Así son las nuevas medidas para la hostelería en Gran Canaria y Lanzarote: cuatro personas por mesa y cierre antes de las 23:00

Mesa de un restaurante en Las Palmas de Gran Canaria.

Javier Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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El Gobierno de Canarias ha impuesto nuevas medidas restrictivas en distintos ámbitos de la sociedad que afectan fundamentalmente a las islas de Gran Canaria y Lanzarote, que debido al aumento de casos de COVID-19 detectados en las últimas semanas, pasan del semáforo verde al amarillo, esto es, al nivel 2 de alerta, situación en la que ya se encontraba y se mantiene La Gomera. Por su parte, Tenerife sigue en el estado de alerta 3, el más restrictivo de todos, y por dos semanas más sigue el interior de la hostelería cerrado con el duro revés que dichas medidas ocasionan al sector, que ve con desconsuelo cómo a pesar de llevar ya semanas cerrados, los números no terminan de mejorar.

Estas son las medidas más importantes y de obligado cumplimiento que la restauración de las islas de Gran Canaria y Lanzarote deben afrontar desde las 00.00 del lunes 11 de enero hasta el próximo domingo 24 de enero, incluido:

-       El aforo permitido queda con un 75% en terrazas y 50% en interior, con distancia de dos metros entre las sillas de las mesas colindantes.

-       Cierre antes de las 23.00 horas (coincidiendo con el comienzo del toque de queda), por lo que, en aplicación de las normas actuales, se entiende que el local debe cerrar una hora antes, o sea, a las 22:00, para permitir que trabajadores y clientes lleguen a su casa con holgura.

-       Las barras de bar solo pueden tener un máximo de dos personas por grupo y la distancia entre grupos debe ser de dos metros, al igual que en las mesas.

-       La ocupación máxima por mesa será de cuatro comensales, a no ser que sea una misma unidad familiar, convivientes bajo el mismo techo.

-       Queda terminantemente prohibido fumar en la terraza del establecimiento.

-       En las terrazas quedan prohibidas las actividades que propicien no mantener la distancia de seguridad interpersonal o no usar mascarillas, tales como bailes, karaokes, etcétera.

Estas medidas, que se veían venir, suponen un duro mazazo para el sector de la hostelería y restauración de las islas afectadas. Los que más esfuerzo han hecho sacrificando espacio y comensales en busca de la seguridad de todos se quejan de cómo otros hacen oídos sordos saltándose todas las medidas de seguridad. Reclaman que las fuerzas de seguridad se apliquen con más dureza y que las asociaciones profesionales del sector denuncien “sin miramientos” a todos aquellos establecimientos que de mala fe o de forma reiterada incumplan estas restricciones, ya que “la inconsciencia de unos pocos termina perjudicando a todo el sector”.

En lo que existe unanimidad absoluta es en la necesidad de formular ayudas directas al sector o de exonerar de cargas fiscales para evitar el cierre masivo de establecimientos en los próximos meses. Preguntado por ello al presidente del Gobierno de Canarias durante la rueda de prensa, confirmó que se está trabajando por parte del Ejecutivo autonómico en un paquete de acciones que pueden estar listas en este mismo mes de enero.

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