Espacio de opinión de La Palma Ahora
¿Una balsa de aceite?
El Partido Popular (PP) en La Palma, desde hace unos meses, está llevando a cabo la renovación de sus respectivos comités locales, entre sonrisas, sin contratiempos ni disidentes que desentonen o refunfuñen. Atrás, al parecer, han quedado las contiendas intestinas, las asperezas y los tiras y aflojas de la etapa pre Asier Antona, cuando más que una balsa de aceite, como ahora, aquello era una olla hirviendo. Y, si no, que se lo pregunten a Manuel Pérez Rocha, entonces líder de los conservadores palmeros y actualmente dedicado a sus clases, su ganado y su huerto.
Antona, a la chita callando, ha puesto al partido derecho como una vela en torno a la unidad que emana del poder. Todos los candidatos están saliendo elegidos con el amplio respaldo democrático del 100%, oséase, por aclamación, no sé si a la búlgara pues, debido a la gran sintonía existente, no se presentan alternativas a la lista que impepinablemente resulta ganadora.
En realidad, los cambios en los comités son mínimos y, en todos ellos, la continuidad es lo que prima. Los conservadores que dirigen la formación en esta dulce etapa tienen claro que, en el seno del partido, las modificaciones drásticas, si se pueden evitar, mejor. Así que, las candidaturas únicas, la unanimidad y los consensos son la tónica en esos minicongresos donde, aseguran algunos, las bases pintan poco.
Los críticos, en estos momentos, se mantienen, supongo, en los cuarteles de inverno a la espera de que el delfín del todopoderoso José Manuel Soria sufra algún resbalón o, sencillamente, se inicie el declive que, normalmente, le llega a todo mortal que no tiene plaza fija y permanente en el Olimpo. Porque, ya a se sabe, los dioses, tarde o temprano, se cansan de sus adjuntos de carne y hueso.
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