La Coordinadora El Rincón-Ecologistas en Acción propone apoyar al sector primario y un cambio en el modelo turístico, entre otras medidas

Dos personas observan desde Lanzarote la isla de La Graciosa, durante el estado de alarma

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

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La Coordinadora El Rincón-Ecologistas en Acción ha realizado una serie de propuestas de cara al pacto para la Reactivación Social y Económica de las Islas tras la crisis vivida por el coronavirus entre las que destaca apoyar al sector primario y un cambio en el modelo turístico. Y es que, “según destacados investigadores, el momento actual es un punto de inflexión en la historia de la humanidad o del fin de un ciclo de la historia económica de Canarias que ha perdurado más de 70 años. Toda una mutación, social, política, económica y cultural, de la concepción del mundo que hemos conocido”.

Por ello, ante el reto ante el que se encuentra Canarias, subraya que es necesario asegurar la protección a las personas fortaleciendo y mejorando los servicios públicos de salud, de educación y de derechos sociales, rescatando a los sectores más desfavorecidos de la sociedad mediante el acceso a derechos básicos como el ingreso mínimo vital o renta básica de ciudadanía.

Entre las principales propuestas que la coordinadora realiza para el Achipiélago destaca la importancia de apoyar al sector primario, asumiéndolo como el sector estratégico más importante de futuro. Para ello, pide que se fomente el asociacionismo, la agilización de ayudas, canales de comercialización, abastecimiento local, alimentación «Km.0», soberanía alimentaria, sostenibilidad, y distribución de alimentos para familias en exclusión…

De hecho, el objetivo debe ser el de caminar hacia la soberanía alimentaria para favorecer la gestión del crecimiento de las explotaciones agrícolas, sean de tipo familiar o cooperativo. Y junto a ello, destacan en el documento, sería necesario implementar un plan integrado de actuación con los siguientes objetivos: recuperar las tierras agrícolas abandonadas; mejorar la gestión de los recursos hídricos; atenuar los efectos del paro en las zonas despobladas; promover la circularidad entre las explotaciones de costa, de medianías y de cumbres; y reordenar la demanda de los residentes canarios y de un tipo turismo no depredador que pudiera beneficiarse de la producción agrícola de calidad.

El colectivo no olvida la necesidad de un cambio en el modelo energético, para lo que es necesario diseñar un plan de transición energética que permita la cooperación entre el Gobierno de Canarias y los cabildos insulares. Dicho plan debería “considerar las potencialidades insulares para disponer del máximo de energías limpias; asegurar el acceso directo y la autogestión de personas y empresas; y garantizar que las infraestructuras, la producción, la distribución y el almacenamiento, sean de carácter público”, asegura.

Por otro lado, el turismo debe caminar hacia un nuevo modelo, destaca la coordinadora. Para ello, los ecologistas consideran que habría que elaborar un plan de transición, de manera que se prohíba la ocupación de suelo turístico no edificado, así como reorientar el sector de la construcción hacia la realización de obras de rehabilitación, transformación y modificación de la vieja planta turística. También destacan la importancia de adecuar la Ley del Suelo a la situación que ha abierto la pandemia, impidiendo el bucle vicioso de abandonar lo viejo para construir lo nuevo.

Así mismo, subrayan la necesidad de sustituir las viviendas vacacionales por los alquileres convencionales o por las pequeñas actividades turísticas, de ciudad o rurales. A ello, añaden la posibilidad de incrementar la calidad mediante la cualificación y mejora del empleo, y de los servicios que se pongan a disposición del turismo y, por ultimo, la imposición de una tasa turística que permita aminorar los efectos de la crisis dada la eliminación de plazas, a la vez que mejorar los conjuntos residenciales siguiendo los parámetros del urbanismo y de la arquitectura ecológica.

Para la coordinadora también se precisan medidas urgentes para atenuar el impacto de la pandemia sobre el empleo. Proponen reforzar la agricultura, cambiar la vieja planta hotelera, la consecución de un nuevo modelo energético y un ambicioso programas de viviendas y equipamientos sociales, la incentivación de los negocios de proximidad; la reconversión de las industrias que han quedado obsoletas por la pandemia, en el horizonte de la sociabilidad y la sociedad de los cuidados, entre muchas otras propuestas.

A juicio de los ecologistas, una de las tareas fundamentales al respecto tiene que ver con la mejoría de la cualificación profesional y de las condiciones de trabajo, tanto para las plantillas actuales, como para la formación de las y los jóvenes.

Según el profesor González Viéitez, la financiación necesaria para llevar a cabo este tipo de iniciativas se podría lograr a través de dos vías: por transferencias de otras instituciones y emitiendo deuda púbica canaria. Por ello, la coordinadora defiende la subida progresiva del tramo autonómico del IRPF para los niveles personales de renta superiores a los 100.000 euros y una menor presión fiscal para los autónomos y las pequeñas empresas que introduzcan en su actividad medidas de sostenibilidad ecosocial.

Además, también apuntan otras propuestas como las que propone el catedrático de economía de la Universidad Autónoma de Barcelona, Dr. Joan Martínez Alier: dejar de considerar el Producto Interno Bruto (PIB) como única medida de “desarrollo económico” y utilizar indicadores físicos y sociales para evaluar si estamos mejorando o empeorando. También la idea de redistribuir la riqueza internacional, evitando un comercio ecológicamente desigual y reconociendo la deuda ecológica que tienen los países ricos y, por último, desvincular la economía real del pago de las deudas financieras que impone un sistema desigual.

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