Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

El control del caos

0

El futuro, ese lugar tan prometedor que seguimos esperando, parece más un campo minado de incertidumbre y máquinas que una utopía brillante. A medida que el mundo avanza a un ritmo vertiginoso, algunas personas se aferran al optimismo con la esperanza de que la tecnología nos salvará de nuestros propios errores. Otras, menos entusiastas, ya se preparan para el fin de la humanidad tal como la conocemos. En este punto, solo nos queda reír (o llorar) ante lo que parece ser un inevitable destino compartido: el caos controlado o, mejor dicho, “gestionado”.

Por un lado, tenemos a la parte pesimista que mira el futuro como un vaso de agua medio vacío y un menú de opciones catastróficas en la mesa. “Nos quedaremos sin recursos, los robots nos reemplazarán y, de paso, nos darán comida procesada de tan mala calidad que ni los androides querrán consumirla”, afirman. En su visión, el ser humano será pronto una especie en peligro de extinción, pero no por cataclismos naturales ni guerras, sino por la comodidad de delegar cada acción cotidiana a una máquina programada para hacerlo todo… incluso pensar. Si el futuro está lleno de avances tecnológicos, nos advierten, también lo estará de la trágica ironía de ser reemplazados por nuestras propias creaciones.

Por otro lado, la parte optimista, incansable defensora de la idea de que “todo saldrá bien”, no se vence tan fácilmente. “La tecnología nos liberará”, aseguran. “Nos permitirá disfrutar del tiempo libre, ver más series en las diferentes plataformas y más vídeos en las redes sociales…  sin tener que mover un dedo. Las máquinas no nos despojarán de nuestra humanidad, sino que nos ayudarán a encontrar lo que realmente importa: esa vital necesidad de no hacer nada. Los robots cocinarán, limpiarán y plancharán, nos llevarán a donde queramos, y hasta filtrarán las malas noticias haciéndonos vivir la vida que queremos vivir”, aseguran, teniendo la capacidad de mantener la ignorancia, pero felices mientras un ejército de drones se encarga de todo lo demás.

Y, sin embargo, no podemos ignorar un pequeño detalle: las notificaciones. Aunque se insiste en que las inteligencias artificiales nos permitirán silenciarlas a voluntad, parece un poco irónico que el futuro prometido para la humanidad incluya una vida de vigilancia constante, con alertas a cada segundo sobre eventos improbables. Pero, claro, no hay que alarmarse. Solo es el futuro, y todos los problemas del mundo se resolverán con un toque de pantalla. ¿O no?

Es posible que estemos viviendo el último capítulo de una especie que nunca terminó de comprender su propio destino. Pero, por lo menos, en medio de toda esta entropía, nos queda la ironía de pensar que, si llegamos a la extinción, lo haremos con una sonrisa forzada y un meme en la mano. Controlar el caos parece una tarea titánica, casi tan imposible como ponerle orden a un torbellino. Sin embargo, a lo mejor no hay que eliminarlo, sino que hay que gestionarlo de una manera más efectiva aceptándolo como parte de la vida, estableciendo prioridades a la vez que hay que organizarlas para así ver la oportunidad y no solo la amenaza asumiendo que, tal y como nos recuerda la segunda ley de la termodinámica, el desorden de un sistema siempre tiende a aumentar con el tiempo. Es decir, que si el fin del mundo es inminente, al menos será entretenido, o eso se dice.

Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Etiquetas
stats