Fernando González Negrín: “Sin una tarifa regulada, la geotermia en La Palma está en un callejón sin salida”

Fernando González Negrín, consejero de Hacienda, Recursos Humanos, Formación, Empleo, Residuos, Industria y Energía.

José F. Arozena

Santa Cruz de La Palma —
2 de agosto de 2025 10:31 h

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La Palma, una isla esculpida por la fuerza indomable de sus volcanes, se prepara para un futuro donde la energía brota de sus propias entrañas. El proyecto geotérmico, una iniciativa pionera a nivel europeo, promete transformar el calor latente bajo tierra en luz y soberanía.

La Palma no es solo una isla; es un organismo geológico vivo. La erupción del volcán Tajogaite en 2021 fue un recordatorio devastador de la fuerza que reside bajo su superficie. Hoy, de camino a mi encuentro en el Salón de Consejeros del Cabildo de La Palma, esa misma fuerza se percibe no como una amenaza, sino como la mayor promesa de futuro de la isla. El proyecto para extraer energía geotérmica del corazón de La Palma, liderado por la empresa pública Sodepal, es una de las iniciativas de transición energética más ambiciosas de Europa. Busca, literalmente, transformar la devastación en luz.

Al frente de este esfuerzo titánico, desde el lado político y estratégico, se encuentra Fernando González Negrín. Consejero de Hacienda, Recursos Humanos, Industria y Energía del Cabildo, su perfil no es el de un geólogo, sino el de un gestor con casi veinte años de experiencia en el sector financiero y diplomado en Turismo. Es el hombre encargado de navegar las complejas aguas de la financiación, la política y la opinión pública para hacer realidad un proyecto que podría garantizar la soberanía energética de la isla. Nos reunimos para entender cómo se planea perforar el futuro de La Palma.

JFA: Señor González, gracias por recibirnos. Su trayectoria profesional es interesante: viene de la banca y el turismo, y ahora lidera políticamente uno de los proyectos de ingeniería y geología más complejos de España. ¿Qué le atrajo a este desafío? ¿Lo eligió o, como se suele decir, le tocó?

FGN: (Sonríe) Me tocó el área de Energía y, sinceramente, lo asumo con una ilusión enorme. Es un reto apasionante. Soy consciente de que es un proyecto de capital riesgo, una apuesta de todo o nada. Primero, por la incertidumbre de encontrar el recurso; y segundo, por saber si ese recurso será explotable. Pero la ilusión viene de que, si lo logramos, cambiaremos por completo el paradigma energético en la isla de La Palma.

JFA: Menciona el “capital riesgo”. Dado el potencial transformador para la isla, ¿por qué el Cabildo no pone todos sus recursos, el 100% de la carne en el asador, para que salga adelante?

FGN: Porque hablamos de un proyecto de una envergadura económica inmensa. Solo para que se haga una idea, la propuesta es hacer hasta tres “pinchazos” o sondeos por cada una de las dos zonas de investigación, Mazo y Fuencaliente. Cada uno de esos sondeos puede costar hasta 10 millones de euros. Es un riesgo altísimo para las arcas públicas. Por eso, desde el principio hemos querido ir acompañados.

JFA: ¿Y cuál ha sido la estrategia para encontrar ese acompañamiento?

FGN: Nuestra primera intención fue que el Estado se hiciera partícipe del proyecto, que lo financiara al 100%, como una especie de Gorona del Viento para La Palma. Lo planteamos en dos ocasiones a la Secretaría de Estado de Energía, pero nos dijeron que no era compatible con las ayudas del IDAE que ya habíamos solicitado. Así que nos hemos volcado en buscar socios privados, multinacionales con experiencia, y hemos tenido contactos con compañías de primer nivel como Enel, la matriz de Endesa, o con Repsol.

Entorno del volcán Tajogaite. Foto: JOSÉ F. AROZENA

JFA: Y aquí es donde nos topamos con el gran muro. ¿Qué frena a esos inversores?

FGN: Todas las conversaciones, absolutamente todas, acaban en el mismo denominador común: el problema de la regulación. Es la pescadilla que se come la cola. Los inversores extranjeros o nacionales no van a entrar en un proyecto de este riesgo si no conocen la tarifa eléctrica que se le aplicará a la geotermia, porque sin ella no pueden calcular el retorno de su inversión. Por otro lado, la respuesta que hemos recibido del propio director de Política Energética es que no van a regular la tarifa hasta que no se demuestre que existe un recurso de alta entalpía y que este es comercialmente explotable. Estamos en un callejón sin salida que está generando una incertidumbre enorme, y es una preocupación que compartimos con los proyectos de Tenerife y Gran Canaria.

JFA: Pero, consejero, seamos realistas. Hablamos de una inversión millonaria en una isla de 80.000 habitantes en el papel, realmente no llegamos ni a 50.000. Le pregunto como el hombre de banca que fue: ¿no cree que para las grandes multinacionales, más allá de un posible lavado de imagen o “greenwashing”, el retorno económico aquí es marginal? ¿No es una señal de que la iniciativa pública, quizás con socios locales, es la única vía realmente viable para que esto arranque?

FGN: Es una reflexión muy acertada. Cuando tuvimos reuniones con Repsol, yo les preguntaba abiertamente: ¿cuál es el interés real en una isla tan pequeña para una inversión de esta escala? Nunca me lo dijeron, pero deduje que lo que buscaban era una mejora reputacional, un clean wash. Por eso, aunque la iniciativa pública debe liderar, es fundamental que el Estado apueste de verdad, no solo con ayudas para estudios, sino creando el marco regulatorio que permita que la inversión fluya. Nunca en la historia el Estado había apostado tanto por la geotermia, pero se han quedado a mitad de camino al no regular el precio.

JFA: Hablando de Repsol, su retirada a principios de 2025 fue un golpe. Tenían cuadrículas colindantes a las de ustedes en Mazo. ¿Qué ocurrió realmente?

FGN: Me apenó muchísimo, porque creo que tenían el conocimiento científico para desarrollar el proyecto. Tuvimos varias reuniones y estábamos dispuestos a cerrar un acuerdo. La razón oficial que dieron fue que era una decisión estratégica del consejo de administración, que no lo veían rentable. Me decepcionó, porque creo que era la compañía que, en ese momento, tenía más ímpetu y ganas.

JFA: ¿Y qué hay de DISA? Parece que es otro actor canario importante en este campo.

FGN: Hemos tenido conversaciones con DISA y no descartamos llegar a un acuerdo. Dentro del mercado, quizás ahora mismo es la empresa que tiene mayor interés y voluntad de encontrar el recurso en Tenerife. Entienden que, como empresa distribuidora de derivados del petróleo, su modelo de negocio tiene que cambiar.

JFA: Volviendo al terreno. La pregunta que todos se hacen en la isla: ¿cuándo veremos el primer “pinchazo”? Sabemos que en 2026 es casi imposible. ¿2027, 2028?

FGN: Va lento, sí. La perforación es la Fase II, y solo puede empezar si los estudios de viabilidad actuales, que deben justificarse antes del 31 de enero de 2026, dan resultados positivos. Estos estudios son cruciales. Cuando estuvimos en las Azores, nos insistieron muchísimo en la importancia de acertar con el punto exacto del pinchazo, porque de ello depende el éxito o el fracaso del proyecto. Por eso ahora el equipo del CGER de Sodepal está centrado en los estudios de superficie, como las mediciones magnetotelúricas y de resistividad, para definir con la máxima precisión dónde perforar. Si tuviera que estimar, no será antes de finales del año que viene.

JFA: Mientras la geotermia avanza, ¿se está moviendo el Cabildo en otros frentes energéticos? He oído que planean crear una entidad de energía independiente de Sodepal a partir del CGER.

FGN: Es correcto. Hemos encargado un estudio a un despacho de abogados para que nos asesore en la creación de una empresa pública destinada exclusivamente a la energía. No solo para la geotermia, sino para gestionar todo lo relacionado con la fotovoltaica, la eólica o los puntos de recarga. Además, estamos explorando otras vías. Hemos solicitado que se incluya el sur de la isla en los planes de investigación de la eólica marina, la offshore. Y hay un proyecto privado muy interesante sobre la mesa en Fuencaliente para generar electricidad con energía eólica y almacenarla como hidrógeno verde

JFA: Consejero, ha quedado claro que el desafío es mayúsculo. La geología es solo una parte de la ecuación; la clave parece estar en los despachos de Madrid, en la regulación de esa tarifa que lo desbloquearía todo. La Palma tiene sol, tiene viento, tiene calor bajo tierra... tenemos los recursos, falta la voluntad y las herramientas para aprovecharlos.

FGN: Quiero expresar mi profundo optimismo y mi firme compromiso: esperamos que el primer 'pinchazo' o inyección para esta acción tan esperada pueda ser una realidad en 2026. Es un objetivo ambicioso, lo sé, pero trabajamos incansablemente para lograrlo. Además, reitero la absoluta necesidad de que la tarifa se regule lo antes posible. Es crucial para la estabilidad, la accesibilidad y la equidad de nuestro sistema, y estamos poniendo todos los esfuerzos para que así sea. Agradezco sinceramente la atención que me han brindado en esta entrevista. Es fundamental comunicar estos avances y expectativas para que todos estemos informados.

Al terminar la entrevista, la sensación es agridulce. La Palma está sentada sobre un tesoro energético, pero las llaves para abrir el cofre no están en la isla. El proyecto, liderado con tesón por un equipo público, se enfrenta a la paradoja de un mercado que no invierte sin garantías y un Estado que no da garantías sin inversión. La reflexión de Fernando González sobre la falta de atractivo de un mercado pequeño para las grandes corporaciones resuena con fuerza, subrayando la necesidad de una valiente y decidida iniciativa pública. El éxito de esta empresa no solo iluminaría los hogares palmeros; ofrecería un modelo para el mundo. Si todo sale bien, como se comentaba en la conversación, el futuro puede ser tan brillante que tendremos que llevar gafas de sol.

Recreación de una planta de geotermia en La Palma. Crédito: JOSÉ F. AROZENA
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