Patrimonio de todos, patrimonio de nadie
El Archivo General de La Palma, creado por acuerdo plenario del Cabildo Insular el 18 de octubre de 2002, nació con una misión clara: reunir, conservar y difundir el valioso legado documental que la isla ha atesorado durante más de cinco siglos. Amparado por la Ley 3/1990 de Patrimonio Documental y Archivos de Canarias, fue concebido como centro archivístico de ámbito insular, garante de la memoria histórica, literaria, etnológica, científica, gráfica, visual y sonora del pueblo palmero.
A lo largo de más de dos décadas, el Archivo ha recibido donaciones de gran valor patrimonial, entre ellas los fondos fotográficos de Rosendo Cutillas Hernández, Miguel Brito Rodríguez, Felipe Henríquez Brito y Miguel Bethencourt Arrocha. En la actualidad, custodia más de 40.000 fotografías y documentos, aunque solo 1.113 imágenes están disponibles al público a través de su página web.
La web institucional del Archivo fue diseñada por un profesional que trabajó durante seis meses en su desarrollo. Sin embargo, el proyecto quedó inconcluso: el diseñador solo percibió parte de sus honorarios y abandonó la iniciativa con las claves de acceso, dejando la plataforma incompleta y sin posibilidad de actualización.
Este Archivo, financiado con fondos públicos, pertenece a todos los palmeros. Es patrimonio común y, por tanto, debe gestionarse con transparencia y plena accesibilidad, en beneficio de la ciudadanía. Sin embargo, desde su creación hace veintitrés años, el conjunto documental permanece inaccesible y fuera del alcance del público, lo que impide que cumpla el propósito para el que fue concebido.
Desde 2002, seis consejeros y consejeras de Cultura han pasado por el Cabildo Insular de La Palma sin asumir la responsabilidad de rescatar este legado documental, bien por desconocimiento o por falta de interés.
El problema no se limita al Archivo: el patrimonio material e inmaterial de la isla se encuentra en estado crítico. Ejemplos como los molinos de viento e hidráulicos, el Electrón, la Cueva de Carías, y tantos otros elementos del legado insular, muestran un deterioro preocupante que pone en riesgo la identidad cultural de La Palma.
El Archivo General de La Palma no es un mero depósito de documentos, sino un testimonio vivo de la historia y del alma colectiva de la isla, garantizar su conservación y asegurar su futuro es responsabilidad de todos.
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