Plasencia 'eclipsa' al Auditorio Adan Martín

El edificio que ha terminado de construir la empresa Promotora Punta Larga (PPL), propiedad del empresario Antonio Plasencia, en Cabo Llanos tiene como primer efecto inmediato que ha eclipsado las privilegiadas vistas que hasta ahora se podían disfrutar del Auditorio Adán Martín obra del arquitecto de renombre internacional Santiago Calatrava.

El también presidente de la Federación tinerfeña de la construcción (Fedeco) ha culminado un inmueble de 16 plantas que tendrá uso de oficinas y que está situado justo enfrente del Auditorio. Por ello, desde hace un tiempo los chicharreros han visto como de forma paulatina se ha ido obstaculizando la panorámica que se podía disfrutar desde la avenida José Emilio García Gómez. Por lo tanto, el edificio de Calatrava ya sólo puede ser disfrutado en toda su dimensión desde la propia avenida marítima o por el mar.

Se trata de otro desgraciado capítulo más en la historia reciente de Cabo Llanos la nueva zona de expansión de Santa Cruz que al final ha acabado convirtiéndose en una colección de edificios desproporcionados que conviven al lado de descampados en estado de abandono. El arquitecto Alejandro Zaera-Polo, conocido en todo el ámbito internacional por sus vanguardistas diseños de rascacielos, elaboró a principios de la pasada década por encargo del Ayuntamiento de Santa Cruz un plan para dotar de edificios de calidad esta área. Ocurrió poco después de que la Refinería decidiera abrir los terrenos a la ciudad.

Sin embargo, al final el arquitecto acabó resignándose a que su proyecto no viera la luz ante el desinterés demostrado por el Ayuntamiento. A partir de aquí no ha querido saber nada de Santa Cruz y la imagen que se ha llevado de la ciudad es equiparable a la que tiene Dominique Perrault, autor del proyecto de Las Teresitas, cuyo equipo llegó a calificar de “chapucera” la labor de la Corporación local. Lo cierto es que en estos momentos una vez que el edificio de Plasencia ya está culminado el resultado final que pueden observar los ciudadanos es la de un Auditorio totalmente encajonado entre edificaciones y sin ningún tipo de perspectiva.

Justo a su lado Puertos posee otra parcela donde se permitirá construir un nuevo edificio de oficinas de 12 plantas y en la parte superior está previsto que se levante la nueva Ciudad de la Justicia que con sus 38 alturas se equiparará a las enormes torres ya construidas. Igualmente, se contempla en los alrededores se eleven tres edificios más propiedad del Gobierno de Canarias, conocidos como Usos Múltiples III, que en su momento diseñó Zaera-Polo pero como una única torre. La alternativa ahora es que uno tenga 31 plantas, otro 15 y otro 6. A la vez, junto a inmuebles que pretenden ser la imagen de una Santa Cruz moderna y vanguardista se encuentran solares totalmente abandonados que sirven de aparcamientos improvisados, vertederos o no tienen uso alguno.

La urbanización de este espacio se viene planificando, al menos, desde el año 2005 pero no se ha podido ejecutar por la falta de fondos. El resultado es que la milla de oro de Santa Cruz dista aún mucho de convertirse en lo que en principio pretendía ser: la imagen de una ciudad moderna y cosmopolita. El propio Colegio de Arquitectos de Tenerife ha asumido parte de la culpa en lo que ha ocurrido al indicar que durante el período de información pública de las normas que iban a regir estas edificaciones no se tuvo en cuenta que se daba vía libre a auténticas moles como ahora pueden ser observadas.

Justo al lado del edificio de Plasencia también estaba previsto construir la conocida como cocatedral de Tenerife en una parcela cedida por el Ayuntamiento al Obispado. Sin embargo, la Comisión del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (Cotmac) anuló en 2010 este acuerdo al considerar que se estaba otorgando un trato de privilegio a la iglesia, a parte de otras irregularidades como la de privatizar el subsuelo donde se preveían construir una serie de aparcamientos. En su momento se habló del arquitecto Moneo como uno de los posibles que iban a diseñar la nueva iglesia pero en la actualidad la parcela, situada junto al Auditorio y a la ermita de la virgen de Regla, sólo es un descampado en el que aparcar los coches bajo la supervisión, eso sí, de los gorrillas.

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