Espacio de opinión de Canarias Ahora
Repensar la estrategia con el mercado Trump
Quería que mi primera publicación en el nuevo blog fuera una explicación sobre por qué me secuestraron hace tres años mi teléfono y mi cuenta de correo electrónico que me permitía acceder a la plataforma blogspot de Islasbienaventuradas. Pero mejor me callo. Son otros los que tendrán que dar cuenta de las injusticias que está sociedad permite y, con la colaboración en nada inocente de los medios de comunicación, convierte en linchamiento lo que es un acoso de libro.
Pero vamos al grano. ¿Es, ahora, el turismo norteamericano una apuesta interesante para Canarias? Así lo piensan en varias islas. Y, no hace tanto, Gran Canaria llegó a tener un 20% de turismo yankee en sus alojamientos, incluidos los célebres astronautas de los programas Gemini, Mercury y Apollo. Pero el desvío de los vuelos de Pan Am y KLM al aeropuerto de Los Rodeos y el accidente que se convirtió (hasta hoy) en la tragedia con más víctimas humanas de la historia de la aviación, puso punto final a aquel incipiente turismo de la costa Este de los EEUU en Gran Canaria.
Sin embargo, en los últimos años ha habido un intento de atraer visitantes de aquel país y comienzan a materializarse acciones promocionales y creación de vuelos directos. Podría ser una acción acertada para diversificar y garantizar alternativas ante posibles crisis de otros emisores. Pero creo que hay que repensar la estrategia.
En realidad hay un buen mercado al lado de USA que podría mejorar la oferta. Se trata de Canadá, quien busca -ahora- una alternativa a Florida (y a todo lo que toque Trump). Y no creo que me equivoque si el destino alternativo está relacionado con Europa, la seguridad, el clima casi tropical, el invierno cálido o primaveral y unas infraestructuras de primer nivel, con seguridad sanitaria y pública… Un territorio que luche por diversificar su economía y que impulse políticas de sostenibilidad y conserve un gran patrimonio natural. Para los canadienses, la situación es muy ‘kerfuffle’ (loca) y su destino tradicional se ha pasado al lado ‘hoser’ (perdedor), pero necesitan a partir de otoño un lugar que no sea ‘weaterin’ (tiempo feo), donde puedan echar de menos el sirope de arce y cambiar el hockey sobre hielo, el curling y la nieve por las tres ‘S’: sun, sand & sea (y ya puestos, también hacer el amor sin la estufa al lado) . La oportunidad está en ese país.
Y me extraña que los responsables turísticos de nuestras islas no revisen el veloz cambio geopolítico que se ha producido (en tiempo pasado de hace un par de meses) en América del Norte, un lugar que pierde turistas de sus principales mercados (Canadá y Europa), por las políticas y la retórica de la administración Trump, que han afectado la percepción del país como destino acogedor. Si esto está pasando desde hace meses, a qué esperan los analistas y estrategas de las consultoras que pagan las administraciones para dar un giro a sus planes y centrarse en captar un mercado que busca otro destino con urgencia, porque no hace falta pasearse por la calle central de Montreal, por la Rue Ste.-Catherine, para averiguar que los canadienses no quieren volver a Florida y verse rodeados de trumpistas que creen y tratan al país vecino como un banquete para comérselo…
El grueso de la población canadiense se encuentra en la zona Este y la distancia entre Quebec o Montreal es de unos 5.400 km (Oslo está a 4.100 km de Gran Canaria). Y su cultura está muy ligada a la europea.
Pues eso. Me estreno en esta nueva etapa del blog con unas elucubraciones que por simples me extraña muchísimo que no sean el tema de conversación o estudio de los gabinetes demoscópicos y consultoras que viven de los contratos con las administraciones isleñas.
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