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La excavación en la fosa de Pico Reja en Sevilla supera ya la cifra prevista de las 850 víctimas del franquismo

Restos humanos acumulados en una de las zonas en las que ahora se trabaja.

Antonio Morente

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La excavación en la gran fosa común de Pico Reja, a la que fueron arrojados centenares de víctimas de la Guerra Civil y la represión franquista en el cementerio de San Fernando de Sevilla, ha superado ya los dos años de trabajos y enfila los últimos meses de una actividad que acabará a finales de año. Lo hace además tras superar en febrero la previsión inicial de localizar 850 cuerpos de asesinados, ya que el segundo mes de 2022 se ha cerrado con la cifra de 869 y, de paso, ha obligado a modificar las previsiones para situarlas en hasta 1.300 personas.

Pico Reja es de largo la segunda fosa común del franquismo con más víctimas en Andalucía tras la de San Rafael de Málaga, donde se rescataron 2.800 restos de represaliados. Los arqueólogos no solo han podido constatar que hay más represaliados que esos 850 que apuntaba la investigación de José Díaz Arriaza que sirvió de base para afrontar el trabajo, sino que también hay más cuerpos procedentes de la actividad funeraria convencional, lo que provoca aún más confusión en una fosa que además es más grande y se utilizó durante más tiempo del que se creía.

De hecho, el equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi que se encarga de las exhumaciones subraya que “la realidad del espacio de impunidad” que es esta fosa “nos revela un escenario indocumentado”. Los cálculos del Ayuntamiento de Sevilla es que la actividad funeraria fue hasta seis veces mayor de lo que apuntaban los registros previos.

4.453 cadáveres localizados en total

En total, hasta el 1 de marzo se han localizado 4.453 cadáveres, de los que 869 son víctimas del terror franquista y los 3.584 restantes proceden de enterramientos normalizados. En concreto, hay restos procedentes de 2.038 ataúdes (se han constatado inhumaciones dobles y en un caso triple), de 1.381 osarios y 165 casos en los que se ha encontrado material aislado.

Esto supone que si la cifra de víctimas se ha incrementado, mucho más lo ha hecho el de cuerpos de personas que no fueron represaliadas: los 3.584 cadáveres exhumados contrastan con los 250 que se preveían, lo que supone un incremento del 1.333%. Son restos procedentes de osarios, hospitales, cárceles o entidades de caridad, enterramientos ya prescritos y sin registros que permitan seguirles la pista.

Una cronología diferente de la fosa

Del total de 4.453 cuerpos encontrados, casi la totalidad (4.402) ya habían sido exhumados en febrero. En paralelo, se continúan haciendo sondeos en el perímetro delimitado y en algunos casos se ha constatado que no hay el menor signo de usos funerarios anteriores a 1936, lo que obliga a una revisión de la historia de una fosa que hasta la fecha se consideraba que se abrió en 1925 y se cerró el verano de 1936 al llenarse. En cambio, ya se han encontrado restos incluso de los años cuarenta, todo ello en un espacio que lo que sí es seguro es que lo removieron con frecuencia.

En paralelo se continúa con el análisis genético, para lo que ya se han entregado unas 200 muestras óseas al laboratorio, al que próximamente se harán llegar otras 350. Y mientras tanto, ya se trabaja en la creación de una exposición de carácter atemporal sobre Pico Reja que se desarrollará con carácter itinerante en dependencias municipales comenzando por el propio Ayuntamiento de Sevilla.

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