El pacto colonial

A mí me parece muy bien que quienes aspiran a la independencia lo proclamen. Incluso habría que felicitarlos por su capacidad de persuasión: ahí es nada captar para la causa a un editor que se derretía españolísimamente ante la figura de los capitanes generales del franquismo, con lo que significaron en las tareas de represión política.

Me llama la atención cuan cierto es que la historia se repite como caricatura. Pasaré de los avatares del Antiguo Régimen para ir a 1808, a la Junta Suprema de La Laguna. En ella se discutió, según recogiera su vocal de Comercio, Bernardo Cologan Fallon, la posibilidad de poner al archipiélago bajo la protección inglesa o arrimarse a las colonias americanas, si accedían a su independencia. No se les caían los anillos al hablar de independencia. Movían a la Junta los intereses de la oligarquía tinerfeña en a Inglaterra y le ponía de los nervios las veleidades bonapartistas de la grancanaria que podían arruinar aquel comercio. Estas disensiones estaban también en el enfrentamiento de la Junta lagunera y el Cabildo Permanente de Gran Canaria que inauguraron el pleito.

No puedo entrar aquí en detalles, pero lo cierto es que de aquello salió para algunos autores un pacto colonial Canarias-España más o menos tácito que perfeccionarían en 1852 los Puertos Francos. Las franquicias serían el pago a las islas por permanecer integradas en el Estado liberal borbónico.

A principios de los años 70 del siglo pasado, los franquistas canarios agitaron el trapo del secesionismo para arrancarle a Madrid el REF que querían. Aunque no se empleara la expresión, el REF fue una actualización del supuesto pacto colonial, hoy extinguido tras la plena integración canaria en la UE.

La actitud de El Día y la ambigüedad de Paulino (supuesta ambigüedad porque se le nota todo), junto a las victimistas denuncias de Zapatero malo, podrían ser el intento de repetir la fórmula con el mismo espantajo. Liquidaron el acervo económico, aceptaron un Estatuto de Autonomía penoso y a falta de ideas y proyectos, recurren a estrategias ya anacrónicas para ir tirando. Ellos son así.