Nace la Escuela de Verseadores de Gran Canaria con más de 1.000 estudiantes

Gran Canaria contará con la primera Escuela de Verseadores -que será inaugurada una vez concluya el confinamiento motivado por la crisis sanitaria del SARS-CoV-2- con más de 1.000 estudiantes de quinto y sexto de Educación Primaria de quince de los 21 municipios de la isla e, igualmente, cuenta con el apoyo de la ULPGC y la Academia Canaria de la Lengua

La escuela, que iba a ser presentada en sociedad en el marco de la vigésimo primera edición del Memorial Díaz Cutillas, en el municipio de Valleseco, está impulsada por el repentista y profesor de Filología Hispánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Yeray Rodríguez.

Según un comunicado del Cabildo de Gran Canaria, se busca que el resto del Archipiélago impulse escuelas similares que enseñen y difundan esta expresión poética y musical, declarada hace tres años por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Recuerda que desde hace más de cinco años la Consejería de Cultura del Cabildo, a través de la Fundación Canaria Nanino Díaz Cutillas y la Biblioteca Insular, viene desarrollando una línea de colaboración con la Asociación de Verseadores Canarios Ochosílabas, que se constituyó en 2014.

Con la creación de esta nueva escuela, “se trata de otorgarle mayor entidad, contenido y profundidad al proyecto de los talleres de creatividad verbal” que se desarrollan desde 2018, resalta Yeray Rodríguez.

Hasta el momento se trabajó con talleres vespertinos con los verseadores Expedito Suárez y José María Dávila como monitores, con un labor quincenal en 28 centros de Primaria de la isla.

Estos talleres son un complemento docente vinculable a las competencias de distintas materias curriculares, como Lengua y Literatura o Música, y siguen un método lúdico en el que los alumnos cantan, memorizan y crean versos de la tradición.

El impulsor de la iniciativa celebra que se haya conseguido en los últimos años que “cada vez sean más las verseadoras que estén feminizando una vocación hasta ahora eminentemente masculina” y, asimismo, que se haya extendido la disciplina.

Rodríguez está “convencido de la utilidad” del arte de las décimas “para mejorar el rendimiento verbal y la autoestima personal del alumnado, tan necesitado por cierto de ambas competencias”.

A través de “una tradición que está más viva que nunca”, experimentan “la sensación de poner palabras a lo que sienten, poder recitar ese mensaje, poder cantarlo”, subraya.

Como sostiene el docente, “son muchos los jóvenes que están deslumbrando en toda Canarias, no solo en Gran Canaria” en este género cultural.