Espacio de opinión de Canarias Ahora
El petróleo de Soria
Si les dijera que me ha sorprendido las afirmaciones del magistrado Helmut Moya Meyer de que Repsol oculta a la ciudadanía que existe una colosal reserva de crudo en la zona, y lo que ha hecho es emprender una “huida táctica”, los amigos que me conocen y saben que ya soy setentón, -y menos mal que he llegado a esta meta de la vida-, seguro que dirán que a estas alturas no debe sorprenderme nada. Cierto. Pero sigo siendo un agnóstico dudoso, y lo primero que me viene a la cabeza es si todo esto, creyendo en las afirmaciones de Moya Meyer, sino será una maniobra del Partido Popular y de José Manuel Soria para sortear la desviación de poder por parte del Ministerio de Industria al ignorar numerosos informes cuestionando el impacto ambiental, y dos cetáceos y una tortuga boba, y luego allá por el mes de abril volver a las prospecciones y empezar a sacar petróleo a manos llenas, engañar al pueblo canario diciendo que todos los beneficios será para las islas, y dos barriles, y por entonces venir a Las Palmas de Gran Canaria el presidente de Repsol, Antonio Brufau, Mariano Rajoy y José Manuel Soria, y montados los tres en sendos caballos blancos pasearse desde Triana al Puerto en olor de multitud y petróleo, para así Soria ganar por mayoría absoluta las elecciones autonómicas para la presidencia de Canarias, Juan José Cardona repetir como alcalde, y los Bravo seguir mandando en el Cabildo Insular y en Santa Brígida, y dos mamotretos.
Me chisman expertos en el asunto/trasunto que el barco perforador contratado por Repsol, el Rowan Renaissance, podría volver a aguas de Fuerteventura y Lanzarote después del paseíto que se está dando por Angola, y que de nuevo harán catas, y que entonces las casas de apuestas de Londres pondrán en juego la fecha, la cantidad, y hasta la limpieza de las extracciones, y también si las desaladoras de Lanzarote sufrirán, o no, algún percance, no lo quiera Dios, Alá ni Jehová, porque según Roque Calero, catedrático de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, de producirse esta desgracia la isla conejera se quedaría sin agua en cuarenta y ocho horas, y por mucho tiempo, y a ver si luego Repsol les llevaría agua a la isla y a mi querida Playa Blanca.
El magistrado Helmut Moya Meyer hace una consideración final muy acertada que si los proyectos de prospección se han defendido con uñas y dientes a nivel nacional, no se entiende que ahora se abandona sin una explicación clara, diáfana, con lo cual se extiende la sospecha que pronto volverán con gran pánico de los cetáceos, tortugas bobas y demás especies marinas, a perforar el fondo de las aguas canarias. A lo mejor resulta que Soria se la metió doblada a Brufau y le convenció que había petróleo y del bueno, pero lo que me tranquiliza, y siento llevarle la contraria a su señoría Moya Meyer del cual tengo buenas referencias, como Soria normalmente se equivoca, espero que no ensucien nuestras aguas con piche, y a ver si en Canarias en el futuro tenemos un buen turismo, sostenible, de calidad, una industria y flota pesquera que para eso estamos en el banco canario/sahariano, y una agricultura fundamentalmente tropical, manteniendo nuestros plátanos y tomates. El petróleo que lo vaya a buscar Soria a las Baleares o a la Costa del Sol. Le comento todo esto a mi vecina del quinto, y una vez más se me desmelena: “Sabe lo que le digo, que Soria ha querido ser el rey del salmón, el de las góndolas, el del viento, y hasta el faycan de Telde, y ahora mismo se siente el rey del petróleo. No me extrañaría nada lo que apunta el señor juez Moya Meyer, que hay petróleo y que de momento Repsol ha hecho una excursión a Angola para volver con más fuerza. Aunque por una vez estoy de acuerdo con usted, ojalá se quede en ridículo, tanto Soria como Brufau”.
Así sea.
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