“Los juegos tradicionales son ingenuos, manuales y de camaradería”
El investigador cultural José Pedro Sabina ha ofrecido a lo largo de varios días conferencias sobre los juegos tradicionales por todos los municipios de la isla dentro del Programa de actos del Día de Canarias. Estas charlas han contado con la colaboración de la Consejería Insular de Cultura del Cabildo de La Gomera y los ayuntamientos de la isla.
-Como visión general, ¿considera que los juegos tradicionales canarios actualmente están bien considerados?
R.- En general, los juegos tradicionales de los que yo hablo en mis libros y en mis charlas, son por ahora considerados tan sólo “juegos infantiles” y como tales no tienen la consideración que se merecen, por lo menos desde el punto de vista social. Otra cosa es lo que los educadores pueden considerar respecto a los mismos.
-Si tuviera que definir con tres adjetivos este tipo de juegos ¿cuáles serían?
R.- Ingenuos, Manuales y de Camaradería. En contraposición de los que por ahora están ofreciendo los juegos con ordenadores: Sofisticados, pasivos e individualistas.
-¿Cual es su procedencia y en que época aproximadamente comenzaron?
R.- Su procedencia es tan variada como cada uno de ellos. Unos nos llegaron del norte de África y son bereberes, otros nos llegaron con los conquistadores españoles y ya sufrieron un proceso de transformación y otros son muy antiguos sin una fecha fija. Por ejemplo, jugar con boliches como hoy se hace, se conoce como juego infantil fechable, desde el año 3.000 a.C., dado que se encontraron boliches en la tumba de un niño egipcio en Nagada, antigua Nubt a 25 Kms. al norte de Tebas. Anteriormente pudo haber sido un componente religioso o de augurio. También hay documentación de griegos y romanos.
Por supuesto todos estos juegos una vez establecidos en Canarias han experimentado todos los cambios que la imaginación infantil les ha querido conceder, por eso son tan nuestros.
-Muchos colegios de las islas aprovechan el día de Canarias para preparar actividades vinculadas a los juegos tradicionales y que mediante la práctica sus alumnos sean conocedores de los mismos, no sólo mediante lo que les puedan contar ¿considera que esta es una acción que se realiza cada vez más o que por el contrario se está perdiendo?
R.- En principio me parece una acción loable, pero un niño no aprende y practica estas actividades porque se las presentan una vez al año, (esa es tan sólo una acción puntual)antes bien los colegios deben permitir que esa práctica sea lo habitual entre la chiquillería (con un cuidado con los más pequeños), de esa forma, los recreos volverán a ser el lugar de esparcimiento y “desfogue” que siempre fueron y no una prolongación docente, que es lo que algunos proponen para mayor tedio de niñas y niños.
-¿Cómo es la visión que tienen los más pequeños respecto a estos juegos tradicionales?
R.- Desgraciadamente ha habido una generación de padres que por distintas razones no les han enseñado a los más pequeños que tan importante fue para ellos en su infancia. Muchos niños tienen algún conocimiento de “oídas” de estos juegos, pero cuando se les habla de ellos, se percibe en los más pequeños un verdadero interés, puesto que descubren el entusiasmo que despierta en sus padres el recuerdo de aquellos juegos.
-Desde su punto de vista ¿qué iniciativas deben impulsarse para que no se pierda esta tradición?
R.- Práctica, práctica y práctica constante. Dejar que los niños vayan al colegio con un puñado de boliche, con unos cuescos, con un trompo o con unos metros de elástico o soga en la maleta, como parte del material de aprendizaje. Y luego, dejarlos jugar, que ellos solos saben elaborar su propia diversión compartida.
-¿Valoran los niños los juegos tradicionales como tal y se animan a practicarlos?
R.- Mi última experiencia de todo un mes asistiendo a un colegio a “dar clases” de boliches y cuescos a niñas y niños me confirma eso que usted pregunta. En cuanto se les permite jugar “a su aire”, ellos nos sorprenden gratamente con lo imaginativos y activos que son. Niñas y niños están deseando una vida activa tanto física como intelectual y estos juegos se los van a proporcionar de forma sobrada. Pero... si ponemos el grito en el cielo cuando un grupo de niños y niñas dibujan con una tiza un rayado para jugar al “tejo” o unas rayas para jugar a las “chapas”, poco les estaremos ayudando a practicarlos.
-De todos ellos, ¿cual es el más que se practica en la actualidad?
R.- Hay juegos que se resisten a desaparecer, así he visto recientemente jugar en algunos lugares al tropo, al tejo, al brilé, a las cuatro esquinas a boliches, etc, pero también es verdad que son escasas las posibilidades que tienen muchos niños y niñas de reunirse con un grupo de amigos, fuera del ambiente del patio de recreo del centro de enseñanza.
-Para finalizar, desde su punto de vista ¿qué ventajas ofrece la práctica de estos juegos?
R.- Estos juegos tienen todas las características que los grandes educadores han buscado para práctica de los más pequeños: juegos en grupo, actividad física e intelectual, mejora del vocabulario, ausencia de roles sexistas, relacionan a generaciones distantes, eliminación del espíritu consumista. Además, fomentan la imaginación y las manualidades, socializan al necesitar tareas realizadas por varios de ellos para lograr el resultado final y una lista mucho más larga que no tiene cabida ahora mismo.
La buena disposición de maestros y educadores, en muchas ocasiones se enfrenta a unos padres que ven peligros en todo. El riesgo cero no existe. Ante esto, algunos educadores animan a instalar bibliotecas especializadas en los patios de recreo. Será el paso definitivo para una futura sociedad sedentaria. Cuando niñas y niños se pasan el día saltando y corriendo, los problemas de sobrepeso desaparecen a pesar de las bolsas de “chucherías” y otras cosas que puedan consumir.