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La cochinilla mejicana arrasa con las tuneras de La Palma

Tuneras afectadas por la cochinilla mejicana en el municipio de Breña Alta. Foto: JOSÉ A. AROZENA.

Martín Macho

Breña Alta —

Una plaga de cochinilla mejicana (Dactylopius opuntia) está provocando estragos en las tuneras de La Palma. El citado parásito, tras marchitar las pencas, arrasa con las chumberas que, además de ofrecer los deliciosos tunos, son utilizadas por el sector ganadero de la Isla para ahumar el queso artesanal.

El biólogo-entomóloco Rafael García Becerra detectó la presencia en La Palma del  reseñado insecto en el año 2010, en el municipio de Fuencalinete, en una ladera de la zona de Los Arreboles. Desde entonces, imparable, indica a La Palma Ahora, se ha propagado, a un ritmo de dos kilómetros por año, por numerosos puntos de la Isla. Detalla que, en siete años, desde el aludido enclave del sur de la Isla, ha llegado a Los Llanos de Aridane y La Grama (Breña Alta).

Apunta que, una vez en La Palma, “se ha metido en el ecosistema y  es imposible de sacarlo” pues se ha hecho fuerte “en barrancos y en espacios abiertos, muy escarpados” donde “no se puede actuar”. Subraya que, para evitar estas plagas, “la única solución es controlar la entrada de plantas”.

Considera que “solo los particulares, limpiando y cuidando sus tuneras, podrán evitar que esta plaga se expanda en sus fincas”.

Con la desaparición de las tuneras, sentencia un vecino, aunque se trata de una especie exótica, no autóctona, “se perderán los tunos y toda la tradición, cultura y patrimonio asociados a la tunera y la cochinilla en la isla de La Palma”.

Combatir la plaga

El pleno del Parlamento de Canarias, a instancia de María Victoria Hernández, diputada del PSOE por La Palma, aprobó en octubre del pasado año una propuesta por la que se instaba al Gobierno regional a estudiar y combatir las plagas detectadas en la flora de Canarias, especialmente la afección de la plaga de cochinilla mejicana (Dactylopius opuntiae) en las tuneras del Archipiélago.

La propuesta, defendida por la diputada María Victoria Hernández, persigue además que se redacte un proyecto encaminado a combatir y controlar las distintas plagas que afectan al agro en Canarias, así como un protocolo de actuación por parte de los organismos que tengan competencia en la materia, Gobierno de Canarias y cabildos, con la colaboración de los ayuntamientos, que sea de aplicación tanto en previsión como en su erradicación.

Hernández insistió en la necesidad de diferenciar la plaga de la cochinilla mejicana de la grana o cochinilla utilizada como tinte.

En este sentido, señaló  que “durante siglos, la flora y la fauna de Canarias, autóctona o introducida, ha venido sufriendo continuos ataques foráneos que la han puesto en peligro, como el rabo de gato, que preocupa mucho a varias de las islas afectadas y aún no se ha dado por erradicado”.

Desde 2010 se detectó en La Palma una plaga que se ha generalizado sobre las conocidas plantas de las tuneras, chumberas o nopales. “Ha ido pasando de un municipio a otro, desde Fuencaliente hasta El Paso y Los Llanos de Aridane”, alertó.

La parlamentaria socialista indicó que esta especie invasora se utiliza en muchos lugares para controles biológicos de plantas de nopales. “Preocupa mucho a ganaderos, a agricultores y a productores de quesos, que utilizan las palas secas para ahumar el tradicional queso palmero con denominación de origen porque que así lo recoge su reglamento”.

La diputada destacó que aunque estas plantas y sus variedades no son endémicas de Canarias, hoy se han convertido en un recurso agrario, ganadero y paisajístico, sin olvidar la importancia industrial que tiene la cochinilla carmín (Dactilopius coccis) que se desarrolla en los nopales o tuneras, especialmente en Lanzarote.

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