José Fernando Gómez no es un militante cualquiera, ni un concejal del Partido Popular cualquiera. Forma parte de la oposición en el señero municipio mariano de Candelaria, y eso ya lo convierte en un destacado concejal, puesto al que su partido lo viene presentando desde 2007, con sucesivos incrementos de votos. Pero es que, además, es miembro del Comité Insular del Partido Popular de Tenerife, del que también forman parte, entre otros, el subdelegado del Gobierno del que ha pedido su dimisión “fulminante”, así como otros bregados y bragados personajes de la vida pública tinerfeña, como los referidos propagandistas de la causa de Cho Vito, hoy escondidos bajo la mesa camilla del salón-comedor. Fue, junto a la señora Tavío y el actual presidente insular, Manuel Domínguez, responsable de política exterior del PP en Venezuela y en Argentina, a donde los acompañó en varios viajes de captación de adeptos. La dirección del partido ya ha salido a reclamar prietas las filas y disciplina a Gómez y a todos los que tengan en estos momentos la tentación de rebelarse. Pero todo el mundo tiene el convencimiento de que el portavoz del PP en Candelaria no va a aflojar un punto y llevará al próximo comité insular su acusación contra Bento y Díaz Guerra de algo tan grave como “abuso de poder”. Como explicó a El Día el crítico portavoz, “no estoy en política para ser el mono de feria de algunos que juegan con el sentimiento, intereses y derechos de los vecinos”, ni “voy a tolerar que los que pidieron el apoyo electoral a las más de 120.000 personas afectadas por esta Ley de Costas ahora, cuando más los necesitan, les den la espalda excusándose en una sentencia inexistente”. Lo tiene complicado Manolo Domínguez.