“No puedo regresar a México mientras no me garanticen una vida libre de violencia”
“No puedo regresar a México hasta que no me garanticen una vida libre de violencia”. La activista Aleida Quintana, antropóloga social de 31 años, se encuentra en España desde el pasado mes de marzo acogida al Programa de Protección de Defensores de Derechos Humanos de Amnistía Internacional (AI) al haber sido agredida y amenazada de muerte en su país. Esta joven realizaba labores de acompañamiento y elaboraba bases de datos de familias de personas desaparecidas, víctimas de la trata de personas, feminicidios, explotación sexual, trabajo forzado, sicariato, mendicidad, trabajo doméstico y matrimonio forzado.
En días pasados visitó La Palma invitada por el grupo local de Amnistía Internacional y mantuvo encuentros en diferentes institutos y en la Casa Salazar de Santa Cruz de La Palma en los que expuso la situación de las mujeres desaparecidas en México y los intereses ocultos. En una entrevista con La Palma Ahora, Aleida Quintana, integrante de T´ek´ei Grupo Interdisciplinario por la Equidad, recordó que en México “son asesinadas cada día siete mujeres y 19 personas desaparecen”. “Hay un contexto de mucha violencia y de mucho silencio, un silencio mediático que oculta a nivel nacional e internacional los horrores que se están viviendo en México”, asegura. “Mientras no existan mecanismos de seguridad no puedo volver a mi país, y tampoco quiero ser cómplice de la situación que allí se vive, tiene que haber un cambio, un cambio real, no basta que haya una ley de protección de defensores de los derechos humanos y periodistas si no cuenta con recursos suficientes, con autonomía”, subraya. “Me tienen que garantizar una vida libre de violencia como recoge la Ley de Igualdad en México, ley de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia; como mujer, defensora y joven no veo ese derecho garantizado, no se está cumpliendo para mí”, insiste. “La ley de protección de defensores y periodistas no se cumple; mientras las leyes sigan sin cumplirse -solo se cumplen para quienes más dinero y poder tienen- no podré regresar”.
“Yo fui agredida físicamente el pasado 12 de enero, dos hombres me golpearon por la espalda con un tubo y por esa situación tuve que abandonar mi país, aunque las amenazas empezaron en 2013, y ya me había tenido que desplazar internamente dentro del país debido a la violencia”, cuenta. “He sufrido seguimiento y vigilancia por parte de un hombre, un hecho que denuncié, y también campañas de difamación y calumnias por servidores públicos que originó una estigmatización contra la labor que realizaba; querían despojarme de las redes de gente que me apoyaban; querían convencer a la población de que yo inflaba las cifras y de que estábamos en un estado donde no existían delitos como la desaparición, la trata, los feminicidios y mucho menos la presencia del crimen organizado”, relata Aleida, y subraya que “con mis charlas quiero dar a conocer la violación grave de los derechos humanos que se vive en México y la situación bajo la que yo estaba defendiendo y promoviendo los derechos humanos en mi país, así como los motivos por los que salí”. “Mi caso es solo un ejemplo de los muchos que hay en México, tanto de defensores y defensoras de los derechos humanos como de periodistas, que también están siendo agredidos por su valor”. “Las mujeres, los niños, los jóvenes y los migrantes son víctimas de un sistema que ha llevado a la sociedad a vivir bajo una situación de violencia extrema diaria”, afirma.
Aleida confía en que con el nuevo Gobierno “habrá cambios positivos, al menos hay voluntad política; aunque no ha tomado el poder la nueva administración a nivel federal ya se están llevando a cabo mesas de diálogo con víctimas que no habían sido tomadas en cuenta en todo el proceso, mesas en torno a la pacificación del país; hay una mayoría en el Congreso y creo que puede haber mejoras en México, sin embargo lo que hay detrás es un problema estructural grave, el narcotráfico y la corrupción están a todos los niveles y va a ser difícil erradicarlos pero ese el reto que tiene la nueva administración”, concluye.
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