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Un castillo con luces y sombras

Entrada principal a la fortificación.

Alicia Justo

Las Palmas de Gran Canaria —

Cuando el pirata Francis Drake planeó la invasión de la isla de Gran Canaria jamás imaginó encontrarse con una resistencia tan efectiva como la ejercida desde el Castillo de la Luz. La presión castellana obligó a la flota inglesa a una retirada casi humillante. Esto ocurrió en octubre de 1595 y en conmemoración de ello se celebran las Fiestas de la Naval, en el barrio portuario de Las Palmas de Gran Canaria.

El castillo de la Luz fue la primera fortificación de Gran Canaria. En este trozo de La Isleta se asentarían las tropas castellanas desde donde tenían una perspectiva perfecta de la bahía de Las Palmas. En sus muros todavía hay huellas de antiguos cañonazos que atestiguan la función defensiva de la que presumió durante varios siglos.

Descubrimientos arqueológicos

Descubrimientos arqueológicosEn las últimas excavaciones los arqueólogos se toparon con algo que se creía derruido. El torreón Alonso Fajardo fue el origen del castillo y núcleo de la edificación que conocemos en la actualidad. Su presencia se recogía en documentos de la época de los Reyes Católicos, sin embargo muchos lo daban por destruido. La arena lo mantenía sepultado y se desconocía su estado de conservación. Incluso algunos guías durante las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado indicaban que el castillo estaba construido sobre los cimientos de la Torre Alonso Fajardo, cuando en realidad estaba edificado en torno a ella. “La excavación fue rigurosa y ahora podemos ver esta pieza en buen estado de conservación” afirma José Ignacio Aguiar González, guía del castillo.

El segundo descubrimiento fue la barrera artillera, construida justo a continuación del torreón Alonso Fajardo. Una muralla de baja altura con almenas y troneras que acogían los cañones. Este muro se realizó con piedras volcánicas, pero sobre todo con bloques extraídos de La Barra de la playa de Las Canteras.

Pero antes de esto el castillo estuvo muchos años olvidado. En los siglos XIX y XX cayó en desuso. Se encontraba en estado ruinoso, cuando en 1941, fue declarado Monumento Histórico-Artístico. A partir de entonces, se pretendió recuperar el inmueble mediante diversos proyectos de restauración. El primero de ellos no llegó a materializarse pero en 1972 se finalizó un plan perfilado años antes. Esta rehabilitación, al tiempo que respetaba algunos elementos originarios, añadía otros, como el foso exterior, que nunca había existido, cañones, escaleras, portones o mástiles.

Juan Espino es arquitecto de Promoción de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y ha colaborado estrechamente en el proyecto Abierto Patrimonial del Conjunto Arquitectónico Museo de Sitio Castillo de La Luz. Considera que en esta penúltima restauración el castillo “sufrió un proceso de descontextualización progresivo” llegando a “desfigurar algunas partes del edificio”. Todo ello con la pretensión de recrear una estampa medieval. “La fortaleza acabó reconocida como una caricatura de sí misma”, señala Espino.

En el siglo XV la zona de La Isleta distaba de la imagen que tenemos de ella en la actualidad. La fortaleza estaba erigida sobre un lecho rocoso que quedaba envuelta por el agua durante la pleamar. Así ocurrió durante siglos humedeciendo los elementos del Castillo y dejándolos en un deficiente estado. De modo que la necesidad de una nueva restauración era primordial.

El castillo reaparece con una nueva imagen

El castillo reaparece con una nueva imagenEl pasado mes de enero, los actuales Reyes de España, Felipe y Letizia, inauguraron, no sin polémica, el conjunto Arquitectónico Museo de Sitio Castillo de La Luz. A muchos les sorprendió el resultado final de la rehabilitación, tanto su aspecto interior como exterior.

“Es un despropósito urbanístico”, así de tajante se muestra Félix Alonso haciendo referencia a la valla que rodea la fortificación. Alonso es un vecino de La Isleta, que tras ejercer como médico en Madrid durante 48 años, regresa a su barrio de la niñez y se encuentra con la nueva cara del Castillo. Muy molesto, empieza a recoger firmas en la puerta del inmueble histórico. Al mismo tiempo, crea en Change.org una iniciativa que pide la retirada de la valla, que ya cuenta con más de 600 firmas. Busca demostrar el descontento de una gran parte de los vecinos de La Isleta así como de muchos ciudadanos de la ciudad. “No existen castillos cerrados”, recuerda Alonso.

Una valla de 300.000 euros que aísla al barrio de La Isleta de su símbolo, así lo consideran muchos de sus vecinos. Antes las personas que paseaban a su alrededor podían apreciarlo, los turistas fotografiarlo y muchos jóvenes acudían a pintarlo. Matías Campos, también vecino de La Isleta, declara que la valla es un “elemento elitista” y cree que “al castillo lo han convertido en una sala de arte postmoderno”.

Por su parte, el guía del castillo, José Ignacio Aguiar, reconoce que la valla es un elemento polémico. “Tienen razón cuando dicen que el castillo ya no se ve como antes (desde fuera) lo cual es paradójico porque desde dentro ahora se ve lo más parecido posible a como se puede ver en el siglo XXI una fortaleza del siglo XVI, y eso es gracias a la valla”.

El 21 de octubre pasado todas las asociaciones de La Isleta se reunieron y crearon un foro de Defensa de La Isleta. Establecen como prioridad la retirada de la valla del Castillo de la Luz. Y su primera línea de actuación será continuar con la recogida de firmas. “El 90% de la gente piensa que el castillo sigue en obras y que la valla no es definitiva”, señala Félix Alonso. También se acuerda de los más pequeños del barrio, que a diferencia de él, están creciendo sin ver su patrimonio, sin saber que existe. “Es una obra oculta al pueblo”.

La restauración del Castillo de la Luz costó cerca de 6 millones de euros. “La idea de la recuperación del Castillo fue, evidentemente de los ciudadanos y de las corporaciones municipales de los años noventa”, señala Juan Miguel Cerpa, técnico de urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

El plan comenzó en 1998, después de que el Ministerio de Fomento sacara a concurso el proyecto y fallara a favor del estudio Nieto y Sobejano. La rehabilitación de la fortaleza pretendía respetar su núcleo original así como crear nuevos espacios. El propio Enrique Sobejano afirmaba que “más que reconstruir o rehabilitar el Castillo, lo habremos vaciado, nos habremos limitado a hacer visible su pasado”.

El arquitecto Juan Cerpa, que siguió de cerca las obras de restauración, se muestra contento con el resultado final. “La nueva rehabilitación-restauración es el resultado de un largo proceso de estudio de la historia de la Fortaleza, de su evolución a lo largo del tiempo, del potencial que tiene el edificio y de las opciones planteadas o disponibles. Es por eso por lo que estamos realizando estas visitas programadas, para que el ciudadano obtenga todos los datos e información pertinente que han apoyado esta nueva intervención”.

El futuro museo de la Fundación Martín Chirino tampoco genera simpatías entre los vecinos. “Nosotros no estamos en contra del museo, solo queremos que se combine con otras actividades y exposiciones”, afirma Matías Campos. Es el sentir de la mayoría de los isleteros, que prefieren un museo naval que recoja la forma de vida de los marineros, pero sin rechazar la obra de Chirino.

En cualquier caso aún se desconoce la fecha exacta de su apertura. “Se trata de un proyecto ambicioso y complejo. El Castillo de La Luz es un BIC (Bien de Interés Cultural) y por ello, cualquier proyecto que se localice en él conllevará una compleja tramitación. El argumento y los recorridos se ven condicionados por el hecho de hacer confluir en un único espacio la historia, la arqueología y la obra de Martín Chirino. Todo ello requiere su tiempo”, declara José Ignacio Aguiar.

El castillo de la Luz es un patrimonio histórico, testigo del pasado de Las Palmas de Gran Canaria que muchas personas ignoran. Aguiar admite que no conocemos nuestra historia “tanto como deberíamos”. “Es por ello por lo que son tan importantes iniciativas como las visitas al Castillo de La Luz que nos permiten conocer un pedacito de la historia de nuestra ciudad”.

Abucheos reales en la inauguración

Abucheos reales en la inauguraciónEl 29 de enero los Reyes inauguraron el Castillo de la Luz acompañados por diversas autoridades como el alcalde de Las Palmas, Juan José Cardona, o el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero. Felipe quiso reconocer ese día “los esfuerzos, trabajos e ilusiones” de las personas que han formando parte de este proyecto. Sin embargo, los Reyes fueron recibidos con abucheos y vítores en contra de la monarquía, lo que no hizo sino poner de manifiesto que la reapertura del conjunto arquitectónico Museo de Sitio Castillo de La Luz no está exento de polémica. Ese día muchos vecinos de La Isleta mostraron su descontento con el resultado de la restauración. La valla que rodea al enclave histórico y el futuro museo de Martin Chirino no cuentan con la aprobación popular.

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