El Gran Canaria pierde, pero pasa a Cuartos de Final
El Herbalife Gran Canaria lo vuelve a hacer, vuelve a estar en cuartos de final de la Eurocopa de baloncesto tras perder 77-78 ante el Limoges en un partido donde compitió hasta el final en un gran partido de baloncesto, con la intensidad que ya le caracteriza, a pesar de tener la renta de los 17 puntos, que decidieron la eliminatoria.
El Inicio del encuentro fue trepidante en la vuelta del Gran Canaria a su casa después de la Copa del Rey, el partido contra el Limoges en Francia y frente al Guipuzcoa Basket.
Los franceses, como ya advirtiera Aíto, salieron con mucha rabia a tratar de hacer la hazaña tras la victoria de los amarillos en la ida por 65-82.
Muy agresivos desde el segundo 1, los franceses agarraban todos los rebotes defensivos sin dar opción a los claretianos y acertaban casi todo lo que tiraban, desde el exterior y en la pintura.
Boungou-Colo hacía daño de tres y Traoré anotaba ocho puntos seguidos bajo el aro dejando a los amarillos a 11 puntos en el minuto 8 de partido (11-22). Momento en el que Aíto pidió el primer tiempo muerto.
Los franceses tenían las garras afiladas, mostraban sus dientes (6 de 6 de dos y siete rebotes, todos ofensivos) y el Gran Canaria Arena asistía con miedo a lo que estaba ocurriendo. Adelantados, defendían incluso el saque de los amarillos buscando rematar la herida hecha.
Basándose en una buena defensa en el 1 contra 1, el Granca comenzó a rehacerse. Seeley entraba a pista y su mano daba aliento a los suyos. El gran trabajo de Rabaseda también ayudaba y Pangos, de tres, ponía el 18 a 22, aunque en seguida contestó Bo McCalebb, desparecido hasta el momento, para dejar el 18 a 24 al final del primer cuarto.
En los 10 minutos siguientes los amarillos continuaron la dinámica ascendente a pesar del daño que hacían los franceses cuando la tocaban en ataque. A la buena defensa ya constituida tras la laguna inicial se sumó el acierto exterior negado en el primer cuarto.
Entre Newley (dos triples) y Pablo Aguilar pusieron en pie al castillo claretiano al grito de “oé amarillo oé, oé”, soltando la preocupación y el miedo que se palpó al inicio. Tiempo muerto del Limoges y empate en el marcador (26 a 26 en el minuto 14).
A partir de ese momento el encuentro se igualó y fue un toma y daca ilustrado por el bonito duelo entre la experiencia de Alber Oliver y la magia de Bo McCalebb.
El base puso el 36 a 32 en una jugada estratosférica y en seguida el base estadounidense contestaba de tres. La igualdad continuó en el marcador hasta el descanso (42-42), pero los amarillos le devolvieron el parcial a los franceses ganándolo 24 a 18.
La intensidad por parte de ambos equipos seguía predominando, pero a medida que pasaban los minutos se notaba quien iba teniendo la necesidad acuciante por anotar. Con el 44-44 prevaleciendo durante los cinco primeros minutos del tercer cuarto, el Limoges comenzó a alejarse en el marcador.
Con un parcial de 0-8 (min. 26) se ponían 44 a 52 y el miedo volvía al pabellón amarillo. Pero de nuevo una buena defensa, sin concesiones, reconstruía la fortaleza del equipo y Newley desde el exterior volvía a dar confianza a los suyos.
A un minuto del final del tercer cuarto, Albert Oliver recibía falta detrás de la línea de 6,75. Tres tiros libres y a cinco de distancia (50-55) para volver a dar tranquilidad.
Los últimos diez minutos los amarillos partían con siete de diferencia abajo (54-61). Muy mal tenían que hacerlo los de Aíto para no estar en Cuartos de Final.
El Limoges veía cómo pasaban los minutos y, aunque seguían ganando, la renta no superaba de nuevo ni siquiera los 10 puntos, algo que jugaba a favor del Gran Canaria.
Recortando distancias los amarillos llegaron al final del partido dejando el marcador 77-78 ante un gran Limoges, luchando desde el principio hasta el último suspiro a sabiendas de que la hazaña ya era prácticamente imposible y siendo el segundo equipo en la Eurocup que vence en el Gran Canaria Arena esta temporada.
Ahora espera el Stelmet Zielona Gora polaco en los Cuartos de Final, quienes dejaron en la cuneta al Unics Kazan. Pero primero, el Real Madrid en el pabellón amarillo este fin de semana.