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Luismi Cruz hace buenas en Andorra las rotaciones de Garitano

Los jugadores del Tenerife celebran el gol de Luismi Cruz

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —
3 de septiembre de 2023 19:13 h

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Una hora para sufrir y otra mitad para decidir. Medio equipo de salida de teóricos suplentes –sin los mejores extremos, sin el delantero centro habitual…–, un balón en los pies del rival y tres cambios tras la pausa para matar el partido con el fútbol directo que acalla el debate entre poetas y albañiles. Si era lo que buscaba Garitano –y eso pareció–, le salió perfecto el guion.

Se trataba de volver a sumar puntos tras el tropiezo ante el Zaragoza para dejarlo en cosa normal. Un triunfo de los que se dicen balsámicos y una semana más en los puestos por el ascenso, donde va camino de consolidarse antes de que le alcance el otoño al Tenerife. El gol de Luismi Cruz –un remate de primeras que abunda en la diversidad de goleadores blanquiazules– vale para todo eso y para acrecentar el valor del grupo. Medio partido sin los fijos letales resuelto sin daños no es tampoco poca cosa.

Garitano se extendió el viernes en glosar el sistema del Andorra, llamativo a su modo de ver en esta Segunda tan homogénea en las propuestas. Elogió a Sarabia y su sistema, reconoció que le ataba al sillón de la tele y fue masticando los cambios dominicales. Por orden: dos en la zaga (Amo por Sipcic y Medrano por Nacho), dos en los flancos (adentro Teto y Elady) y otro en la avanzada, con Mo Dauda por Gallego.

A primera vista, y como luego se vio, el Tenerife cambiaba ataque por defensa –Teto más tirado a la banda luce más ensuciando que proponiendo– y se fiaba con un 5-3-2 a lo que pudieran darle Mo Dauda y Roberto en las pelotas largas al espacio. Del primero se sale tras un mes de competición con la misma impresión: más lento y nada letal frente a lo que brilló, a ratos, el curso pasado.

De las prestaciones hoy de Roberto López, casi lo mismo. No tanto porque resolvió mal la mejor que tuvo el Tenerife en el primer acto –una caída llegando al espacio tras un pase de costa a costa de Soriano (m.17)–, como porque anduvo huérfano, ahora sus socios habituales, Waldo y Luismi Cruz, en el banquillo.

El Tenerife trató, a ratos con éxito, de discutir el guion que manejaba el Andorra. Con dos delante en paralelo, esperaba esas salidas jugadas del cuadro de Sarabia que lucen interminables –el equipo estrechado en cuarenta metros en lo que el balón avanza en un rondo de pases cortos que va adormilando al rival– y por más que intentó achicar el campo tirando la presión arriba, acabó aculado a ratos y comprometido cuando se vio sacándola desde los pies de Soriano.

Al Andorra, así, le cundió la primera mitad para exhibir estadística favorable y tirar un par de remates francos. Antes uno manso de Pampín (m.19), luego otro venenoso de Lobete (m.35), que sí obligó a Soriano a lucirse con una parada que evitó el 1-0. Entre tanto, lo previsible con este sistema y cualquier otro cuando surgen asociaciones en la línea de tres cuartos. Muchos pirotécnicos (Bover llegando desde atrás, Iker Benito, Iván Gil, Manu Nieto…) y nada que no fueran tracas ahogadas.

Garitano tiene entre sus virtudes que no gasta el primer cuarto de hora tras el entreacto para ver si el viento rola o las nubes descargan. Aprovechó el descanso para sentar a dos de los tres jugadores con tarjeta y fue avisando del cambio de rumbo, ya con Luismi Cruz en el elenco en pista.

En su versión de suplente con tiempo, el chico de El Puerto de Santa María tuvo que esperar a que se personaran los otros habituales ausentes para destaparse, este domingo haciendo virtud del remate. En lo que pisaban el campo Gallego y Waldo, el Tenerife completó una hora entre mortecina, cuando no le asomaba una posesión larga, y agobiada cuando el Andorra llegaba por los flancos.

Pero cumplido el 60, surgió un alisio progresivo para refrescar a los insulares. Con Enric Gallego por Mo Dauda, empezó a liarse la salida del Andorra. Con Waldo relevando a Elady, ya escupieron veneno. En nada (m.74), con otro saque largo de Soriano mutado en pase de no sé cuántos metros a Gallego, que esperó la llegada en carrera del mismo Waldo para que Ratti le achicara con éxito la definición.

Más efectiva también la presión, a la siguiente bastó un robo de Enric apuntillar a los locales. La cazó Gallego por la calle del ocho, sirvió de tacón para la carrera de Waldo por la banda derecha y su conducción veloz acabó en tres segundos con el balón raseado al área. Por allí andaba Luismi Cruz a papel cambiado. Aprovechó un resbalón de Jandro que impidió el corte y se encontró un tiro cómodo, inapelable para el portero.

El gol de Luismi perfeccionó la idea de Garitano y dejó al Andorra sin argumentarios. Obligado a las prisas, se atrabancó en lo que el Tenerife se abrochaba en la cobertura apoyado en un Corredera omnipresente, otra exhibición de despliegue y sentido del juego. Al cabo, el debate eterno vuelve a quedar en tablas. Gana quien marca un gol más. Del método puede discutirse hasta el sábado que viene.

(0) FC ANDORRA: Nico Ratti; Migue Leal (Petxa, m. 79), José Marsà, Adri Vilanova (Arroyo, m. 82), Pampín (Álex Calvo, m.82); Jandro (Sergio Molina, m.79), Bover (Álvaro Martín, m.68), Iván Gil; Iker Benito, Lobete y Manu Nieto.

(1) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Amo (Sipcic, m.46), José León, Medrano; Sergio González, Alex Corredera; Teto (Aitor Buñuel, m.87), Roberto López (Luismi Cruz, m.46), Elady (Waldo, m.72); y Mo Dauda (Enric Gallego, m.66).

GOL: 0-1, m.75: Luismi Cruz.

ÁRBITRO: Salvador Lax Franco (Comité Murciano). Amonestó a Roberto López (m.35), Amo (m.43) y José León (m.55)

INCIDENCIAS: Partido de la cuarta jornada de LaLiga HyperMotion (Segunda División) 23-24 disputado en el estadio nacional de Andorra ante 2.100 espectadores.

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