Nemesio Pérez: “El proyecto geotérmico de La Palma es una oportunidad única que no se volverá a presentar tan claramente”

22 de julio de 2025 17:26 h

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Nemesio Pérez.

La Palma, isla de volcanes y cráteres jóvenes, sueña con convertir en kilovatios el calor que late bajo sus lavas recientes. Nemesio Pérez es el principal impulsor del desarrollo de la geotermia en el archipiélago, una apuesta que defiende con firmeza desde hace varias décadas. Su dedicación y visión han sido claves para mantener viva esta línea estratégica en el ámbito energético canario. Pérez recuerda —con la precisión del waterpolista que fue— que la electricidad geotérmica “no descansa nunca”, está disponible las 24 horas y puede estabilizar la red insular. Esta constancia le otorga una ventaja estratégica sobre otras renovables intermitentes como la solar o la eólica.

Canarias se ha posicionado como el epicentro de la geotermia en España, atrayendo 106 de los 120 millones de euros que el IDAE reservó para proyectos de geotermia profunda en todo el país. Las islas de La Palma, Tenerife y Gran Canaria son las grandes beneficiarias de esta asignación. Sin embargo, la reciente retirada de Repsol del proyecto ha supuesto un revés, rebajando la financiación disponible a 100,8 M€. Ahora, la carrera contra el reloj parece haberse suavizado: según ha afirmado el Comisionado para la Reconstrucción de La Palma, Héctor Izquierdo, el plazo para iniciar el sondeo exploratorio se prorrogará más allá de enero de 2026, evitando así el riesgo de que la subvención europea caduque.

El Gobierno canario admitió a trámite en marzo de 2025 los primeros permisos de investigación, que abarcan 837 cuadrículas mineras en seis municipios palmeros. Entre los adjudicatarios figuran Sodepal (empresa pública del Cabildo de La Palma), Energía Geotérmica de Canarias (EGC), empresa del grupo DISA, las empresas privadas palmeras como Geotermia La Palma y Tajogaite Energía, así como la empresa privada de Gran Canaria Sodescan 2000. Las empresas que además obtuvieron ayudas del IDAE, todas exceptos las empresas privadas palmeras deben ahora presentar su proyecto para la realización de sondeos profundos (mínimo 1 km) para el desarrollo de la geotermia en La Palma. Salvo que se ubiquen en Red Natura 2000, los proyectos pasarán por un procedimiento ambiental exprés.Ana Zurita, directorageneral de Industria del Gobierno de Canarias, calcula que perforar un pozo exploratorio lleva de tres a cuatro meses. El reto, advierte, “es que las memorias lleguen rápido”.

¿Qué hace falta encontrar y por qué importa?

Los estudios de INVOLCAN apuntan a que el potencial geotérmico de La Palma se concentra en el volcán Cumbre Vieja, ya que los estudios previos realizados por este organismo han identificado cuerpos de baja resistividad asociados a la actividad volcánico-hidrotermal. Si las perforaciones confirman la existencia de un reservorio con temperaturas de 180-200 °C a menos de 3.000 metros, una planta de tipo binario con solo 20 MW de potencia instalada podría cubrir hasta el 50% de la demanda eléctrica de La Palma. Para ponerlo en perspectiva, se necesitarían 100 MW de energía solar fotovoltaica o 60 MW de energía eólica para generar la misma cantidadde energía que esos 20 MW geotérmicos, debido a su altísimo factor de capacidad.

Este desarrollo reduciría drásticamente la dependencia del diésel, que actualmente cuesta al sistema unos 70 millones de euros al año. Las cifras son claras: el coste nivelado de la electricidad geotérmica (LCOE) se sitúa entre 0,04 y 0,07 €/kWh, un precio muy competitivo frente a los combustibles fósiles.El modelo a seguir es el las Azores, que gracias a sus 29 MW geotérmicos instalados en la isla de São Miguel, ha reducido su dependencia del fuelóleo del 95% en 1990 al 61% en 2018.

Escollos técnicosy políticos

  • Riesgo Geológico: La fase de exploración, aunque no es la más cara del proyecto, concentra la mayor parte de la incertidumbre. El riesgo financiero solo disminuye drásticamente cuando se confirma la existencia de un recurso geotérmico explotable.
  • Tarifa Regulada Ausente: Nemesio Pérez advierte que la falta de una tarifa específica para la geoelectricidad en España, a diferencia de la eólica o la fotovoltaica, es un obstáculo para atraer inversores, ya que generaincertidumbre sobre los ingresos futuros.
  • Ventana Temporal: Las ayudas Next Generation exigen que los hitos clave estén ejecutados antesde 2026. Ante la complejidad de los proyectos, ya se ha solicitado una prórroga hasta, como mínimo, finales de 2028.
  • Coordinación Público-Privada: En la actualidad existe una cierta competición por realizar “laprimera perforación”, lo que podría fragmentar esfuerzos en un momento crítico. En esta “lucha” por realizar el primer sondeo se encuentra la única iniciativa pública-privada liderada por Sodepal en el cual participan el Consejo Insular de Aguas de La Palma, la Comunidad de Aguas para la distribución y riego en las vertientes norte y oeste de la Isla de La Palma (CANOPALMA) y la cooperativa Energía Bonita, compitiendo con las iniciativas privadas promovidas por EGS (grupo DISA y la empresa islandesa Reykjavík Geothermal (RG) y Sodescan 2000.

Durante los últimos quince años, el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) y el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) han sido las instituciones científicas españolas que más han contribuido al desarrollo del potencial geotérmico del archipiélago canario. Lo han hecho a través de numerosos trabajos impulsados por proyectos financiados, en su mayoría, por el Ministerio de Ciencia e Innovación, así como por los Cabildos Insulares de Tenerife, Gran Canaria y La Palma, y, en menor medida, por el Gobierno de Canarias.

Detrás de esta labor constante se encuentra una figura fundamental: el Dr. Nemesio Pérez. Como uno de los impulsores de INVOLCAN, Pérez no solo ha liderado el desarrollo científico en torno a la geotermia en Canarias, sino que ha contribuido a la realización de investigaciones sobre recursos geotérmicos en diversos países como Ecuador, El Salvador, Etiopía, Islandia, Kenia, Marruecos, Nueva Zelanda, Portugal y Ruanda los cuales han sido financiados por diversas agencias internacionales y nacionales. Su capacidad para combinar el rigor científico con una visión práctica y estratégica ha sido decisiva para consolidar el interés institucional y financiero en esta fuente de energía renovable.

El discurso del Dr. Pérez combina una divulgación apasionada con un enfoque técnico y realista. Basta una de sus comparaciones para comprender el potencial de la geotermia: “ocupa apenas 45 hectáreas por TWh generado, casi 270 veces menos suelo que la energía eólica”. Tras la erupción del volcán Tajogaite en 2021, su mensaje ha calado aún más profundamente entre la población y las autoridades: “el volcán que dañó la isla podría, en el futuro, iluminarla”. Esta visión, sostenida con argumentos científicos, económicos y medioambientales, ha convertido a Nemesio Pérez en el motor imprescindible de la apuesta geotérmica canaria.

Raíces y vocación

(JFA para la Palma Ahora) Al rescatar su infancia en el Puerto de la Cruz, ¿qué chispa o curiosidad le hizo mirar más hacia el subsuelo que al cielo atlántico que inspiraba a tantos otros? ¿Fue tener el enorme Teide siempre a la vista?

(Nemesio Pérez. NP). Curiosamente, mi interés por los volcanes no nació en la infancia ni fue una vocación temprana. Más bien, la vida me fue llevando por ese camino, a través de decisiones, oportunidades y circunstancias que se fueron encadenando con el tiempo. No hubo una chispa única ni un momento revelador, sino un proceso en el que el rumbo se fue dibujando casi sin darme cuenta.

Dicho esto, haber nacido en un territorio volcánicamente activo, con el Teide siempre presente en el horizonte, inevitablemente deja huella. Aunque no fui plenamente consciente de su influencia en mi niñez, con el tiempo he comprendido que crecer en una isla moldeada por el fuego y la geología imprime una sensibilidad especial hacia el paisaje, el riesgo natural y la belleza profunda de la tierra.

Así que, más que una elección consciente desde el principio, ha sido un viaje de descubrimiento en el que el entorno de mi infancia —aunque en silencio— ha estado siempre ahí, como un fondo constante que terminó cobrando sentido.

(JFA) Usted fue jugador de waterpolo. ¿Qué enseñanzas de ese deporte —estrategia a largo plazo, aguantebajo presión, trabajoen equipo— le acompañan todavíaen la gestión de proyectos científicos complejos y de alto riesgo?

(NP) Efectivamente, la natación y, más tarde, el waterpolo fueron una parte importante de mi juventud, y aunque mi vida profesional tomó otros caminos, lo que aprendí en esos deportes sigue estando muy presente en mi manera de afrontar proyectos científicos complejos.

El aguante bajo presión, por ejemplo, es fundamental tanto en el agua como en la gestión de situaciones científicas críticas, especialmente cuando trabajamos con fenómenos naturales como los volcanes. Aprendí a mantener la calma, pensar con claridad y actuar con eficacia incluso en momentos de gran tensión.

También me marcó profundamente el valor del trabajo en equipo. En el waterpolo, como en la ciencia, uno nunca gana solo. Los mejores resultados surgen cuando hay una coordinación fluida, confianza mutua y compromiso con un objetivo común. Lo mismo ocurre cuando lideras o formas parte de un equipo multidisciplinar que debe tomar decisiones con impacto real.

Y, por supuesto, está la visión estratégica: saber cuándo avanzar, cuándo esperar, cuándo adaptarse. Eso me ha ayudado mucho en proyectos a largo plazo, donde es esencial combinar planificación con flexibilidad.

En definitiva, el deporte me enseñó que la resistencia no es solo física, sino también mental y emocional. Y en el mundo científico —particularmente en contextos de alta incertidumbre y responsabilidad pública— eso es una herramienta muy valiosa.

(JFA) En una época en que la vulcanología no era una carrera establecida, usted se licenció en Geoquímica por la Autónoma de Madrid, trabajoen USA y en Japón … ¿qué profesor, lectura o momento concreto le empujó a buscar formación especializada fuera de España, concretamente en Japón y especializarse en vulcanología?

(NP) Mi relación con la volcanología —y, más concretamente, con los gases volcánicos, auténtica fuerza motriz de las erupciones— comenzó de forma casi circunstancial, a partir de un trabajo bibliográfico durante mis estudios de especialidad en Geoquímica en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Tras finalizar la licenciatura, regresé a Tenerife e ingresé en la Estación Volcanológica de Canarias (EVC-CSIC), bajo la dirección del Dr. Juan Carlos Carracedo, con el objetivo de formarme y trabajar específicamente en el campo de los gases volcánicos. Fue una etapa de iniciación muy valiosa, pero pronto comprendí que necesitaba una formación más profunda y especializada. Esa convicción me llevó a Estados Unidos, concretamente a Louisiana State University (LSU), gracias a una beca predoctoral del Ministerio de Educación y Ciencia.

En LSU realicé mi tesis doctoral (1988–1992) bajo la dirección del Dr. Stanley N. Williams, y tuve la fortuna de formarme en un entorno académico de primer nivel. Profesores como los doctores Jeff Hanor, Lui-Heung Chan, Gary Byerly, Darrell Henry, Ray Ferrell, Ajoy Baksi y Paul Aharon, así como un colectivo espléndido de estudiantes de posgrado, enriquecieron profundamente mi visión científica a través de debates y colaboración constante.

Tras completar la tesis, obtuve una beca posdoctoral Fulbright, que me permitió permanecer dos años más en LSU (1993–1994), trabajando en hidrogeoquímica de acuíferos volcánicos insulares con el Dr. Jeff Hanor. Fue una etapa clave para fortalecer mi formación en el ámbito de la geoquímica de fluidos terrestres.

Al finalizar ese periodo, las limitaciones del visado Fulbright me obligaron a abandonar EE. UU., y fue entonces cuando surgió la oportunidad de continuar mi carrera científica en Japón, gracias a un contrato de la Unión Europea para fortalecer el intercambio científico entre Europa y Japón. Me incorporé al Laboratorio de Química de Terremotos de la Universidad de Tokio (uno de los pocos laboratorios en el mundo capacitados para analizar relaciones isotópicas helio-3/helio-4 en fluidos terrestres). Allí trabajé entre 1995 y 1996 con el Dr. Hiroshi Wakita y su equipo, entre los que se encontraban destacados científicos como los doctores Kenji Notsu (q. e. p. d.), Shunichi Nakai y Toshiya Mori. Este periodo fue también decisivo, tanto en lo técnico como en la apertura a un enfoque más global sobre la investigación ligada a la predicción de terremotos y erupciones volcánicas.

Durante mi estancia en Japón, fui, además, contratado por la agencia australiana de cooperación internacional (AusAID) como asesor científico para la reducción del riesgo volcánico en la caldera de Rabaul (Papúa Nueva Guinea), sistema volcánico en el que se centró mi tesis doctoral. Fue una experiencia muy enriquecedora que contribuyó a fortalecer mi conexión con la aplicación social del conocimiento científico.

En definitiva, mi especialización en vulcanología no fue el resultado de un momento revelador o una vocación precoz, sino el fruto de un proceso gradual, marcado por la curiosidad, las oportunidades que se abrieron y las personas que dejaron una huella profunda en mi formación. Salir de España fue una necesidad formativa, pero también una forma de ampliar horizontes y comprender que la ciencia de los volcanes no se limita a lo natural, sino que conecta íntimamente con las personas y los riesgos que conlleva el fenómeno volcánico.

(JFA) Describe su primer día en un centro de investigación japonés, rodeado de sismómetros,aguas termales y una culturasísmica tan avanzada.¿Sintió vértigo por el reto o la confirmación rotunda de que ese era su camino?

(NP) Mi primer día en el Laboratorio de Química de Terremotos de la Universidad de Tokio fue, sin duda, inolvidable. Coincidió exactamente con el 17 de enero de 1995, el día en que ocurrió el terremoto de Kobe, de magnitud 6,9. Fue uno de los mayores desastres naturales de la historia reciente de Japón: más de 6.400 personas fallecieron y los daños materiales superaron los 100.000 millones de dólares.

Lo que más me impactó —además de la magnitud humana de la tragedia— fue la sorpresa de la comunidad científica japonesa sobre este terremoto. Nadie esperaba un evento de esas características en la región de Hanshin, cerca de Kobe. Las probabilidades consideradas eran relativamente bajas en comparación con otras zonas del país.

Así que, más que vértigo, lo que sentí fue una sacudida de realidad. Era como si la Tierra me dijera: «Estás exactamente donde necesitas estar». En ese contexto, el reto ya no era solo científico, sino profundamente humano.

(JFA) De toda su experiencia en Japón, ¿qué hallazgo o descubrimiento científico atesora como su “eureka” personal, ese que cambiósu forma de entender los volcanes?

(NP) Recuerdo con claridad el trabajo de un joven doctorando del laboratorio, Urumu Tsunogai —hoy catedrático en la Universidad de Nagoya—, que logró algo realmente extraordinario: identificar señales geoquímicas precursoras del terremoto de Kobe. Lo hizo analizando algo tan cotidiano como aguas embotelladas de la ciudad afectada.

Concretamente, detectó aumentos inusuales en la concentración de cloruros, un cambio sutil pero significativo que precedió al seísmo. Era la primera vez que se hacía una observación así. Aquello me abrió los ojos: la química del agua podía ser una herramienta sensible y poderosa para anticipar fenómenos geodinámicos.

Ese momento fue, sin duda, mi «eureka» personal. Me cambió la forma de ver los volcanes y los terremotos. Comprendí que el subsuelo habla, aunque en voz muy baja, y que nuestra tarea como científicos es aprender a escucharlo con atención, con paciencia y con rigor.

Trabajar con el profesor Hiroshi Wakita y su equipo, en aquel contexto, fue mucho más que un paso en mi carrera; fue una experiencia transformadora, tanto en lo científico como en lo humano.

(JFA) A su regreso a Tenerife, con todo el conocimiento adquirido, ¿qué obstáculo fue másdifícil de superar:la burocracia administrativa o el escepticismo social para convencer de que los volcanes podían ser también aliados energéticos?

(NP) Diría que ambos desafíos han estado presentes, pero de forma distinta. Por un lado, hacer ciencia en España —y especialmente en Canarias— requiere una energía enorme. Comparado con mi experiencia en EE. UU. y Japón, donde los sistemas están mucho más orientados a facilitar la investigación, aquí, a menudo, sientes que tienes que empujar la rueda tú solo, y cuesta diez veces más hacerla girar. La burocracia, los procedimientos lentos y la falta de autonomía en la gestión científica son obstáculos reales que desgastan.

Por otro lado, cuando regresé con una formación adquirida en el extranjero, bajo la tutela de científicos reconocidos internacionalmente, me encontré con una cierta resistencia institucional. No por el contenido de lo que traía, sino por el hecho de no haber seguido una «ruta académica local». Es algo que espero haya cambiado con los años, porque la ciencia necesita apertura y reconocimiento del mérito, venga de donde venga.

En cuanto al escepticismo social sobre el uso de la energía geotérmica, ha sido otro reto importante. En Canarias, los volcanes han sido vistos tradicionalmente como una amenaza, no como una oportunidad. Cambiar esa percepción —mostrar que también pueden ser aliados energéticos sostenibles— requiere tiempo, evidencia científica sólida y mucha pedagogía. Pero, poco a poco, hemos avanzado. Hoy ya no se percibe como una idea excéntrica, sino como una opción seria y viable para el futuro energético del archipiélago.

Nemesio Pérez.

Nacimiento y evolución del Involcan

(JFA) ¿Qué conversación concreta o con qué persona encendió la mecha para la creación de INVOLCAN? ¿Cómo logró convencera políticos de diferentes ideologías para que apoyaran un proyecto científico tan singular?

(NP) La creación del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) fue el resultado de un largo camino de diálogo, persistencia y, también, respuesta a decisiones institucionales que consideramos poco acertadas. La mecha se encendió en el verano de 2004, cuando la Administración General del Estado tomó decisiones unilaterales sobre la gestión del riesgo volcánico en España, sin consultar a Canarias, que es la única región del país con riesgo volcánico real. Fue una señal de alarma.

Ante esta situación, un colectivo de geocientíficos españoles, tanto de Canarias como de la península, vinculados a distintas instituciones científicas y académicas, elaboramos una propuesta de moción que llevó al Senado en 2005 Ricardo Melchior (Coalición Canaria), entonces senador por Tenerife y presidente del Cabildo Insular de Tenerife. Esa moción defendía que la estrategia correcta debía ser la convergencia de todos los recursos científicos disponibles de las diferentes administraciones bajo una única institución: un Instituto Volcanológico de Canarias con sede en el archipiélago. La propuesta fue aprobada por unanimidad en el Senado, un hecho que demostró que, cuando los argumentos son sólidos, el sentido común puede superar las barreras ideológicas. Dicha declaración instaba a la Administración del Estado, a la Comunidad Autónoma de Canarias y a los siete cabildos insulares a la puesta en marcha urgente e inaplazable del Instituto Volcanológico de Canarias.

Después vinieron dos momentos similares: una moción presentada en el Parlamento de Canarias en 2006, por Francisco Spínola (PSOE), que seguía la misma línea que la aprobada en el Senado y que también fue aprobada por unanimidad en el Parlamento de Canarias, y otra en el Congreso de los Diputados en 2009, presentada por José Luis Perestelo (CC), entonces diputado y expresidente del Cabildo Insular de La Palma. Esta también fue aprobada por unanimidad. Ambas mociones fueron elaboradas por el mismo colectivo de geocientíficos que impulsó la moción presentada en el Senado.

A pesar de estas tres decisiones legislativas unánimes, la respuesta del Estado fue la inacción, presionada por lobbies institucionales, liderados por el IGN y el CSIC, que defendían modelos centralizados sobre la gestión científica del riesgo volcánico. Incluso cuando el presidente José Luis Rodríguez Zapatero anunció públicamente en octubre de 2009 que el Instituto sería una realidad en el primer semestre de 2010, no se materializó ningún paso concreto para cumplimentar estas decisiones unánimes.

Fue entonces cuando, en un acto simbólicamente muy potente —en la inauguración de la sexta edición de la mayor conferencia internacional sobre la gestión del riesgo volcánico que se celebra en el mundo, Cities on Volcanoes 6, celebrada en Tenerife del 31 de mayo al 4 de junio de 2010—, Ricardo Melchior, en su calidad de presidente del Cabildo Insular de Tenerife, decidió dar un paso al frente y anunció la creación y puesta en marcha del Instituto por iniciativa del Cabildo de Tenerife, como acto de responsabilidad ante el bloqueo institucional, esperando que se sumaran el resto de las administraciones.

Así nació INVOLCAN, en el segundo semestre de 2010, como una entidad científica comprometida con el territorio, impulsada por la única administración pública que asumió el mandato unánime de las cámaras legislativas.

Hoy, quince años después, INVOLCAN sigue creciendo, aunque ninguna otra administración pública se ha incorporado aun formalmente al proyecto, a pesar de las declaraciones públicas realizadas tanto por el presidente Zapatero en 2009 como por representantes del Gobierno de Canarias en 2021.

(JFA) Mirando los 15 años de historia del instituto, ¿cuál fue la primera gran crisis (financiera, política o científica) que casi hace naufragar el proyecto y qué lección fundamental aprendió de ella?

(NP) La gran crisis del Instituto Volcanológico de Canarias no ha sido puntual, sino estructural: ha estado presente desde su misma creación. El verdadero reto ha sido la falta de compromiso sostenido por parte de las administraciones públicas, más allá del Cabildo Insular de Tenerife, que es quien ha impulsado y sostenido el proyecto prácticamente en solitario durante estos quince años. Esto, a pesar de que tanto el Senado, el Parlamento de Canarias como el Congreso de los Diputados aprobaron de forma unánime su puesta en marcha y desarrollo.

Desde 2015, he manifestado a los distintos presidentes del Cabildo de Tenerife que, si el Gobierno de Canarias no da un paso firme y se incorpora de manera formal a INVOLCAN, quizás lo más honesto sería plantearse su cierre. No se puede sostener indefinidamente una estructura científica de interés nacional con recursos exclusivamente procedentes del Cabildo Insular de Tenerife.

A pesar de ello, no se ha tirado la toalla, y se espera la implicación de todas las administraciones públicas reflejadas en las declaraciones unánimes de las cámaras legislativas, lugar donde reside la soberanía de nuestra nación. La lección más importante que extraigo de todo esto es que hacer ciencia útil para la sociedad exige mucho más que rigor técnico: requiere visión política, voluntad institucional y una ciudadanía consciente de su valor. También he aprendido que los proyectos de largo aliento, aunque frágiles al principio, pueden arraigar si se sostienen con convicción, equipo y coherencia.

Hoy, a pesar de las dificultades, INVOLCAN es una referencia nacional e internacional. Pero el reto sigue siendo el mismo: que las administraciones comprendan que invertir en ciencia no es un lujo, sino una herramienta estratégica para la resiliencia y el futuro de nuestros territorios.

(JFA) Cuando ficha a jóvenes investigadores para INVOLCAN, más allá del expediente, ¿qué atributos intangibles busca: ¿la curiosidad pura, la resiliencia para el trabajo de campo o la habilidad para manejar el big data geofísico?

(NP) Más allá del expediente académico, lo que más valoro es la chispa y la ilusión con la que un joven investigador se enfrenta a la ciencia. La chispa es esa primera ignición de la curiosidad, y la ilusión es el combustible que la mantiene viva. Porque la curiosidad es, en realidad, la fuerza motriz del desarrollo científico.

Busco personas que se emocionen al enfrentarse a una incógnita, que disfruten explorando lo desconocido y que no se vengan abajo ante la incertidumbre o la lentitud inherente al proceso científico. Esa motivación auténtica dice más que cualquier nota en un expediente.

También valoro profundamente la resiliencia, especialmente en el ámbito de la volcanología, donde el trabajo de campo puede ser duro, exigente y, a veces, ingrato: zonas remotas, clima adverso, logística compleja… y, aun así, mantener una actitud positiva y rigurosa.

Por supuesto, la capacidad de manejar y entender big data es cada vez más importante. Pero, más allá del dominio técnico, me interesa si saben pensar con lógica, detectar patrones, hacer preguntas relevantes y mantener siempre el sentido crítico ante los resultados.

En definitiva, busco algo que no aparece en un currículum: pasión por la ciencia, humildad para seguir aprendiendo, capacidad de trabajar en equipo y compromiso con una ciencia que es vocación, pero también esfuerzo sostenido y responsabilidad social.

Geotermia en La Palma (presente y futuro)

(JFA) Siendo honesto y basándose en el ritmo actual de los trámites, ¿cuál diría que es la probabilidad —en porcentaje— de que veamos la primera perforación exploratoria en La Palma antes de la fecha límite de enero de 2026?

(NP) En este momento, no me encuentro vinculado a ninguno de los proyectos de desarrollo geotérmico en La Palma que están siendo cofinanciados por el IDAE, por lo que no me corresponde opinar sobre sus plazos ni hacer estimaciones sobre su evolución. Lo más honesto es reconocer que no tengo la información de primera mano necesaria para responder con fundamento a esa pregunta.

(JFA) La entrada de empresas como DISA (a través de EGC) en el panorama geotérmico de La Palma, y su conocido músculo financiero en el sector energético canario, ¿existe el riesgo de que su participación, actuandocomo un “elefante en una cacharrería”, pueda desplazar o absorber los esfuerzos de actores locales más pequeños, o incluso influiren las decisiones estratégicas de tal manera que priorice sus propios intereses comerciales sobre un desarrollo más equitativo y a largo plazo de la geotermia insular?

(NP) No me corresponde valorar la participación concreta de una empresa en particular ni emitir juicios sobre posibles conflictos entre actores del sector. Lo que sí puedo afirmar es que, desde ITER/INVOLCAN, siempre hemos defendido que el desarrollo de la geotermia en Canarias debiera llevarse a cabo bajo un modelo de colaboración público-privada. Este enfoque es coherente con los principios que promueven los fondos Next Generation EU, y permite combinar lo mejor de ambos mundos: la estabilidad, supervisión y vocación de servicio público, con la agilidad del sector privado.

La clave está en garantizar que esa colaboración se rija por criterios técnicos rigurosos, principios de equidad y una visión a largo plazo centrada en el interés general de la sociedad canaria.

(JFA) La salida de Repsol de la búsqueda de la geotermia en La Palma, ¿ha servido para reforzar la unidad y el propósito común entre las empresas locales y públicas o, por el contrario, ha aumentado las fricciones y la competición entre ellas?

(NP) La salida de Repsol ha supuesto una reducción en la inversión disponible para el desarrollo geotérmico en La Palma. Personalmente, considero que sería ideal que tanto el sector público como el privado trabajaran de manera coordinada y unida para impulsar este desarrollo tan estratégico para la isla.

No obstante, somos conscientes de que alinear intereses entre entidades públicas y privadas no siempre es sencillo, y en ocasiones surgen dificultades vinculadas a dinámicas competitivas o a la búsqueda de liderazgo. Superar estas barreras será fundamental para lograr un progreso efectivo y sostenible en el desarrollo de la geotermia en La Palma.

(JFA) Considerando el potencial de la geotermia para proveer una fuente constante y sustancial de energía base en La Palma, ¿por qué los líderes políticos de todos los signos no han demostrado una visión más audaz y un compromiso unificado y prioritario con el desarrollo de esta tecnología como pilar fundamental de la independencia energética de la isla, más allá de los plazos condicionados por subvenciones europeas?

(NP) Considero que esta pregunta corresponde, sobre todo, a los responsables políticos, quienes son los llamados a definir prioridades y estrategias para el desarrollo energético de Canarias. Desde el ámbito científico y técnico, nuestra labor es aportar el conocimiento riguroso y las evidencias necesarias para que dichas decisiones se tomen con visión de futuro y en beneficio de la sociedad.

Es cierto que la geotermia representa una oportunidad estratégica para La Palma y que un compromiso unificado y audaz sería ideal para aprovechar todo su potencial, más allá de los condicionamientos propios de los ciclos de financiación. Sin embargo, las decisiones políticas suelen depender de múltiples factores y actores, y por eso es fundamental el diálogo continuo entre ciencia, administración y sociedad para construir consensos sólidos y sostenibles.

(JFA) En un escenario donde los sondeos iniciales no encuentren la alta entalpía deseada pero sí recursos de media entalpía, ¿contemplan un “plan B” viable para aprovechar ese calor en usos industriales, agrícolas o de calefacción y no dar por perdida la inversión?

(NP) Como he mencionado anteriormente, ni el ITER ni el INVOLCAN están actualmente vinculados directamente a los proyectos de desarrollo geotérmico en La Palma, por lo que no tengo información específica sobre la existencia de un plan B en caso de que los sondeos iniciales no identifiquen recursos de alta entalpía técnicamente y económicamente explotables para generación eléctrica.

No obstante, en su momento asesoramos a SODEPAL para la obtención de los derechos de los dominios mineros otorgados para la exploración geotérmica en La Palma, y colaboramos en la preparación de la solicitud de ayudas al IDAE. Además, entre 2018 y 2019 realizamos trabajos de exploración geotérmica superficial en la isla, financiados por el Cabildo Insular de La Palma (150.000,00 €/año), aunque la financiación comprometida para 2019 finalmente no se materializó.

Desde el punto de vista técnico, es habitual que en proyectos geotérmicos se contemple la posibilidad de aprovechar recursos de media entalpía para otros usos directos, lo cual podría ser un enfoque viable en caso de no encontrarse recursos adecuados para generación eléctrica, pero estas decisiones corresponden a los responsables del proyecto.

(JFA) Con la adjudicación de cuadrículas mineras y subvenciones del IDAE a algunas pequeñas, ¿cuáles la garantía real de que estas compañías, algunasde las cuales carecen de la capacidad técnica o financiera probada para la perforación y desarrollo geotérmico, no estén buscando principalmente especular con la venta de sus derechos sobre las cuadrículas o simplemente capitalizar las subvenciones recibidas, en lugar de comprometerse genuinamente con la ejecución de proyectos a largo plazo que son cruciales para el futuro energético de La Palma?

(NP) Considero que esta pregunta está dirigida principalmente a las propias empresas adjudicatarias, quienes son responsables de demostrar su compromiso técnico y financiero con los proyectos geotérmicos a largo plazo. Desde mi posición, no dispongo de información suficiente para evaluar sus intenciones o capacidades, por lo que no me parece adecuado emitir un juicio al respecto.

(JFA) En las Azores, la aceptación social fue un pilar del éxito. En La Palma, con el trauma de la erupción del Tajogaite tan reciente, ¿cómo se planea ganar esa “licencia social” para perforar la isla y convencer a la población de que el volcán puede ser una fuente de prosperidad?

(NP) Por lo que me ha transmitido Lionel Torres, coordinador del Centro de Gestión de Energías Renovables de Sodepal, son plenamente conscientes de la importancia de ganar la confianza y aceptación social para el desarrollo de la geotermia en La Palma. Están llevando a cabo una labor destacable en este sentido.

La geotermia, como energía limpia y de muy bajas emisiones de CO₂, con una ocupación territorial mínima —algo especialmente relevante en Canarias— y sin necesidad de grandes infraestructuras visibles, presenta claras ventajas para su integración ambiental y social.

Sin embargo, más allá de las características técnicas, el éxito dependerá en gran medida de garantizar la máxima transparencia y la participación activa de la ciudadanía desde las fases iniciales del proyecto. Con una comunicación adecuada y un proceso inclusivo, la población no solo debería aceptar, sino también sentirse orgullosa de un desarrollo que puede generar empleo de calidad y prosperidad local.

(JFA) Ante la falta de una tarifa regulada por el IDAE, ¿qué modelo financiero imagina que podría ser viable para dar seguridada los inversores? ¿Un contrato de compra de energía (PPA) con el sistema insular, una subasta regional específica para geotermia o una tarifa premium por su estabilidad?

(NP) En un seminario internacional sobre geotermia celebrado en Gran Canaria en abril de 2019, organizado por el grupo de trabajo en energía geotérmica de la Agencia Internacional de Energía (IEA Geothermal), se planteó la pregunta: ¿Por qué no se ha desarrollado la geotermia en Canarias, a diferencia de otras regiones volcánicamente activas?

Mi respuesta fue que esta falta de desarrollo se debe principalmente a una carencia de voluntad política por parte de las administraciones públicas responsables en materia energética. Esta afirmación generó cierta polémica, especialmente entre representantes del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), quienes consideraban que no reflejaba la realidad. Sin embargo, el tiempo ha confirmado mi postura: el Estado español ha tenido que destinar 120 millones de euros de inversión pública para impulsar la geotermia en Canarias.

Recientemente he señalado que, para superar este obstáculo de voluntad política, es necesario «darle dos vueltas más a la tuerca»: primero, lograr que el Estado obtenga de la Comisión Europea una prórroga de los fondos Next Generation para la geotermia en España, al menos hasta diciembre de 2028; y segundo, que se establezca una tarifa específica para la generación eléctrica a partir de recursos geotérmicos.

La ausencia de una tarifa regulada o un esquema de incentivos claros representa un obstáculo significativo para atraer inversiones. Sin un marco financiero estable, los inversores enfrentan una gran incertidumbre sobre los ingresos futuros, incrementando el riesgo financiero y dificultando el desarrollo de proyectos geotérmicos viables.

(JFA) Para terminar, una pregunta más personal: ¿Qué sueña con ver primero en La Palma: ¿la primera turbina geotérmica girando y aportando megavatios a la red, o una red de calefacción usando el calor residual para tener agua caliente o calentar las casas de la zona?

(NP) Lo que más deseo para La Palma es ver una mejora real y palpable en la calidad de vida de quienes residen en esta hermosa isla, especialmente para aquellos que han sufrido directamente las consecuencias de la erupción del Tajogaite. Más allá de la tecnología o los megavatios, lo que realmente importa es que la energía y los recursos contribuyan a recuperar y fortalecer a la comunidad.

En términos energéticos, mi anhelo es que La Palma logre una mayor soberanía energética, basada en un mix diversificado de energías renovables.

(JFA) Para cerrar, Dr. Pérez, ¿hay algo importante que no le haya preguntado y que considere fundamental para que la sociedad canariaentienda la magnitud y la urgencia de este proyecto geotérmico?

(NP) Simplemente añadiría que esta es una oportunidad única, que probablemente no se volverá a presentar tan claramente. Por eso, entre todos debemos unir esfuerzos para eliminar los principales obstáculos que frenan el desarrollo de un proyecto geotérmico de esta magnitud.

En el ámbito político, aún falta una visión estratégica sólida y continuidad en las decisiones. En lo económico, es imprescindible contar con inversión paciente, que comprenda el valor de apostar a largo plazo. Y en lo social, aunque persiste cierto desconocimiento, ya se perciben señales muy alentadoras: cada vez más personas están abiertas al cambio y dispuestas a apostar por un modelo energético propio, sostenible y descentralizado que beneficie a toda Canarias.

(JFA) Muchas gracias, Dr. Nemesio Pérez, por su tiempo y sus valiosas respuestas. Usted es una persona muy expresiva, enérgica —¡volcánica, diríamos! —, y despliega una gran energía que contagia entusiasmo por la ciencia y por el futuro de nuestra tierra.

Esperamos ver pronto la primera central geotérmica funcionando en La Palma y avanzar decididamente hacia nuestra soberanía energética.

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