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Kathy Hipple, analista financiera: “La expulsión de Exxon del índice Dow Jones evidencia que el petróleo es mucho menos poderoso que antes”

¿El principio del fin de las grandes petroleras?

Laura Rodríguez

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¿El principio del fin de las grandes petroleras? Esta es la pregunta que se hacen algunos analistas tras el anuncio el pasado 25 de agosto de la expulsión de la petrolera ExxonMobil del prestigioso índice bursátil Dow Jones.

Si bien la decisión se debe en gran parte a la necesidad de representar en el indicador el mayor peso que tienen las empresas tecnológicas en la economía de Estados Unidos, ExxonMobil era el miembro más antiguo de este índice, con presencia desde 1928, y hasta hace poco se consideraba la compañía con más capitalización del mundo. Además, llega justo cuando este país se ha convertido en el mayor productor mundial de crudo gracias a la nueva técnica del fracking, y mientras Donald Trump muestra su apoyo incondicional a este sector.

Por esta razón, la expulsión, según algunos analistas, es posible que refleje una tendencia más general. “Las implicaciones de la salida del índice Dow son más simbólicas que prácticas”, explica la analista financiera del Instituto para la Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA), Kathy Hipple. “Es improbable que tenga un efecto en cómo ExxonMobil gestiona su negocio o en el valor de sus acciones, pero señala el declive de las perspectivas financieras de la industria del crudo en general. La expulsión del índice Dow Jones evidencia que el petróleo es mucho menos poderoso que antes y que su estatus, influencia y capacidad financiera está menguando”.

Con la salida de ExxonMobil solo una petrolera permanece en el indicador que refleja las supuestas 30 mayores compañías en el mercado bursátil de Estados Unidos, la mucho más pequeña Chevron.

El motivo, apuntan los especialistas, tiene que ver con que Chevron ha tenido una gestión más exitosa y sus acciones, una tendencia más favorable (los títulos de ExxonMobil han pasado de 104 dólares en 2014 a 42 dólares en el mercado de hoy). Sin embargo, se debe también al menor peso del sector.

“El promedio industrial de Dow Jones está diseñado para plasmar el mercado de acciones de Estados Unidos”, explica Hipple, “pero ExxonMobil, así como otras grandes compañías de petróleo, han disminuido su porcentaje durante años. Por ejemplo, en el índice S&P 500, que incluye a muchas más compañías, el petróleo y el gas representan menos del 2,3% del valor total del mercado. Por eso el índice Dow cada vez tiene más complicado justificar la presencia de cualquier petrolera en su lista, mucho menos la de dos”.

S&P Dow Jones, la compañía detrás de la creación del indicador, ha explicado que la principal razón de la expulsión de ExxonMobil ha sido el desdoble de acciones de Apple, que ante el gran valor que ha alcanzado, ha dividido sus títulos para reducir su precio individual. Con la salida de parte de Apple, las empresas tecnológicas perdían peso en la lista de las 30 mayores compañías, así que han decidido sustituirla por Salesforce.com, una empresa de software en la nube. En la restructuración también han salido la farmacéutica Pfizer y la empresa de armamento Raytheon, que han sido reemplazadas por la biotecnológica Amgen y la industrial Honeywell.

Sin embargo, incluso algunas grandes energéticas han empezado a aceptar que es posible que el crudo haya alcanzado su pico de demanda. El director ejecutivo de BP, Bernard Looney, confesó que era probable que la crisis del sector por los efectos del coronavirus se prolongara en el tiempo. “¿Puede que hayamos llegado al pico del petróleo? Posiblemente, posiblemente. Yo no lo descartaría”, dijo en una entrevista reciente con el diario financiero Financial Times.

ExxonMobil, sin embargo, no parece dudar de su modelo. En la última década, la compañía ha apostado por grandes inversiones en gas de esquisto y apenas se ha interesado por el sector de las renovables. Pero para Kathy Hipple, puede que esto suponga un error.

“Estas compañías tienen problemas para hacer frente a la transición energética que estamos viviendo, en la que la energía renovable es más barata que el petróleo y el gas en muchos lugares del mundo. ExxonMobil no cree que estos cambios impliquen que ellos tengan que cambiar. Pero por lo visto Dow no está de acuerdo”.

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