El portazo de Cs obliga a Espadas a girar a la izquierda para aprobar su último presupuesto como alcalde de Sevilla

Susana Serrano y Daniel González Rojas, de Adelante Sevilla, en el pleno municipal de septiembre.

Antonio Morente

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Juan Espadas (PSOE) ya conoce desde hace un tiempo el terreno en el que se va a disputar la partida de los presupuestos de Sevilla para 2022, los últimos con él como alcalde antes de dar el salto definitivo a la política regional. Para esta misión, el regidor ya sabe que no va a contar con el apoyo de Cs, que no le va a regalar la foto de un acuerdo que le sirva para reforzar su perfil en la pugna por presidir la Junta. Y dando por descontado que con el PP no se va a pactar, y muchísimo menos con Vox, el tablero queda despejado de un plumazo: la única opción viable a día de hoy es volver a girar a la izquierda y cortejar a Adelante Sevilla, una confluencia de siete partidos liderada por Podemos e IU con la que pactó las cuentas de 2020, aunque luego en 2021 prefirió a Cs como compañero de viaje principal.

¿Y con qué espíritu llega Adelante a la negociación? Pues en principio con buena predisposición, al menos según se desprende de lo que apunta su portavoz y líder de Podemos en Sevilla capital, Susana Serrano, que asume que “tenemos la responsabilidad de no prorrogar los presupuestos” porque está en juego un incremento de 55 millones de euros en las cuentas para 2022. El objetivo, apostilla, es “ser lo más útil posible”.

¿Significa esto que carta blanca y que el PSOE tiene poco menos que garantizado el acuerdo? Pues tampoco es eso, y aquí Serrano avanza que no van a poner las cosas fáciles, porque “el punto de partida es conseguir el máximo de medidas posibles”. Pero antes de empezar a hablar tienen que conocer la letra pequeña de los presupuestos presentados por el gobierno local, “para ver si son tan sociales como dicen”. Desde IU, el otro gran partido de la coalición, ponen también el acento en una cuestión que no es menor como es la ejecución presupuestaria, con partidas clave (inversiones, empleo, políticas sociales...) en niveles muy bajos.

Los dos caminos para lograr la mayoría

Con todos estos elementos encima de la mesa, Adelante Sevilla es consciente de que sus votos son más necesarios que nunca para que las cuentas para 2022 lleguen a buen puerto. El grupo cuenta ahora con tres ediles, después de que Sandra Heredia fuese expulsada de Podemos y haya pasado a ser concejal no adscrita. Y precisamente tres son los votos que necesita Espadas, ya que sumados a los 13 del PSOE le darían la ansiada mayoría absoluta. 

No obstante, y dando por hecho que el acuerdo es imposible con Cs, PP y Vox, hay otro camino por el que Espadas también puede llegar al objetivo final: conseguir un voto afirmativo y tres abstenciones, con lo que se produciría un empate que se inclinaría a favor del gobierno local con el voto de calidad del alcalde. Esta situación no sería nueva, ya que por esta vía fue como salieron adelante las cuentas de 2017.

El posible papel de la edil no adscrita

Para el presupuesto de 2021, Espadas consiguió una situación ideal como fue un aval a derecha y a izquierda: Cs lo respaldó y Adelante se abstuvo. Si ahora Adelante optase por repetir la jugada, el voto que pasaría a ser crucial sería el de la concejal no adscrita, Sandra Heredia, a la que el PSOE también tiene que ganarse para cubrir todos los supuestos.

Ahora se inicia un baile de salón en el que todas las partes dirán que están dispuestas a llegar a acuerdos, en un intento de que sea el oponente el que quede como el malo de la película cuando (inevitablemente) se rompan las negociaciones. Cs y PP ya han marcado territorio y exigen como condición irrenunciable que haya una reducción de los impuestos municipales, y el PSOE ya ha dicho que no, con lo que blanco y en botella.

Vista a la izquierda

Así que a Espadas no le queda otra que mirar a Adelante Sevilla, por mucho que en la presentación de las líneas generales del presupuesto lamentase que a esta formación le cuesta mucho concretar en acuerdos su discurso teórico. De partida, Adelante no entra en la guerra de pedir rebajas de impuestos, pero delimita algunas de sus prioridades: medidas para romper con la dependencia del sector terciario en la economía local, apuesta por “los barrios más olvidados” con la implantación de oficinas técnicas y equipos multidisciplinares, freno del “turismo salvaje”, aprobación de una tasa turística, implantación efectiva del Plan Respira, refuerzo de las políticas sociales de vivienda…

Eso sí, a nadie se le escapa la turbulenta situación del grupo de Adelante Sevilla, con una indisimulada tensión entre Podemos e IU y un relevo en la portavocía previsto a partir del 1 de diciembre, para que la asuma Daniel González Rojas hasta el 31 de agosto de 2022. ¿Puede haber cambios en cuanto a las prioridades del presupuesto en función de quién esté de portavoz? “Ser lo más útiles posible es un objetivo que comparte todo el grupo”, zanja Serrano.

“Estamos aquí para servir, más tras una pandemia que te pone los pies en la tierra porque la gente lo está pasando mal”, remacha la portavoz, que considera que su grupo no tiene una posición preeminente sólo ahora. “Sinceramente creo que desde 2019 marcamos la pauta del presupuesto”, que en 2020 se pactó con el PSOE. La discusión con el gobierno local está más en el grado de ejecución de lo que se acuerda que en apostar por líneas estratégicas, como demuestra a su juicio que “las cuentas de 2021 tienen más nuestro que de Cs”. El objetivo es que ese sello se mantenga en un presupuesto para 2022 que Espadas necesita dejar cerrado, tanto por la ciudad como por su propia imagen política antes de lanzarse definitivamente a la aventura autonómica.

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