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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Acabar con JFLA

Juan Fernando López Aguilar.

Carlos Sosa

Todos los que hemos tratado a Juan Fernando López Aguilar conocemos en profundidad cuáles son sus fortalezas y cuáles sus carencias personales. Su propia biografía forjó en él un carácter complejo que labró desde niño la personalidad de hombre con una capacidad para el sacrificio y la superación difícilmente igualable. Y a su vez, una persona de trato áspero, desagradable, en ocasiones de una altanería insoportable, lo que no lo convierte necesariamente en un maltratador. Es un tipo único, con unas capacidades intelectuales extraordinarias, con más visión política de la que se le atribuye (y que la que él mismo demuestra a veces con sus acciones) y con un sentido de la honradez y la integridad personales bastante infrecuente. Y no solo entre los políticos. Le apasiona la política pero no es de los que tendría problemas para vivir fuera de ella: catedrático de Derecho Constitucional, políglota, culto, tiene sobre su mesa ofertas de universidades y de organismos que ya quisieran para sí muchos. Esa pasión por la política le llevó a imponerse unas pautas de conducta muy estrictas, de modo que nadie pudiera reprocharle jamás ningún desliz en lo público. Por eso se ha permitido siempre las mismas exigencias hacia los demás lo que le ha acarreado numerosos encontronazos con gentes de dentro y de fuera de su propio partido, el PSOE. Un partido, por cierto, en el que es tan amado como odiado, tan admirado como denostado, y en el que un grupo de dirigentes lo ha terminado arrinconando en el dorado retiro de Bruselas donde hasta este mismo lunes se atrincheraba a la espera de tiempos mejores. Sin embargo, será un asunto íntimo, perteneciente a su exclusiva esfera familiar, el que puede acabar este mismo martes con su carrera política. Desde 2005 su familia política, la familia de la que desde hace unos pocos meses ya es su ex mujer, le juró grandes males si decidía separarse de ella, y el juramento parece estarse cumpliendo. Es más que probable que López Aguilar termine por demostrar que las denuncias de malos tratos por las que declarará en el Supremo son falsas, incluso podría llegar a probar que el maltratado siempre ha sido él, y que no era precisamente él el que llevaba la voz cantante en las graves discusiones familiares que los vecinos dicen haberse gozado en la residencia familiar de Las Palmas de Gran Canaria, en el edificio que esos mismos vecinos han compartido toda la vida con la denunciante y su familia. JFLA tendrá que emplearse a fondo para alcanzar ese objetivo, lo que le obligará a mostrar ante todos lo que nunca ha querido mostrar: las vergüenzas íntimas de una relación muerta desde hace años, justo lo que ha querido preservar por el bien de sus dos hijos, menores de edad. Sea cual sea su estrategia de defensa y el resultado que de ella obtenga, lo que parece evidente ante la noticia divulgada este lunes es que su carrera política va a sufrir un duro revés que podría desembocar en un abrupto e injusto final.

¿Dónde están las denuncias?

Del relato de hechos conocidos este martes en torno al caso que llevará a López Aguilar ante el Supremo hay algunas cuestiones que llaman poderosamente la atención. Pone los pelos de punta que el eurodiputado tenga que enterarse del proceso penal que pesa sobre él porque toma la iniciativa de llamar al Servicio de Atención a la Familia (SAF) del Cuerpo Nacional de Policía para interesarse por dos conatos de incendio ocurridos en la casa donde su ex esposa convive con sus dos hijos menores de edad. Dos conatos de incendio, por cierto, que se producen con él fuera de las Islas Canarias, lo suficientemente lejos como para no ser sospechoso de haberlos provocado. Su ex esposa sí estaba dentro de la casa y, según el relato de los vecinos, en evidente estado de embriaguez, lo que demoró la apertura de la puerta para extinguir el conato. En su descargo, la afectada ha alegado ante los vecinos y ante la Policía que sus borracheras son producto de una depresión fruto de una sucesión histórica de malos tratos propinados por su ex marido. Sin embargo, no consta ni una sola denuncia de la afectada en todos estos años si exceptuamos la que interpuso su hijo mayor (fruto de otra relación anterior) hace unas semanas al llegar a casa, también en estado de embriaguez, y encontrarse a su madre con un golpe en la cara que igualmente atribuyeron al eurodiputado a pesar de no haber pasado por el domicilio en ningún momento. Esa denuncia fue luego retirada al reconocer que fue precipitada y producto de un momento de acaloramiento emocional. Pero para precipitación la del PSOE, que sin esperar a conocer lo ocurrido y comprobar la veracidad de la denuncia, ha convocado para este martes a su comisión de igualdad con el muy noble propósito de expulsar al eurodiputado en un ejercicio de ejemplaridad que podría acabar por volvérsele en contra.

Más listas para perder

Respetamos mucho a Australia Navarro, candidata del PP a la presidencia del Gobierno de Canarias, lo que necesariamente no ha de llevarnos a compartir todo lo que dice y piensa. Por ejemplo, no estamos de acuerdo con esta afirmación que soltó este lunes en Twitter: “A partir del 24 de mayo, comienza una nueva etapa para el Cabildo, con un equipo de gente eficaz y solvente, liderado por @MercedesRoldos”. Se refiere la señora candidata a la lista al Cabildo de Gran Canaria, ésa a cuyo frente la puso inicialmente José Manuel Soria para descabalgar a José Miguel Bravo de Laguna en una pirueta que luego terminó con el desplazamiento de la mismísima Australia Navarro en favor de Mercedes Roldós. Sí, ya lo sabemos, un auténtico lío, pero de esas piruetas inexplicables vive el Gran Timonel y nos alimentamos los periodistas que le sometemos al correspondiente marcaje. No estamos de acuerdo con la candidata –a lo que íbamos- porque aunque a estas alturas es imposible aventurar quién demontres va a gobernar el Cabildo de Gran Canaria, lo que parece más que evidente es que no será el Partido Popular. Y no es que le estemos deseando nada malo a su cabeza de lista, Mercedes Roldós, a la que también profesamos el debido respeto, sino porque ninguno de los partidos con posibilidades de entrar en la Corporación tiene puñetera gana de que gobierne el PP. Otra cosa distinta es que Soria esté intentando engatusar a posible socios presentando una lista penosa como la que se dio a conocer este lunes, con ese portento de la política que es Felipe Afonso el Jaber de número dos. Una lista como otras pensada para perder y calentar la bancada de la oposición, lo que nos conduce de nuevo a discrepar de Australia Navarro cuando habla de “gente eficaz y solvente”. En esa plancha hay presencias y ausencias muy llamativas, como por ejemplo el tercer puesto para Lucas Bravo de Laguna, al que Soria mantiene para evitar más conflictos públicos, pero al que le pone de 5 a Carlos Ester para que, en el hipotético caso de gobernar, se ocupe del deporte que tanto rédito pareció darle al hijo del denostado presidente. O la aparición estelar de Larry Álvarez, al que rescató del ostracismo José Miguel Bravo de Laguna para convertirlo en un gestor cultural por todos reconocido hasta este momentazo modelo regreso del hijo pródigo.

 

De chicha y nabo

En el capítulo de las apariciones llama poderosamente la atención la inclusión en la lista del PP al Cabildo de Gran Canaria de Aurora del Rosario Vega, esposa de Asier Antona, secretario general regional, que vive en la isla de La Palma tan ricamente. Su inclusión tiene mucho que ver con la necesidad que tenía Soria de hacerle un hueco de salida en la lista al Parlamento por Gran Canaria a la que es considerada mano derecha de Australia Navarro, Auxiliadora Pérez, que por lo tanto abandona también su puesto relevante en el Cabildo. Resulta curiosa la deriva geográfica de Aurora del Rosario, porque siendo vecina de La Palma ha sido hasta ahora diputada por la circunscripción de Gran Canaria, en cuyo cabildo acabará recalando como consecuencia de estas pirueta sorianas. Esta ocurrencia solo puede responder al convencimiento íntimo que tiene el Gran Timonel de que su partido no va a gobernar ni de coña o a la decisión de la familia Antona del Rosario de establecerse en Las Palmas de Gran Canaria aprovechando que posee una playa, la de Las Canteras, muy admirada por el matrimonio. Frente a las irrupciones en la lista cabildicia del PP, llamativas son también algunas de las exclusiones. Por ejemplo la del leal y afable José Miguel Álamo, o la del diligente consejero de Turismo, Melchor Camón, hasta ahora el único defenestrado en el pulso abierto entre Soria y Bravo de Laguna. Tampoco aparecen María del Mar Arévalo, el teldense Paco Santana (merecido lo tiene por no atender a los periodistas desafectos) y Mari Carmen Muñoz. Pero de entre todas las ausencias, la más llamativa es la de Carlos Sánchez, portavoz del PP y consejero de la poderosa y recaudadora Consejería de Obras Públicas. Él llevaba semanas diciendo que se quería marchar hacia un destino ignoto, pero parece que haber sido un consejero clave en la etapa de Bravo de Laguna lo deja sin futuro político. Como ocurre a los dos tránsfugas que apuntalaron el poder del actual presidente, Antonio Hernández Lobo y Juan Domínguez, que son relegados a los puestos 12 y 13, de casi imposible obtención. Porque las encuestas que todos los partidos empiezan a manejar otorgan a este PP en el Cabildo (y todavía sin conocer esta lista) entre 7 y 8 diputados. Y con este lista de chicha y nabo, a reclamarle al maestro armero.

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