El PP de Sevilla prolonga su crisis de manera indefinida al suspender sin fecha el comité ejecutivo de la reconciliación

Virginia Pérez y Juan Ávila rubrican el acuerdo en presencia de Loles López (centro).

Antonio Morente

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El PP sevillano no sólo sigue en erupción, sino que además no se atisba una solución a corto plazo. Por lo pronto, el Comité Ejecutivo Provincial que se iba a celebrar este viernes 25 de junio, en el que en teoría se iba a escenificar la reconciliación entre las dos candidaturas que chocaron en el último congreso provincial, se ha desconvocado sin fecha. Esto, en la práctica, implica prolongar de manera indefinida una crisis reavivada con la pugna por el control de la portavocía popular en el Ayuntamiento de Sevilla. 

En medio de este maremoto está la figura de Beltrán Pérez, candidato del PP en las últimas municipales y todavía portavoz en el Consistorio hispalense. Todavía portavoz porque, aunque en el último pleno municipal se despidió del cargo (continuará como concejal raso), todavía no ha presentado formalmente su renuncia en el Ayuntamiento, frenada en el último momento por la ejecutiva regional. Esto, a su vez, se ha hecho contraviniendo el pacto de conciliación suscrito por ambas candidaturas con el refrendo del partido en Andalucía.

Desde el PP andaluz se entiende que Beltrán Pérez puede desempeñar una oposición más agresiva contra el alcalde sevillano, Juan Espadas, que ahora tiene un nuevo frente abierto como candidato socialista a la Junta tras imponerse a Susana Díaz en las primarias de su partido. Desde el círculo cercano del portavoz se apunta que no entraba en sus planes seguir en el puesto, que ya tiene compromisos profesionales en el sector privado y que sólo estaría dispuesto a continuar si es de manera temporal y con la garantía de que esto no supone un problema ni en la dirección regional ni en la nacional del partido.

Ni comité ni pacto de conciliación

Pero donde sí es un problema es en la ejecutiva provincial, ya que su salida entraba en el acuerdo de conciliación suscrito hace un mes por el que las dos candidaturas que se enfrentaron en marzo sellaban una paz que se traducía en un acuerdo de integración que se iba a bendecir en el Comité Ejecutivo Provincial de este viernes. Ahora ni hay comité ni hay pacto de conciliación, que desde la dirección provincial se da por roto. 

Todo esto no ha hecho más que alimentar un conflicto que ha permitido asomarse a la pugna por el control del partido en Sevilla entre la dirección nacional de Génova y la andaluza. Esto se reflejó en que la candidata ganadora, Virginia Pérez, contó con el respaldo de Pablo Casado, mientras que el aspirante derrotado, Juan Ávila, fue avalado por Juan Manuel Moreno Bonilla. Beltrán Pérez apoyó a Ávila, lo que se tradujo en su posterior defenestración.

Génova llama al entendimiento

Desde Génova, por cierto, se reitera que están al margen de esta nueva colisión, y se insta al entendimiento entre las direcciones regional y provincial. Una cuestión poco probable a día de hoy, ya que el provincial quiere como portavoz al concejal Juan de la Rosa, que además es secretario general del partido en Sevilla, mientras que en el regional se apuesta por Beltrán Pérez o, en todo caso, uno de sus ediles afines, como pueden ser Rafael Belmonte o Ana Jáuregui.

Para terminar de embrollar la cuestión, el propio grupo municipal está fracturado: Beltrán Pérez cuenta con el respaldo de otros cuatro concejales, mientras que tres apoyan a Virginia Pérez. Esta disparidad de fuerzas (cinco a tres) es uno de los argumentos esgrimidos ahora para que la portavocía no pase a manos de los afines al provincial.

La candidatura a la Alcaldía

Y de fondo, lo que late es otro pulso, el del futuro candidato a la Alcaldía de Sevilla. Virginia Pérez, con el aval de Génova, quiere que sea el senador José Luis Sanz, alcalde de Tomares, una opción que desde el regional quieren frenar a toda costa para apostar por otro perfil, que bien podría ser el de la consejera de Cultura, Patricia del Pozo. En todo caso, no es una cuestión en la que el grupo municipal sea mínimamente relevante, ya que Génova es quien tiene la potestad de designar los cabezas de cartel en las grandes ciudades. 

Sea como sea, el nuevo choque lo que hace es echar más sal a una herida que no termina de cicatrizar y que ha sobreexpuesto de manera innecesaria las figuras de Pablo Casado y Juan Manuel Moreno Bonilla. Un conflicto que está ralentizando la preparación del nuevo candidato, por no hablar de que el PP no le está sacando mucho partido a la situación de interinidad a la que obliga el adiós de Espadas más pronto que tarde. Pese a todo, la crisis sigue sin fecha de caducidad.

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