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La fractura entre Génova y Andalucía se agranda tras el plantón de Moreno en un congreso del PP camino de los tribunales

Foto de familia tras el acto de clausura de 15 Congreso del PP de Sevilla.

Antonio Morente

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Hasta las 2 de la madrugada del viernes al sábado duró la negociación para conseguir una lista unitaria con la que, al menos públicamente, se pudiera lanzar un mensaje de cierta unidad en el congreso del PP de Sevilla. Al final todo saltó por los aires, lo que a la vez ha agravado la grieta entre la dirección nacional y la regional del PP, que tuvo su mejor reflejo en que el presidente de la Junta y del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, dio plantón al secretario general del partido, Teodoro García Egea (al que arropó el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos), y no acudió a la clausura de un congreso en el que (como ha hecho en otras citas) no hizo acto de presencia ni con un mensaje grabado.

El congreso del PP de Sevilla nació con polémica desde que se convocó y acabará con el escenario más temido por un partido, con una fortísima fractura interna que tendrá su reflejo en los tribunales. Una tensión, además, que es la reproducción a pequeña escala del choque directo entre la dirección nacional y la regional del PP, que han dirimido en Sevilla un primer combate en el que se ha impuesto Génova, aunque la guerra continuará en otras provincias, como Cádiz y Almería. 

Ausencias muy destacadas

En un congreso para el que la convocatoria a los medios de comunicación llegó sólo dos horas y media antes de la clausura, Virginia Pérez, la candidata avalada por Génova, revalidaba su cargo con el 93% de los votos de los compromisarios casi a la vez que su rival en este proceso, Juan Ávila (que no acudió a la cita congresual), lanzaba un comunicado en el que confirmaba que ya trabaja en la demanda que presentará en los tribunales. Y a todo esto, además de Moreno no acudieron al congreso destacados militantes del PP sevillano, como el vicesecretario general del PP andaluz, Toni Martín; la consejera de Cultura y vicepresidenta (hasta este sábado) del PP sevillano, Patricia del Pozo; el portavoz municipal en la capital, Beltrán Pérez; o el senador Javier Arenas.

Conforme el proceso congresual ha ido avanzando, tanto Génova como Andalucía han sido cada vez menos disimuladas en sus posiciones pese a que se intentaba salvar la cara al menos con una candidatura de integración. No pudo ser la semana pasada, lo que llevó a una primera vuelta en la que triunfó con claridad Virginia Pérez; y no pudo ser este sábado, con lo que ha acabado Juan Ávila camino de los tribunales para denunciar irregularidades.

Dirigir Andalucía desde Madrid

El calibre de las acusaciones entre los dos verdaderos púgiles, Génova y Andalucía, ha ido creciendo en paralelo. Desde Andalucía se critica que Madrid, en un intento de apuntalar el liderazgo de Pablo Casado, está en la pelea de controlar directamente el mayor número posible de provincias, por encima de los presidentes regionales. Desde Génova, se insiste en que van a seguir apostando por candidatos fuertes y que el avispero de Sevilla lo ha atizado Javier Arenas.

El caso es que, el uno por el otro, ahora mismo han dejado la casa de Sevilla sin barrer. Públicamente, en la clausura todos los protagonistas de esta historia (Teodoro García Egea; Dolores López, secretaria general del PP-A; Virginia Pérez…) pusieron la mejor de sus caras e hicieron lo que tenían que hacer, un llamamiento continuo a la unidad y la conciliación. En el acto intervinieron los tres, y no por casualidad fue Dolores López la única que no felicitó por su trabajo al comité organizador, al que la candidatura de Juan Ávila acusa de parcialidad y de avalar numerosas irregularidades.

Reproches mutuos entre las candidaturas

A todo esto, Ávila confirmaba que su candidatura “ya trabaja con su equipo jurídico en ejercer todas la iniciativas legales necesarias para defender los derechos de los afiliados del PP de Sevilla”, al tiempo que acusaba a Pérez de “torpedear” cualquier intento de acuerdo y de buscar “la ruptura del partido en Sevilla con tal de mantener sus cargos y sillones”. Desde la candidatura se insistía en que cada vez que se alcanzaba un acuerdo para una lista unitaria Virginia Pérez lo rompía con nuevas exigencias, lo que al final había hecho imposible el consenso.

Desde la candidatura de Pérez, en cambio, se señalaba que se puso sobre la mesa una lista en la que Ávila tendría el 35% de los puestos y un cargo de vicepresidente con atribuciones ejecutivas. Y acusan a la candidatura rival de romper el acuerdo porque Ávila exigía un reparto al 50% de los puestos y ocupar la secretaría general o, en su defecto, una vicepresidencia con plenos poderes. “Si quería eso, que hubiese ganado las elecciones”, se le reprochaba.

Y si la candidatura de Pérez criticaba la ausencia de Ávila y los suyos en el congreso, la de Ávila replicaba denunciando que no se ha hecho público el número exacto de compromisarios que han votado y que sólo se ha informado que Pérez ha logrado el 93% de los votos. A todo esto, el vicesecretario general del PP-A, Toni Martín, que ha acompañado a Ávila en todo el proceso, lanzaba en Twitter un mensaje no muy disimulado: “Ahora que empieza la Semana Santa no quiero dejar de recordar que con los Judas no se pelea… ellos se ahorcan solos”.

Mensajes directos

También Dolores López dejó algún recado directo, aunque en su caso en la clausura del congreso, donde le indicó a Virginia Pérez que un partido se construye “con acuerdo, escuchando y cediendo”, algo en lo que ahora debe aplicarse “para que los que no están participando vuelvan a sentirse parte”. A Teodoro García Egea también le envió un mensaje al afirmar que “España necesita a Pablo Casado, al PP”, y que para eso… “Andalucía es fundamental porque es la comunidad donde más españoles viven”

García Egea sí felicitó al comité organizador por “haber llevado el proceso de forma impecable” y, como López, hizo llamamientos a la unidad y le quitó hierro a las fricciones porque para eso están las primarias, para que haya “desencuentros, debates y discrepancias”. Pero ahora llega el momento de dejar las diferencias de lado, y por eso su intervención la construyó alrededor de una conocida frase de Henry Ford: “Llegar juntos es el principio, mantenerse juntos es el progreso, trabajar juntos es el éxito”. 

Un PP de Sevilla más que del PP

A Virginia Pérez le pidió que tiene que hacerle más caso a los militantes sevillanos que a él mismo, por muy secretario general del partido que sea, “te debes antes a Sevilla que al PP, quiero un PP sevillano antes que del PP”. Al margen, y ante las acusaciones al PP de dar cobijo a tránsfugas como en Murcia, dejó la curiosa reflexión de que “lo que algunos llaman transfuguismo se llama unión del centro-derecha y se llama amor por España”, que es lo que más teme Pedro Sánchez. 

“Yo quiero mucho a mi partido, quiero mucho al PP”, arrancó su intervención Virginia Pérez, que animó a los militantes del PP de Sevilla “a dejar atrás el pesimismo y la resignación”. “Gracias a mi amigo Juan Ávila”, prosiguió, subrayando que “dentro del PP no tengo adversarios, tengo compañeros y amigos”, e insistiendo en la necesidad de unión porque “un partido nunca se ha construido sobre la derrota de nadie ni contando derrotados”. Ahora le toca el trabajo de la reconstrucción de un escenario que ha quedado arrasado y que sólo ha sido el primer capítulo de una batalla que se dirime en las alturas del PP.

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