Fuencaliente no teme que Fuente Santa pierda la condición de termal
El alcalde de Fuencaliente, Gregorio Alonso Méndez, asegura que el agua que brota de la Fuente Santa mantiene sus propiedades terapéuticas. En este sentido, según ha señalado este lunes a LA PALMA AHORA, no teme que el histórico manantial, recuperado en octubre de 2005 tras permanecer sepultado 328 años por la colada lávica del volcán San Antonio de 1677, pierda la condición de acuífero termal.
El pasado domingo, 5 de diciembre, el periódico El Día publicó unas manifestaciones de Carlos Soler, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, en las que alerta de que el agua de la Fuente Santa pierde propiedades. Soler, en concreto, asegura, según se indica en la citada noticia, que “el agua de tres de las cinco charcas de la Fuente Santa que fueron declaradas como termales tras ser sometidas a los análisis de rigor se están enfriando, lo que supone una pérdida de dióxido de carbono, sales y, con ello, sus propiedades curativas”.
El primer edil del municipio sureño ha pedido que “se deje de polemizar” con el legendario venero y “se hable más en positivo” de este importante recurso.
Al efecto, insta al nuevo grupo de Gobierno del Cabildo de La Palma que “de una vez por todas agilice ante el Ejecutivo regional los trámites de la documentación de los planes urbanísticos necesarios a fin de habilitar en el entorno de la Fuente Santa el suelo para el desarrollo del turismo termal”.
El máximo mandatario municipal de Fuencaliente resalta que“ inversores nórdicos están interesados en ejecutar el proyecto del balneario” planteado en la zona.
El alcalde de Fuencaliente insistió en pedir que se “deje de polemizar” en torno a la Fuente Santa. Dijo que “la temperatura del agua, lógicamente, oscila, como ocurre en el interior, en función a que sea invierno o verano”. También “baja la temperatura en el interior” de la galería excavada para llegar hasta el mítico naciente hídrico “cuando entra la brisa”. Aseveró que “los intereses” del legendario hontanar “están salvaguardados por el Ayuntamiento de Fuencaliente” y solicitó que “nadie, en cuanto a la Fuente Santa, debe creerse en posesión de la verdad absoluta”.
La Fuente Santa forma parte del acervo histórico de La Palma. Fue recuperada en octubre de 2005 tras permanecer sepultada 328 años por la colada del volcán San Antonio de 1677.
El legendario venero de aguas templadas y curativas, en el siglo XVI, era centro de peregrinación a nivel mundial por sus virtudes medicinales. En La Palma se espera que la resurrección del naciente de caudal terapéutico, situado, junto a un dique basáltico, en la base del acantilado formado por la escoria y el magma solidificado de los volcanes San Antonio y Teneguía, vuelva a constituir un pilar para el desarrollo en la Isla del turismo de salud.
Canarias, actualmente, “no tiene una tradición en aguas termales, pero hubo un día en que esto no fue así: ante de 1677, en el sur de La Palma, al pie de un acantilado y en una pequeña ansa abierta hacia el sur, surgían las aguas calientes de la Fuente Santa”, según se indica en un estudio realizado hace unos años por Carlos Soler Liceras, Miguel Ángel Sicilia de Paz y Miriam Hernández Abreu para Consejería de Obras Publicas del Gobierno regional.
Los citados expertos, en el reseñado trabajo, destacan que “tal era el eco de sus prodigios que el nombre de La Palma se oía en Viejo y Nuevo Mundo”. A continuación indican que “enfermos y peregrinos de todo el occidente la alabaron”. La efectividad de “sus curas asignó esa fama de santidad”.
Destacan que “insignes viajeros e historiadores que la conocieron, como Abreu Galindo y Torriani, comentaron sus virtudes curativas y lo prodigioso de su temperatura”.
La Fuente Santa se encuentra bajo 40 metros de lava, frente a la playa de Echentive, en la zona costera de Las Cabras. Para llegar al singular hontanar se tuvo que perforar, en dos fases, una galería de casi 200 metros de largo.
Las diversas charcas que se encuentran en su interior tienen temperaturas variables. La primera registraba, según el estudio realizado en su día, máximas de entre 30 y 33 grados; la segunda, de 42-43, y el resto puede llegar a 45 grados. El túnel se airea con la brisa marina.
Su caudal, además de tener el adecuado grado de reactividad, es rico en cloruro, bicarbonato y sulfuro. Se recomienda para aliviar y curar enfermedades de la piel, huesos y músculos. Su composición, similar a la que se extrae en el famoso balneario de La Toja (Pontevedra), convierte este recurso en verdadero oro líquido. Mana a razón de unos tres litros por segundo.