Una vendedora ambulante, de 48 años y vecina de Gijón, ofrecía entre sus productos varios objetos procedentes de descartes de mudanzas y desahucios en el mercadillo semanal de la localidad asturiana de Piedras Blancas. Agentes adscritos al Servicio de Prevención de la Seguridad de la Guardia Civil de Asturias se acercaron al puesto y se interesaron por una caja de madera que contenía ocho cubiertos. A simple vista parecía que estaban confeccionados con marfil de elefante.
Los agentes confiscaron todos los objetos y advirtieron a la vendedora que, si se confirmaba este extremo, podría esta incurriendo en un delito por carecer de documentación que amparase que se trataba de un comercio legal y además podría ser sancionada con una infracción administrativa por contrabando.
Un año de investigaciones
La inspección se produjo el 29 de mayo de 2024. Cuando está a punto de cumplirse un año desde la intervención policial, la mujer ha sido acusada de su presunta autoría en un delito contra la fauna por tráfico de especies protegida.
La Guardia Civil cifra el perjuicio económico causado a la fauna silvestre entre 115.000 y 900.000 euros.
La vendedora ya ha prestado declaración en calidad de investigada, según ha confirmado a elDiario.es Asturias Celia Doval, portavoz de la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Comandancia asturiana.
A lo largo de un año de investigaciones se han realizado numerosas gestiones hasta corroborar que realmente se trataba de marfil de elefante africano.
Entre otras actuaciones, se solicitó el análisis científico-técnico de la Unidad Técnica adscrita a la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente de la Jefatura del SEPRONA (UTCOMA) para la identificación fehaciente de los objetos, datación y valoración del daño a la fauna.
Declaración en sede policial
A través de técnicas complejas de espectroscopia, se determinó que la totalidad de las muestras presentaban “perfiles compatibles al 95 por ciento con marfil de elefante africano (Loxodonta africana) incluido en el Anexo A del Reglamento (CE) 338/97 por encontrarse esta especie en peligro de extinción”, explica la portavoz.
Una vez que se recabaron todos los informes, el Juzgado instructor órdenó que se investigara en sede policial a la persona responsable de estos hechos, por un presunto delito contra la fauna por el tráfico de partes de especies protegidas CITES. El pasado día 7 se llevó a cabo esta diligencia.
La Guardia Civil de Asturias ha resaltado la importancia de evitar que este tipo de delitos llegue a consumarse, ya que el tráfico ilegal y el furtivismo de especies silvestres se ha convertido en una de las actividades organizadas más lucrativas a nivel mundial.
Corales, rinocerontes y elefantes, los más preciados
“Estas actividades afectan a un amplio abanico de especies protegidas, como los corales, los rinocerontes o los elefantes, disminuyendo la población de estas especies año tras año”, especifica Celia Doval.
La Guardia Civil de Asturias está realizando un gran esfuerzo en la detección de este tipo de delitos para garantizar el cumplimiento de normativas tanto nacionales como internacionales, para contribuir a la conservación del medio ambiente. Un esfuerzo que, en esta ocasión, ha servido para retirar del mercado estos objetos producto del tráfico ilegal.