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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El bikram yoga no es para todo el mundo

El bikram –la práctica de yoga en una sala climatizada a 40 grados centígrados– crece en adeptos, pero los expertos recomiendan cautela. ¿El motivo? La combinación de las elevadas temperaturas con el ritmo cardíaco acelerado que provoca en sus practicantes puede llegar a ser peligroso.

Una sesión de bikram yoga suele durar unos 90 minutos y se compone de 26 posturas y dos ejercicios de respiración. Los seguidores de este ‘yoga caliente’ afirman que les ayuda a mejorar su concentración, flexibilidad, fuerza y tono muscular.

Diversos trabajos respaldan estas conclusiones y los buenos efectos del bikram. Sin embargo, un estudio reciente realizado por la Universidad de Wisconsin-La Crosse y respaldado por el Consejo del Ejercicio de EE.UU., una especie de patronal del sector, advierte de que existen ciertos riesgos potenciales.

“Los aumentos dramáticos en la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal son alarmantes si tenemos en cuenta que hay muy poco movimiento y, por lo tanto, poco ejercicio cardiovascular durante la clase”, explican los autores del trabajo.

Los expertos desaconsejan esta variedad de yoga a aquellas personas que tengan sensibilidad al calor, acusen demasiado el ejercicio físico, se mareen con facilidad o se deshidraten con rapidez. También recomiendan a quienes sufren dolencias óseas o musculares consultar con un medico antes de practicar esta disciplina.

Para evitar posibles daños mayores, el estudio de la Universidad de Wisconsin-La Crosse realiza tres recomendaciones que pueden mejorar la seguridad de las sesiones de bikram yoga: reducir las duraciones de las clases a un máximo de 60 minutos, bajar ligeramente la temperatura de la sala y velar por una buena hidratación del cuerpo durante el ejercicio.