad. Es como intentar abordar Las Meninas, solo puedes hacerlo desde tu fantasía, desde tu mirada personal sobre la obra. De lo contrario, corres el riesgo de repetir fórmulas”.

Por su parte, Saura recuerda que su padre, antes de morir, “tenía previsto rodar una serie sobre la figura de Lorca, incluso teníamos listos los guiones. No iba a ser un biopic al uso, sino que mezclaría la época actual con la del poeta”, recuerda. Para el director, uno de los imanes más potentes de la figura de Lorca es su dimensión flamenca. “No podemos desligarlo de ella”, asevera, “y eso nos ha dado el apoyo para hablar de la capacidad creativa de Picasso, que también era demencial”.

También destaca la fuerza icónica del universo lorquiano, irresistible para los creadores gráficos. Lo sabe el artista salmantino Ricardo Cavolo, que después de ilustrar el Romancero gitano se ha atrevido con Poeta en Nueva York (Lunwerg). “Siempre he tenido muy presente este universo, no porque trate los temas lorquianos, pero me acompaña siempre en el estudio. Actúa como estupefaciente en el sentido más positivo: me pone la cabeza donde tiene que estar”.

En cuanto a Poeta en Nueva York, “ya no es una historia que se narra, como la del Romancero, que es muy buena entrada en ese mundo, como una peli de Tarantino por Andalucía en la que se suceden las situaciones trágicas. Poeta en Nueva York es, en cambio, una historia que se narra a sí misma. Es todo muy subjetivo, y eso lo complica todo a la hora de generar imágenes”.

En cuanto a la presión por no repetir lo que se ha hecho en el pasado, Cavolo trata de quitar hierro. “Tampoco se ha hecho tanto en torno a Lorca, ¿eh? Es verdad que no es fácil, es una figura muy popular y muy extendida, y eso supone una gran carga de ilusión y también de responsabilidad cuando lo abordas. Por mi parte, no he tenido grandes ínfulas de hacer la gran obra ilustrada de Lorca. Después de que lo cantaran los flamencos, es muy difícil elevar todavía más a Federico”.

Lorca rockero

Tampoco han pretendido descubrir la pólvora los alumnos del IES Fernando Giner de los Ríos de Fuentevaqueros, villa natal del poeta, que por segundo año consecutivo han tomado una canción de Lorca para realizar un proyecto multidisciplinar. Y además, contando con un músico famoso como padrino. Si el año pasado José Antonio García, del grupo 091, les había ayudado a entender mejor e interpretar el Zorongo gitano, este año ha sido el turno de Anda jaleo de la mano, nada menos, de Miguel Ríos.

Para Nicolás Hernández, coordinador del proyecto, “la idea era reinterpretar las cosas que Federico García Lorca hizo con La Argentinita, ya sea en clave de flamenco o de rock. Y las abordamos desde la plástica, lo audiovisual, los arreglos musicales, el estudio del poema, la métrica… Es una labor que nos abarca todo el año, y da como resultado un videoclip en el que participa alguna figura reconocida de Granada”.

“Ser del pueblo donde nació Federico nos da cierta autoridad”, agrega Hernández, “porque se trata de alguien que está muy vivo. Cuando enviamos a Miguel Ríos la propuesta a través de su fundación, dijo que sí de inmediato. Participó en el proceso, vino a vernos y grabó el videoclip, además de un pequeño documental sobre cómo hicimos todo. Pero tratamos siempre de que la figura meditática ni se coma la experiencia educativa”, agrega.

El propio Miguel Ríos dice ser el primero en haber aprendido algo: que podía cantar a Lorca, “un proyecto lejano para mi estilo musical, más cercano siempre a la música sajona y con mensajes más de juventud. Anda Jaleo ha sido un hallazgo que me ha permitido, a mí que nunca he cantado flamenco, hacer algunos melismas. Yo siempre me he relacionado con la música más por la emocionalidad que por el intelecto, y espero que esto que hemos hecho despierte muchas fibras emocionales”.

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